Para 2015 la cultura crecerá en España un 4,3%. Al menos, una pequeña parte de la cultura: la que más rendimiento político ofrece. El cine, la música y la danza y (algunos) museos. José Ignacio Wert, ministro de Educación, Cultura y Deporte, tendrá algo más de 30 millones que el año anterior para gestionar los balances culturales. Sin embargo, a lo largo del diseño de cuatro años de Presupuestos Generales queda patente el recorte de 188 millones de euros a este capítulo de los números de España.
De todas las partidas, las que más han sufrido en este periodo son las menos espectaculares, las que no tienen foto. Esas caen en picado: archivos, bibliotecas, conservación y patrimonio. El desprecio por todas ellas ha sido una constante en las cuentas del ministerio. La que para muchos es la mayor fuente de riqueza de España, queda arrinconada y en grave peligro de desaparición.
En la partida dedicada a la “conservación y restauración de bienes culturales” sumada a la de "protección al patrimonio", vemos que se ha decidido pasar de 24,7 millones a 22 (-11%). En 2012, las dos partidas hacían un total de 38,1 millones de euros, un recorte del 42,2% sobre la conservación y restauración de nuestros bienes culturales. La retirada del apoyo todavía es mucho más grave, si tenemos en cuenta que en 2011, nuestro patrimonio tuvo en ayudas 45,9 millones de euros. Es decir, durante el gobierno de Mariano Rajoy y el Ministerio de José Ignacio Wert se ha invertido un 52% menos en el legado histórico y artístico. En ningún apartado el recorte es tan exagerado.
Han caído en el camino las transferencias a las universidades para convenios de colaboración en formación e investigación y han retirado el apoyo a las entidades locales para restaurar y conservar su patrimonio en un 36%. La única buena noticia es la creación de una partida por 240.000 euros para la elaboración de estudios sobre conservación de las ciudades declaradas Patrimonio Mundial. Del resto, ya veremos.
ARRIBA LOS GRANDES MUSEOS, ABAJO LOS DEMÁS
La partida de museos ha sido la más agraciada, con un crecimiento del 8,1%, de 131,7 millones de euros a 142,4 millones. Sin embargo, ¿cómo se han repartido esos casi once millones? Para empezar, lo más escandaloso de la partida son los 5,3 millones de euros que recibe el Museo Thyssen Bornemisza “en concepto de déficit dotable”. Es decir, no es un incremento de presupuesto como tal, es un parche (que se lleva más de la mitad de la ampliación de la partida) para tapar el agujero catastrófico que sus gestores han creado en el año anterior, como ya hemos contado. Ningún otro museo público tiene esta prebenda y tampoco hay fiscalización de la gestión.
La presión de las últimas semanas ha sido fructífera y los dos grandes museos recibirán más dinero de las arcas públicas: el Reina Sofía podrá dejar de pensar en “apagar la luz”, porque crece un 7,5% (de 33,2 a 35,7 millones). Ha perdido en cuatro años un 15,6%. El Museo del Prado también: 8,2% más, de 39,1 a 42,3 millones de euros. Ha perdido un 5,3% en estos cuatro años.
Los recortes eran habituales en infraestructuras, pero este año han crecido y se quedan en una inversión de 16,3 millones, 3,6 millones de euros más que el anterior ejercicio. Este periódico ha consultado acerca de esta partida a la Secretaría de Estado de Cultura, pero no ha obtenido respuesta. Una cifra ridícula si la comparamos con los 30,3 millones de euros de 2012. En total, la partida a los museos en esta legislatura ha caído un 19,8%, más de 35 millones de euros.
La Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas deja por un año el calvario y toma un respiro: de 46,6 millones pasa a ingresar 48. Lo que se desconoce, por falta de transparencia, es cómo se reparten entre los 21 museos estatales.
Sin embargo, no todo son buenas noticias. La estructura del aparato público cae en esta partida –y veremos que se repite en varias áreas-, 300.000 euros de recortes en gastos de personal, en la dirección general. Y 500.000 euros menos en gastos corrientes.
Y 2,7 millones de euros menos en transferencias a los proyectos museísticos de las comunidades autónomas. Es decir, los museos estrella cuentan con el apoyo político, el resto no. Probablemente sean los más necesitados. Entre las instituciones muy castigadas aparece la Academia de Bellas Artes de San Fernando, que recibirá 317.000 euros, 260.000 euros menos que el año anterior. El IVAM (156.000) y el MNAC (1.933.140) mantienen sus ayudas intactas, pero el MACBA ha desaparecido (al menos de la información de los PPGG). El Museo Lázaro Galdiano sufre un golpe durísimo y pierde un 44% de ayudas. También el MARCO de Vigo y el Patio Herreriano.
Uno de los capítulos más dramáticos es el dedicado a las ayudas para la promoción del arte español: han desaparecido. De los 1,2 millones dispuestos para dar a conocer nuestro arte en 2012 se ha pasado a una ayuda de 90.000 euros. La cuantía de los Premios Nacionales se ha mantenido intacta desde entonces, en 90.000 euros.
