sábado, 1 de agosto de 2009

Asia esperanza nuestra....

Por su aportación cosumista.

Asia elevaría el gasto social para alentar el consumo

Por Patrick Barta

BANGKOK—Los países asiáticos empiezan a desarrollar costosos programas de bienestar social como los que existen desde hace mucho en Occidente. El objetivo es animar a su gente a ahorrar menos, gastar más y situar a la región —y al mundo— en una mejor situación económica en los años venideros.

No obstante, crear una red de seguridad social confiable es un trabajo duro, y podría pasar mucho tiempo, tal vez décadas, antes de que Asia vea los resultados.

Por mucho tiempo, los analistas se han mostrado preocupados por el hecho que los asiáticos no tienen suficientes prestaciones de salud y desempleo, entre otros, para compensar cuando surgen crisis o emergencias, o para prepararse para la tercera edad. Sólo alrededor de 30% de los ancianos en Asia recibe una pensión, según las Naciones Unidas. Sólo un 20% de sus desempleados tiene acceso a beneficios de desempleo u otros programas sociales relacionados con el trabajo.

En parte a consecuencia de esto, los asiáticos suelen ahorrar más y gastar menos de sus ingresos que los occidentales. Eso contribuyó a los desequilibrios globales que son una de las causas de la actual recesión mundial: los estadounidenses se endeudaron mucho para financiar su consumo, mientras que los asiáticos ahorraron y dependieron de las exportaciones a los consumidores occidentales.

Los programas sociales son una manera de hacer frente a esos desequilibrios. La idea es que si los consumidores asiáticos tienen más confianza en que sus gobiernos los ayuden en momentos de dificultad, estarán más dispuestos a gastar hoy, lo que fomentaría nueva demanda de bienes de consumo y reduciría la dependencia de la economía global de los compradores occidentales.

China afirmó hace poco que invertiría US$120.000 millones para mejorar la sanidad a través de la construcción de clínicas y la ampliación de la cobertura médica básica a 90% de sus 1.300 millones de habitantes en tres años. Vietnam está implementando un sistema de prestaciones por desempleo a nivel nacional. India, por su parte, ha presentado un sistema voluntario de pensiones que podría cubrir a hasta varios cientos de millones de personas que trabajan en pequeñas empresas y está desarrollando una base de datos nacional de identificación personal para mejorar el cuidado médico y otras prestaciones.

Esos programas pretenden extender iniciativas realizadas en los últimos años. Tailandia lanzó un programa de cobertura médica nacional en 2001 que ofrece cuidado de salud básico por sólo 30 bahts tailandeses, o alrededor de US$1, a la mayoría de los ciudadanos. El último presupuesto de India expande un programa iniciado en 2005 que garantiza 100 días de empleo por año para los trabajadores rurales.

La expansión de la red de seguridad social asiática "es un hecho y ayudará" a deslindar a Asia de su sobredependencia de las exportaciones, señala Robert Subbaraman, economista jefe para Asia de la firma financiera Nomura International en Hong Kong.

No obstante, muchos gobiernos, incluyendo el de India, sufren de grandes déficit presupuestarios y de una recolección fiscal laxa, y podrían tener dificultades para financiar una expansión de los programas sociales.

Además, una red de seguridad social más fuerte no garantiza que los asiáticos consuman más. Los europeos tienen uno de los sistemas de seguridad social más robustos del mundo, y tienden a ahorrar más que los estadounidenses. Y podría tomar décadas antes de que los consumidores confíen lo suficiente en los programas sociales para modificar sus patrones de gasto. En muchos países asiáticos, como Indonesia, los servicios provistos por los programas sociales son pésimos, y muchos residentes evitan acudir a las clínicas estatales.

Algunos analistas dicen que una mejor manera de reducir la dependencia de Asia de las exportaciones e impulsar el consumo doméstico sería dejar que las monedas asiáticas se aprecien. Eso reduciría el atractivo de las exportaciones asiáticas para los consumidores extranjeros, daría a los consumidores locales más poder adquisitivo para comprar bienes importados y obligaría a las empresas a diversificarse más allá de las exportaciones. Pero las autoridades asiáticas podrían rehusar poner en peligro a los exportadores al permitir que sus monedas se aprecien.

En la última década, los países asiáticos que han ampliado sus sistemas de seguridad social han tenido resultados mixtos.

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