sábado, 20 de marzo de 2010

El Arsenal quiere vengarse.

Y el Barça espera impaciente.

El Arsenal quiere borrar el mal recuerdo de París

La imaginación y el toque del balón son dos de las virtudes del equipo londinense, que suma cinco años sin títulos

La final de París en mayo del 2006 fue en cierto modo una maldición para el Arsenal, y ahora espera que enfrentarse de nuevo al Barcelona sea el antídoto para despertar al club de un letargo en el que no ha ganado ningún trofeo. La última Copa se remonta al 2005, la última Liga a la temporada 2003-04. Desde entonces ha sido objeto de admiración universal por su jogo bonito,pero sin títulos que llevarse a la boca.

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FC Barcelona

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El duelo de cuartos de final contra el Barça tiene el aliciente de enfrentar a dos de los equipos del mundo que practican un fútbol más creativo, pero además el morbo de la revancha parisina, de que el capitán Cesc Fàbregas desafíe al club en el que creció y en el que tal vez recale la próxima temporada (o en un futuro próximo), de que Thierry Henry dispute los balones a sus antiguos compañeros, de la primera visita azulgrana el Estadio de los Emiratos, de un duelo táctico entre el viejo zorro Arsène Wenger y el increíble Pep Guardiola...

El Arsenal no es el favorito a priori para conquistar la Champions, y tampoco para llevarse la Premier League (va tercero, a dos puntos del Manchester United y empatado con el Chelsea, con un partido más que los blues).Pero es mérito de Wenger que a estas alturas de la campaña se encuentre en una posición tan competitiva, a pesar de las muchas lesiones padecidas y de contar con un presupuesto sustancialmente inferior al de los rivales, tanto en Inglaterra como en Europa. Valorado en 900 millones de euros y con veintisiete millones de seguidores en todo el planeta, es sobre el papel uno de los clubs más ricos del mundo, pero ello no quiere decir que gaste en jugadores como el Barcelona y el Real Madrid, el Chelsea y el Manchester United. Practica la prudencia, compra promesas para vender luego estrellas, y dedica una parte muy importante de sus recursos a financiar la deuda generada por la construcción del fabuloso Estadio de los Emiratos.

"Imagino que no seremos los favoritos -comentó Wenger en su reacción al sorteo-, pero en lo que a mí respecta ambos equipos tendremos un cincuenta por ciento de posibilidades de ganar y de perder. Con esa mentalidad hay que afrontar los partidos, ni creyéndose superiores ni con complejo de inferioridad. Sé perfectamente que el Barcelona es un buen equipo, pero en cuartos de final de la Champions todos los equipos son buenos y nadie regala nada. No hay que admirar al rival sino concentrarse en cómo derrotarlo, y llegar al momento decisivo en la mejor forma posible y con la mentalidad adecuada. La verdad es que va a ser una eliminatoria interesantísima".

Si Wenger pudiera pedir un deseo, con toda seguridad frotaría la lámpara mágica y diría: "quiero que Robbie van Persie se recupere". Pero no va a ser así. El delantero holandés está lesionado para lo que queda de temporada, Emmanuel Adebayor fue traspasado en el verano al Manchester City, y las alternativas en punta de los gunners son el danés Bendtner (el único delantero centro puro), el mexicano Carlos Vela y el croata Eduardo. El Arsenal ha resuelto hasta ahora la papeleta con una mayor aportación goleadora del ruso Arshavin, de los integrantes del centro del campo (Rosicky, Diaby, Eboué, Nasri...), y sobre todo con la multiplicación de Cesc Fàbregas. Pero el inevitable precio consiste en dejar mayores espacios al rival, y conceder un mayor número de goles.

Manuel Almunia es sólido entre los palos, pero el eje de la defensa se muestra con frecuencia vulnerable. El belga Vermaelen es una constante, pero su compañero de tándem William Gallas ha sufrido varias lesiones, hasta el punto de que Wenger se ha visto forzado a repescar al veterano Sol Campbell (autor del gol del Arsenal en la final de París), que estaba semiretirado y jugaba con el Notts County en la cuarta categoría del fútbol inglés. El arma del Arsenal, como la del Barça, es la imaginación, la capacidad de acariciar la pelota hasta aburrir al rival y sorprenderle.

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