Y al séptimo partido, la muralla se derrumbó. El FC Barcelona recibió en París su primer gol de la temporada 640 minutos después, y además encajó dos más. Y lo hizo de una manera que siembra dudas sobre su defensa y su portero. "Los errores se pagan", declaró tras el partido Luis Enrique ante las cámaras de Canal +, pero el entrenador asturiano aclaró que se refería más a las jugadas previas que a las propias acciones a balón parado que acabaron en los dos primeros goles del equipo francés.
De los tres goles recibidos por el Barça, quizá el segundo fue el más sangrante, sobre todo para Ter Stegen. El alemán, apuesta personal de Andoni Zubizarreta y sin simpatía por parte de un sector de la directiva, entre ellos el presidente, Josep Maria Bartomeu, no estuvo nada acertado en esa acción. El córner lanzado desde la derecha le superó por alto y llegó al segundo palo, donde Verratti, al que Rakitic se había olvidado de vigilar, remató de cabeza. Que el italiano marque un gol así es como si lo hicieran Iniesta o Xavi: algo insólito y que no deja en buen lugar al equipo contrario. Hasta el momento, Claudio Bravo está transmitiendo más seguridad que Ter Stegen.
Fue el segundo gol a balón parado recibido por el Barça. El primero llegó un cuarto de hora antes, en el minuto 10. En esa ocasión, la acción de David Luiz desveló que toda la brillantez de Mascherano a campo abierto -en el partido tuvo varias acciones de mérito cortando contragolpes del PSG- tiene problemas para aparecer cuando el rival le tiene ganada la posición. El central brasileño, casi más diestro en el área contraria que en la propia, mantuvo al argentino detrás de él para darse la vuelta y poner el 1-0.
Luis Enrique no paró de dar indicaciones a sus jugadores (Reuters)Luis Enrique no paró de dar indicaciones a sus jugadores (Reuters)Mascherano volvió a ser uno de los dos elegidos por Luis Enrique para el centro de la defensa. Su compañero fue el francés Mathieu. Los dos forman la pareja más utilizada por Luis Enrique en los que va de temporada. De los 8 partidos oficiales que ha jugado el Barcelona (6 de Liga y 2 de Champions), ambos han estado en el once inicial en 5 (4 de Liga y contra el PSG). El segundo dúo más utilizado por el entrenador culé es la que forman Piqué y Bartra, titulares contra el APOEL en el estreno en la Champions y contra el Málaga en la Liga. En París, el primero se quedó en el banquillo y el segundo, en la grada.
El PSG exigió muchísimo a la defensa del Barcelona a campo abierto. La presión del equipo azulgrana tras perder el balón no funcionó y los jugadores dirigidos por Laurent Blanc tuvieron muchos espacios, especialmente en las bandas. Los problemas fueron colectivos y también individuales. La espalda de Dani Alves la ocupaban Cavani y Pastore, mientras que Lucas Moura castigaba las subidas de Jordi Alba. Mascherano y Mathieu se multiplicaban para tapar esos agujeros, aunque ni unos ni otros evitaron el 3-1.
Detrás de Alba se coló Van der Wiel y detrás de Alves apareció Matuidi. El pase del primero acabó con remate del segundo después de que el balón pasara entre los centrales y el portero. Tras 630 minutos sin recibir un gol, el Barça recibió 3 en 54 minutos, poniendo fin a una defensa de su portería perfecta hasta el momento. La Champions no es la Liga y Ter Stegen, de momento, no es Claudio Bravo. Luis Enrique dijo que no entiende de porteros titulares y que seguiría rotando a los tres que tiene, como está haciendo con los centrales. A Mascherano, Mathieu, Piqué y Bartra ahora se suma Vermaelen, que acaba de recibir el alta. Veremos si el tropiezo en el Parque de los Príncipes provoca algún cambio en los planes del cuerpo técnico del Barça.