La Sociedad del chanchullo artistíl se forra.
La SGAE exprime a los ayuntamientos con las fiestas patronales en plena crisis
Javier Romera 9:20 - 15/08/2009
La SGAE cree que Fuente Obejuna debería dar ejemplo
Cobra hasta el 10 por ciento del presupuesto en actuaciones musicales de carácter gratuito y ha subido su 'impuesto' un 6 por ciento en sólo dos años, pese a la fuerte recesión económica.
¡España está en fiestas! Desde Galicia, hasta Andalucía; desde Cataluña a las Islas Canarias; hasta en el último rincón del país la gente acude a las plazas de los pueblos a celebrar las fiestas patronales. Es agosto y llega el tiempo de la diversión, las casetas, los bailes regionales, orquestas y actos folclóricos. Los españoles son felices, pero hay uno que desde su despacho en un céntrico palacete de Madrid ríe con más fuerza que nadie. Se llama Teddy Bautista y es presidente de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).
Muchos quizás no lo sepan, pero cada vez que en un pequeño ayuntamiento de pueblo alguien se queda horas sin dormir pensando en cómo lograr ingresos para traer también este año a una orquesta y amenizar pese a la crisis las noches de agosto, la SGAE aprovecha para hacer caja.
Y nadie puede escapar. ¿Quieren celebrar un concierto o cualquier tipo de espectáculo público? Antes, deberán pasar por caja y abonar a la SGAE el 10 por ciento de la recaudación. Y no sonría porque piense que su concierto es gratuito. A Bautista le da exactamente igual y cobra el susodicho porcentaje sobre el presupuesto de la celebración en cuestión. Y tampoco vale que se trate tan sólo de un baile esporádico.
Tarifas
En ese caso, la tarifa es algo menor de un 7 por ciento, pero aún así hay que pasar por la caja de Bautista y sus socios. Todo eso, al margen, de cobrar también por cada caseta instalada en las ferias (hasta 148,7 euros), por la música de las bandas municipales cuando salen a la calle (hasta 88,26 euros por cada acto) o por los pasacalles y bailes folclóricos (entre 5,54 y 27,73 euros por cada acto).
Las tarifas han subido en los dos últimos años, en plena crisis, cerca de un 6 por ciento y los autores insisten en que es algo lógico. "Nosotros nos ajustamos a las subidas del IPC", asegura un portavoz de la SGAE. Para la entidad, en cualquier caso, las mejores fiestas no son las que tienen unas mayores raíces culturales o son capaces de atraer un mayor número de público, sino las que pueden llenar más rápidamente su caja. Y esas, sin duda, son las de Moros y Cristianos, que también ahora en el mes de agosto se prodigan por toda la costa levantina.
Nadie está a salvo
La entidad que defiende los derechos de autor cobra por este tipo de espectáculo en función de personas que participan en la fiesta. Un pueblo pequeño, con entre 1.000 y 2.500 festeros, debe abonar por este tipo de actos hasta 2.154 euros por cada día de desfile, según las nuevas tarifas que han entrado en vigor este año.
Y de ahí, poco a poco va subiendo. Una localidad mediana, que pueda contar entre 5.000 y 7.500 festeros, paga casi 6.500 euros y si su tamaño es aún mayor, la factura se eleva ya a la nada desdeñable cifra de 7.757 euros. Y eso, no lo olvide, por cada día de celebración.
Frente a la avalancha de críticas recibidas en los últimos años, la SGAE asegura que tiene la obligación de recaudar por los derechos de autor, porque le obliga a ello la Ley de Propiedad Intelectual.
Según dicen, si un autor no renuncia de forma expresa a sus derechos, ellos están obligados a asegurarse el cobro de los mismos para poder compensarle por el uso de sus obras.
Detectives
Claro, que usted se preguntará cómo es posible que la SGAE pueda controlar todos los conciertos y fiestas que se celebran estos días, teniendo en cuenta que media España esta de charanga. En su día, Teddy Bautista debió de pensar también en ello y la entidad cuenta con un amplio ejército de detectives que se encarga de vigilar que, hasta en el pueblo más perdido de nuestro país, pasan por la caja de los autores.
Son los mismos que durante el año vigilan la música que se pone en los bares y discotecas o que acuden de incógnito a grabar en las bodas y comuniones para asegurarse después el cobro de la música utilizada. Ahora tienen trabajo extra, viajando por los pueblos y ciudades de media España para engordar la cuenta corriente de los autores. Lo peor para los ayuntamientos españoles es que la SGAE cuenta, de momento, con el apoyo decidido del Gobierno.
El pasado mes de marzo, el Grupo Popular en el Senado registró una moción para que las fiestas de interés turístico nacional e internacional quedaran exentas de pago de derechos de autor a las entidades de gestión, principalmente a SGAE, pero ésta fue rechazada gracias al voto en contra del PSOE. Según explicó entonces el portavoz de Nuevas Tecnologías del PP en el Senado, José María Chiquillo, "no tiene sentido que, durante la celebración de las Fallas de Valencia, los Carnavales de Cádiz o la Feria de Abril, eventos turísticos de interés nacional e internacional sin ánimo de lucro, se tenga que pagar, principalmente a la SGAE, por cada canción que suene o se toque". El PP lamenta que "estas celebraciones, y muchas otras, corran peligro por el pago que exigen las entidades, cuando resulta que realizan una función cultural, que no tienen ánimo de lucro y que están destinadas al disfrute popular".
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