domingo, 19 de junio de 2011

El Objetivo de PacoCascos era......

La CAJA.
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Cascos propone convertir Cajastur en una fundación para facilitar su control público
Pide paralizar la segregación de su negocio financiero a Effibank y alerta del riesgo de que puedan «malvenderse» acciones del banco

19.06.11 - 02:38 -

JOSÉ RAMÓN ENGUITA | GIJÓN.

«Como impositor no puedo aceptar en silencio que Cajastur sea vaciada, que seamos desposeídos de nuestros títulos»
«Los directivos se resisten a esta transformación de las cajas en fundaciones porque dejan de controlar efectivamente estas entidades»
«La fundación evitaría la tentación, real y preocupante, de que directivos de la caja o de Effibank decidan vender acciones a un tercero a un precio inadecuado»
«La elección de la fecha de la asamblea es una grave desconsideración a los asturianos, sabedores sus responsables del cambio de ciclo político»
«Consideramos conveniente y necesario abrir un periodo de reflexión acerca de la fórmula más adecuada para salvaguardar los intereses generales»
«La fundación garantiza que, en caso de venta de títulos, los frutos de esa venta afluyen hacia todos los asturianos»
«A través del patronato de la fundación se garantiza el control efectivo de la gestión de los directivos»
Francisco Álvarez-Cascos cargó ayer contra el proceso de segregación del negocio financiero de Cajastur para integrarlo en Effibank, el banco resultante de su Sistema Institucional de Protección (conocido como 'fusión fría') con las cajas de ahorros de Cantabria y Extremadura. El presidente de Foro Asturias ha remitido una carta a los consejeros generales de la entidad financiera que preside Manuel Menéndez en la que les propone «dejar sobre la mesa, pendientes de decisión» los puntos del orden del día de la asamblea general que se celebrará el próximo día 29 referidos a ese proceso. Explica también su intención de transformar Cajastur, una vez segregado el negocio financiero, en una fundación, una fórmula que facilitaría su control público desde las administraciones asturianas y con la que, asegura, «se aleja el riesgo cierto de operaciones especulativas de quienes puedan tener la tentación personal de malvender acciones de Effibank, S. A. a un tercero a cambio de beneficios particulares».
Cascos inicia su misiva expresando «la alarma que nos producen en Foro Asturias» las decisiones que se están tomando en Cajastur con respecto a este proceso, aprobado ya por su consejo de administración el pasado 24 de mayo y que debe ratificarse en la asamblea dentro de diez días. Considera que la elección de estas fechas «no es irrelevante»: «una, dos días después de unas elecciones municipales y autonómicas en Asturias; y otra, pocas fechas antes de la constitución de un nuevo Gobierno autonómico. Es decir, en periodo de interinidad política en las instituciones asturianas, con un Gobierno autonómico en funciones y la Junta General del Principado sin periodo de sesiones abierto», explica, además de recordar que «en los últimos años, Cajastur nunca había celebrado una asamblea general en el mes de junio».
Argumenta, por ello, que «la elección cuidadosa de estas fechas nos parece, cuando menos, una grave desconsideración hacia todos los asturianos, sabedores sus responsables del cambio de ciclo político que se avecinaba, con profundas modificaciones en la representación democráticamente elegida que suponen la retirada de la confianza a muchos de los anteriores gobiernos municipales y autonómico, privando a los nuevos de debatir y decidir acerca del futuro de Cajastur, y de plantear alternativas a las fórmulas que atropelladamente se tratan de imponer en esta asamblea general». Fórmulas cuya calificación tiene muy clara: «Al socaire de una muy discutible y menos justificable despolitización de las cajas de ahorros, se pretende aprobar sin controles institucionales en Cajastur la operación mercantil más política de su historia».
Precedentes
