Sí no hay Pan.....
Las hipotecas para financiar gasto corriente se disparan un 50%
@Carlos Sánchez - 22/03/2010 06:00h
La crisis del crédito está provocando un verdadero terremoto en el mercado hipotecario. Hasta el punto de que los principales agentes económicos -empresas y familias- han dispuesto ya de casi 50.000 millones de euros que han destinado no a la adquisición de una vivienda, como es tradicional en este tipo de préstamos, sino a financiar bienes de consumo: una lavadora, un coche o hasta un viaje. Un número indeterminado de empresarios, igualmente, se ha visto abocado a pedir créditos hipotecarios -con la garantía de su propia vivienda o de otros bienes inmuebles- para poder atender las necesidades de tesorería de sus empresas o, incluso, el salario de sus empleados.
Se trata de un fenómeno relativamente nuevo (habitual en países como EEUU) que se ha avivado a medida que se han intensificado las dificultades para lograr un préstamo, lo que ha obligado a muchos demandantes de crédito a acudir al banco para refinanciar la hipoteca con el objetivo de lograr nuevos fondos. Para hacerse una idea de lo que significa este movimiento, hay que tener en cuenta que en 2005 -cuando el Banco de España comenzó a publicar estas estadísticas- el volumen de créditos con garantía hipotecaria no destinados a la compra de una vivienda ascendía a 25.834 millones de euros, casi la mitad de los 49.761 millones con que se cerró el año 2009.
En los tres últimos últimos años, de hecho, el crecimiento ha sido de nada menos que del 47%, lo que da idea del interés que ha suscitado su utilización. No es para menos teniendo en cuenta que el crédito al consumo no sólamente es escaso -el grifo sigue cerrado- sino que, además, es caro. Mientras que, según datos del banco central, el tipo de interés medio de los créditos hipotecarios se situó en el pasado mes de enero en un 2,6% (TAE), en el caso de los destinados a adquirir bienes de consumo se dispara hasta el 7,7%, también en términos de tasa anual equivalente.
A priori puede tratarse de una operación muy rentable, toda vez que los tipos de interés son sensiblemente menores, pero hay que tener en cuenta que al tratarse de un crédito hipotecario, el capital hay que devolverlo en plazos mucho más largos, por lo que al final los intereses pueden llegar a ser sensiblemene mayores, dependiendo de los plazos de amortización. Las cajas de ahorros son, con diferencia, las entidades que más dinero prestan con garantía hipotecaria en operaciones no destinadas a comprar una vivienda, lo que es coherente con el hecho de que también son ellas las más expuestas al sector inmobiliario.
El fuerte aumento de este tipo de préstamos coincide con el deterioro de los préstamos destinados a la adquisición de viviendas, que en el cuarto trimestre de 2009 decrecieron un 0,5% en términos anuales. Muy lejos del 5,2% de aumento que se registró en 2008 y a una gran distancia del 13,8% de 2007, lo que da idea del ajuste que está sufriendo el crédito hipotecario. Salvo en el caso de aquelllos que se utilizan para otros fines que no son la adquisición de una vivienda.
La preferencia por este tipo de préstamos tiene también que ver con la mayor aversión al riesgo por parte de las entidades financieras, que en muchas ocasiones exigen poner como garantía una vivienda a la hora de conceder el crédito. Se trata de una estrategia congruente con el hecho de que tradicionalmente -y los últimos datos del Banco de España dan la razón a este argumento- lo último que deja de pagar una familia es la vivienda. De hecho, la morosidad en este segmento es de pràcticamente la mitad que en el conjunto de la actividad crediticia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario