El Centro Niemeyer clausura su actividad por disputas políticas
El edificio de Avilés permanecerá abierto, pero no habrá ninguna programación cultural
Seis meses ha durado el sueño de Oscar Niemeyer para Avilés. Medio año de revolución cultural y turística en el corazón de Asturias pueden tener las horas contadas si antes no se ponen de acuerdo el patronato que lo gestiona, apoyado principalmente por el Ayuntamiento de Avilés (PSOE), y el Gobierno del Principado de Asturias. Un encarnizado conflicto político entre ambos ha puesto fecha al fin de las actividades culturales programadas en el majestuoso espacio: el ocho de octubre, cuando la compañía de María Pagés ponga en escena su espectáculo «Utopía». A partir de entonces, el edificio permanecerá abierto, pero sin actividad en su interior, es decir, sería un espacio muerto, carente de la razón que justificó su construcción. La consejería de Cultura no ha aceptado la reforma de los estatutos del Patronato, por lo que este se encuentra en punto muerto al no poder gestionar las actividades.
La guerra abierta entre el Gobierno del Principado de Asturias que preside Francisco Álvarez-Cascos con los gestores del Patronato de la Fundación del Niemeyer tiene dos motivos. El primero, el deseo del Ejecutivo regional de tener mayor representación en este organismo, que controla la actividad del centro, acorde a su aportación económica, tanto por haberlo construido como por su aportación anual. El segundo, irregularidades contables que el Gobierno ha encontrado en la gestión. De momento, las desavenencias provocarán que los gestores de la infraestructura cultural tengan que abandonar el centro el próximo 15 de diciembre, puesto que el edificio es propiedad del Principado de Asturias (invirtió 43 millones de euros) y en esa fecha finaliza el contrato de cesión.
La alcaldesa de Avilés, Pilar Varela, hizo ayer una nueva llamada al diálogo a la vista del futuro cierre: «Reafirmo y mantengo mi convicción de que solo mediante el diálogo y el consenso seremos capaces de encontrar las soluciones para que el centro siga funcionando con normalidad». Además, se desmarcó mínimamente del secretario de la Fundación, José Luis Rebollo, que había advertido del posible inicio de acciones judiciales contra el Gobierno del Principado. «Podemos entender, dada la actual situación, reacciones que incluso propugnen acciones concretas», indicó Varela, aunque apeló a «la mesura, la prudencia y la legalidad para encontrar soluciones». La alcaldesa sí arremetió contra el consejero de Cultura, Emilio Marcos Vallaure, sobre quien consideró que «atacó a profesionales con prestigio y menoscabó el necesario respeto a la autonomía en la gestión cultural».
Vallaure criticó recientemente «la cultura del espectáculo» que a su juicio se hace desde el centro avilesino y explicó que este proyecto cultural carece de «reflexión de futuro». También dijo que alguna exposición que ha visitado «no es cultura» y supone una «vergüenza» para todos los asturianos, en alusión directa a una muestra de Cristóbal Gabarrón.
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