Hacienda se enfrenta a Industria: bronca total en la reforma energética
El Eco
- La Comisión Delegada prevista para hoy se ha suspendido
La reforma energética se ha visto envuelta en una bronca monumental. Como si se tratara de un déjà vu de lo que pasara el año pasado, los ministros de Industria y Hacienda, José Manuel Soria y Cristóbal Montoro, respectivamente, han protagonizado un sonoro enfrentamiento donde el segundo desmentía lo que acababa de anunciar el primero: que se hubiera alcanzado un acuerdo para que los Presupuestos Generales del Estado asumieran parte del déficit eléctrico.
Con las espadas en alto, el texto fue evaluado en la Comisión de Subsecretarios a lo largo de la mañana de ayer. Según ha podido saber elEconomista, en este encuentro se convocó al secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, para que explicara el grueso de la reforma, que está compuesta fundamentalmente por un Real Decreto Ley para recaudar 4.000 millones de euros y un Anteproyecto Ley que prevé avanzar en la liberalización con el fin de las tarifas reguladas.
Sin embargo, Nadal comentó a grandes rasgos las medidas elaboradas por su departamento. Y es que a tenor de la fuerte bronca que se sucedió entre los ministerios a los que afecta la reforma, el sector no descarta que se informe sobre las líneas generales de la reforma y, a continuación, se vayan aprobando las medidas poco a poco.
En este sentido, la Vicepresidencia explicó ayer a este diario que para hoy no hay convocada la Comisión Delegada de Asuntos Económicos que se celebra los jueves, con lo que no se sabrá si la reforma irá al Consejo de Ministros hasta hoy a las 9 de la noche cuando se da a conocer el orden del día.
Al igual que lo que ocurrió el pasado año, tendrá que ser la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, la que tenga que coger las riendas de la reforma para desatascar el punto de no retorno de Soria y Montoro. Además, la número dos del Ejecutivo preside desde hace tres meses la Comisión Delegada en sustitución del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
El problema fundamental se centra en si los Presupuestos Generales del Estado acogerán alguna partida del déficit de tarifa para que Soria pueda cuadrar las cuentas y salir airoso en el segundo intento de acabar con el déficit tarifario.
Lejos de tener una deferencia en este sentido, Hacienda no ha tenido reparos a la hora de negar -a través de un portavoz- las declaraciones que unos minutos antes había pronunciado el propio ministro en una entrevista en Onda Cero, donde anunciaba la existencia de un acuerdo para que las cuentas públicas pusieran de su parte.
Según explicó el departamento que dirige Montoro, "hoy por hoy no hay ningún acuerdo sobre las partidas que se recogerán en los Presupuestos Generales del Estado", ya que "éstas se negocian en los meses de julio, agosto y septiembre", una vez que ya se cuenta con el visto bueno del techo de gasto, que ayer fue convalidado por el Senado.
Preocupación por el choque
El choque ayer entre ambos ministros fue visto con estupor por parte de todo el sector energético que en privado reconocían el lamentable espectáculo internacional que supone este enfrentamiento y mostraron su preocupación por la impresión que puede causar en Bruselas, ya que el Gobierno se ha comprometido a aprobar la reforma energética este mismo verano.
Durante su intervención en la Cámara Alta, Montoro pidió a los grupos que fueran responsables y que apoyaran el límite de gasto planteado porque servirá de base para elaborar unos Presupuestos "exigentes". Según el ministro, en las cuentas del año que viene no habrá sitio para el "qué hay de lo mío", porque no se puede entorpecer la recuperación.
Y es que una de las máximas de Hacienda para enrocarse en este enfrentamiento con Industria es que las cuentas públicas tienen poco margen por la estrecha vigilancia de Bruselas y sus exigencias para reducir el déficit público. Entre tanto, las empresas esperan con resignación la reforma una semana tras otra. El fuerte recorte previsto para las renovables para recaudar 1.000 millones más ha desatado la ira de los fondos de inversión con intereses en termosolar, que han iniciado un arbitraje internacional que se suma al litigio abierto por los inversores fotovoltaicos.
Para las eléctricas es esencial cómo se regule la retribución a la distribución porque prevén un gran varapalo que supondría poner en jaque su negocio en España.
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