jueves, 18 de julio de 2013

De apellidos también se vive..

Sainz y Juncadella, ante los pitones de un Fórmula 1

Eurosport
¿Será un día más en su carrera deportiva? ¿O será una jornada que recuerden toda su vida?Carlos Sainz y Dani Juncadella lograrán estos días en Silverstone el sueño de todo piloto: rodar a bordo de un Fórmula 1.
Para quienes no tenemos acceso a las sensaciones que proporciona un monoplaza, todavía nos resulta sorprendente escuchar a los pilotos debutantes hablar de la experiencia que supone subirse a un Fórmula 1 por primera vez: la brutalidad de su frenada, la aceleración fulminante, cómo la carga aerodinámica que permite pasar por las curvas a velocidades que rompe los esquemas  la mente rechaza …
Acostumbrados a las experiencias que proporcionan coches de las World Series, GP2 o GP3,  aún así los pilotos suelen bajarse con los ojos a cuadros ante el comportamiento de un Fórmula 1. Entonces, te preguntas cómo será pilotarlo al límite, y qué sensaciones deparará cuando pilotos como Michael Schumacher y Kimi Raikkonen volvían a competir, enganchados por la intensidad que proporciona  poder exprimir la “bestia” que es un Fórmula 1.
Estos días, Sainz lo experimentará por primera vez. Y aunque Juncadella ya rodó con un Ferrari, ambos afrontan  una gran responsabilidad. Dice el refrán que “no hay una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión”. Ambos serán examinados por sus respectivos equipos que son hoy, ni más ni menos, quienes mandan en la Fórmula 1 junto a Ferrari. Y está en su mano dejar un gran sabor de boca.
Quizás solo sus respectivos equipos sean capaces de valorar con precisión la calidad de su rendimiento. Los ingenieros habrán preparado un plan de trabajo concreto, con unos objetivos determinados. Los pilotos habrán recibido instrucciones que en muchas ocasiones implican no poder tirar al límite y sí cumplir con un programa técnico. Posiblemente no tengan tanta libertad como quisieran, y no les ocurrirá lo mismo que a Ayrton Senna en su primer test con un Fórmula 1 (un Williams): iba tan rápido desde las primeras vueltas, que Patrick Head ordenó que le pusieran más combustible a bordo para ¡hacerle más lento…!
Pero los ingenieros valorarán en ambos su capacidad de adaptación, de soltura para asimilar la complejidad técnica de un Fórmula 1 en marcha, su progresiva adaptación al ritmo del coche, la capacidad para analizar y transmitir la información que el monoplaza va ofreciendo… El equipo sacará conclusiones de todo un cúmulo de factores, aunque desde fuera los demás nos ocupemos solo de los tiempos.
En el caso de Carlos Sainz, el tema será muy especial. Nunca Red Bull había juntando antes a todos sus pilotos en un mismo circuito –tanto de los equipos de Fórmula 1 como del Red Bull Junior Team-, y el madrileño debutará con la referencia de todos. Las comparaciones serán inevitables, así como la presión. Por ello, la tranquilidad y la confianza en sí mismo serán cruciales. Pero Sainz tiene todavía tiempo por delante para seguir mejorando. En el caso de Juncadella, si su rendimiento es satisfactorio, quizás Mercedes se plantee subirle al Williams a partir del próximo año, cuando el equipo británico utilice los motores alemanes. Así que el catalán puede estar ante los días más importantes de su carrera…
A final, por encima de todo, lo importante será no cometer errores graves  y evitar ser embestido por los pitones de un Fórmula 1. De momento, el test de Silverstone ya es la culminación de una carrera deportiva. Porque el automovilismo es una suerte de proceso darwinista de selección natural. Cientos y cientos de pilotos se quedan por el camino en las categorías inferiores. Tener la oportunidad de pilotar el monoplaza más sofisticado del mundo ya es un logro en sí mismo.
Ojala, para Daniel Juncadella y Carlos Sainz Jr estos sean solo los primeros días de otros cientos a bordo de un Fórmula 1.

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