No es la primera vez que Álvarez-Cascos critica con dureza la transformación de las cajas de ahorros que se lleva a cabo en España y, más concretamente, las operaciones que protagoniza la entidad presidida por Manuel Menéndez. En noviembre de 2009 -antes de comenzar la carrera por la candidatura del PP al Principado que le enfrentaría a su partido de siempre y que acabó con la designación de Isabel Pérez-Espinosa, algo más de un año después- ya reprochó la absorción de Caja Castilla-La Mancha por la entidad asturiana. «¿No hay mejor destino para los recursos de Cajastur que dedicarlos a sanear los agujeros ajenos?», se preguntaba en un artículo en EL COMERCIO, en el que también censuraba la pasividad de la clase política: «Sorprendentemente, el silencio ahoga de nuevo el debate sobre un tema capital para el futuro del Principado de Asturias. En la bucólica Junta General del Principado nadie informa ni nadie pregunta», escribía entonces, en un claro ataque a la actitud de, entre otros, los representantes del que en esas fechas era su partido.
Ya en enero de este año, en un acto político celebrado en Llanes pocos días después de la fundación de Foro Asturias, puso como objetivo de sus críticas la reforma de las cajas emprendida por el Gobierno central, que calificó de «expolio inadmisible y dañino» y de la que dijo que «no es socialmente aceptable, ni se justifica, ni se puede aceptar políticamente en silencio». En ese mitin recordó sus advertencias de un año antes y afirmó que «el tiempo está dándome la razón, y si no preguntádselo a cuantos acuden a Cajastur a solicitar financiación para mantener la liquidez de su empresa, y reciben la negativa por respuesta».
En su carta de ayer a los consejeros delegados, en lo que ya es una ofensiva prácticamente contrarreloj para que el proceso de transformación de Cajastur no quede culminado en la asamblea del día 29, Álvarez-Cascos retoma algunos argumentos que ya había hecho públicos en aquel mitin de Llanes, y explica que «en nombre de Foro Asturias, pero también como asturiano y como uno más de los seiscientos mil impositores titulares de una cartilla, con más de cincuenta años de antigüedad, no puedo aceptar en silencio que Cajastur sea vaciada, que seamos desposeídos de nuestros títulos, que son la base de los derechos de nuestras entidades fundadoras (...) y que el Principado se vea privado de un elemento insustituible de desarrollo económico al servicio de Asturias y de España».
También como en el acto político de enero, afirma que «estamos ante un moderno expolio tan inadmisible como dañino para la economía del Principado y de España que, como tantas cosas que están sucediendo, no nos merecemos, contra las que vale la pena enfrentarse cívica y democráticamente».
En estas circunstancias, Foro aboga por «abrir un periodo de reflexión», paralizando las decisiones que está previsto tome la asamblea general, y buscar «la fórmula más adecuada, dentro de la legislación vigente, para salvaguardar los intereses generales de todos los asturianos en Cajastur, y no para eludir o debilitar nuestros derechos de representación y de control, anteponiendo los particulares de sus actuales directivos». Y en este sentido Cascos apuesta por transformar la entidad asturiana en una fundación, algo obligatorio cuando un grupo de cajas pierde el 51% del control del nuevo banco resultante de su 'fusión fría', lo que no es el caso de Cajastur y sus socias.
Esa conversión en fundación, considera, «es la opción más transparente» para garantizar que la propiedad de los títulos de Effibank permanece en manos públicas y que, si se venden, «los frutos de la venta de ese patrimonio afluyen hacia todos los asturianos». También cree que con esta fórmula «se garantiza el control efectivo de la gestión efectuada por los directivos a través del patronato de la fundación», así como «la transparencia de cualquier decisión estratégica» y que «evitaría más eficazmente la tentación, real y preocupante, de que directivos de la Caja o de Effibank, S. A. decidan en el futuro vender acciones de la entidad a un tercero, a un precio inadecuado, a cambio de beneficios ajenos al interés general de todos los asturianos».
Según el líder de Foro Asturias, «los actuales directivos se resisten a esta transformación de las cajas en fundaciones, por la sencilla razón de que dejan de controlar efectivamente las entidades. En nuestro caso, prefieren mantener la ficción de que Cajastur sigue siendo una entidad de crédito de actividad indirecta, con el único objetivo de mantener el estatuto jurídico de caja de ahorros, que se traduce en una dilución real del control de Cajastur».
Pese a ello, apuesta por una nueva ley autonómica de cajas que establezca su paso a fundación, que tendría que ser fruto de «un gran acuerdo en la Junta General», dada la inexistencia de mayorías absolutas.

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