LA MEMORIA NO IMPORTA
En los archivos, el recorte ha sido sangrante en estos cuatro Presupuestos Generales del Gobierno de Mariano Rajoy, acumulando una pérdida del 37%: de 40,5 millones a 25,2. Entre 2014 y 2015 la caída ha sido del 5,2%. La tijera ha sacrificado la partida de suministros y material. Y siguen ahorrando en el capítulo de personal. Es decir, adelgazan al órgano gerente, como ocurre en la partida del INAEM. El año anterior recortaron 300.000 euros en el gasto de personal funcionario, que no son amortizados, pero para 2015 esperan quitar algo más de un millón de euros. Es obvio que los archivos sin personal para conservarlos y atenderlos, no son archivos sino desvanes.
Las bibliotecas siguen sangrando, como los archivos. Si en los anteriores presupuestos se recortaron hasta cuatro millones de euros este año se retira un millón. En la lectura de la legislatura, el abandono de ayuda es del 30%: en 2012 se entregaron 60,8 millones de euros y en 2015 han quedado en 42,6.
La desinversión en infraestructuras y equipamientos no vuelve a caer después del durísimo golpe del año pasado, cuando recortaron 1,5 millones de euros para mantener, renovar y construir. La Biblioteca Nacional contaba en 2012 con un presupuesto de 36,6 millones de euros, pero de ahí pasó a 31,2 en 2013, a 29,3 millones de euros en 2014, hasta 29,2 millones para 2015.
LA MARCA ESPAÑA YA NO INTERESA
La cultura cacareada como elemento más reconocible de la marca España más allá de los Pirineos pasa a segundo plano, al menos en las cuentas. La promoción cultural en el exterior sufre desde 2012 una caída del 45,4%. De aquellos 28,2 millones en 2012 han llegado a los 16 millones de euros para 2015. Todas las partidas destinadas a las bellas artes, los bienes culturales, los archivos, las bibliotecas, artes escénicas y libro han sufrido el recorte.
La promoción y cooperación cultural también cae, de 10,1 millones a 9,6 (-5%). En 2012 estaba en 24,5 millones de euros (-68%). En esta partida sólamente crece la aportación a la Fundación Donostia / San Sebastián 2016, que de 1,2 millones de euros pasa a recibir 1,5.
EL LIBRO ES AMIGO
El sector editorial ha sido de los menos maltratados por el Ministerio que dirige José Ignacio Wert, si comparamos sus recortes con los de otras partidas. Apenas han oscilado desde 2012, cuando recibió 11 millones de euros; en 2013 fueron 7,6 millones de euros; 2014, 7,3; y 2015, 7,3. Como gran novedad destaca el leve crecimiento en las ayudas para el fomento de la edición para bibliotecas (990.000 euros) y la introducción de ayudas para proyectos de revitalización cultural y modernización de las librerías, con 150.000 euros. Una vieja reivindicación del sector que ha sido escuchada.
LAS INDUSTRIAS NO IMPORTAN, LA PIRATERÍA TAMPOCO
La disminución de la partida es leve (de 14,1 a 13,9 millones), sin embargo, en los primeros presupuestos de Mariano Rajoy se apoyaron las industrias culturales con 29,4 millones de euros. De ahí pasaron a recibir 14,4 millones, en 2013. Las transferencias destinadas al fomento de la creatividad han caído de un año a otro desde 1,1 millones de euros a 260.000 euros.
Lo más escandaloso de esta partida es el grave recorte en las ayudas a “la inversión en capital para incrementar la oferta legal de contenidos digitales culturales en Internet y para promover la modernización, innovación y adaptación tecnológica de las industrias culturales y creativas”: este año se retiran del capítulo 200.000 euros, de 2 millones de euros a 1,8 millones de euros. La alarma está en el acumulado, al inicio de la legislatura estaba en 5,3 millones de euros (-66%).
MÚSICA Y DANZA, EL MAYOR CRECIMIENTO
Una de las pocas partidas que crecen desde 2012 es la dedicada al Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM). Entonces se invirtieron 89,7 millones de euros y ahora tenemos una partida de 92 millones de euros. Respecto al año anterior, el capítulo ha crecido 6 millones de euros (+6,8%). La partida crece por las transferencias corrientes a comunidades autónomas, sociedades públicas, entidades locales, etc. El Teatro Real recibe 8,7 millones de euros para sus actividades musicales, la misma cantidad que el año anterior (hace cuatro años eran 13,1 millones).
TEATRO, EXPRIMIR EL ORGANISMO
El teatro, debido a la extraordinaria y desproporcionada subida que obtuvo en 2014, este año recibe varapalo: 53,1 millones de euros, cinco millones menos que en 2014 (-8.4%), que han sido eliminados de la masa del INAEM. Han adelgazado el organismo en gasto de personal y gastos corrientes en bienes y servicios en más de cuatro millones y mantienen programas y ayudas. El aparato cada vez más escuálido. Intocables las ayudas al Lliure y La Abadía, también las de los festivales de Almagro, Mérida, Tárrega y Cádiz.
EL CINE, ALGO MÁS
El Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) pasa de recibir 48,2 millones de euros a 50,7 millones de euros (+5,1%). Sin embargo, hay que recordar que el primer año de gobierno de Rajoy el cine recibió 71 millones de euros, la caída es abismal (-28,6%). El incremento se encuentra en las transferencias a comunidades autónomas, empresas, entidades e instituciones para desarrollo de sus actividades. Apuesta por ampliar económicamente a un sector que es muy castigado desde hace dos años (subida del IVA y deuda).
De esta manera, el Festival de San Sebastián crece 200.000 euros, hasta 1,1 millones de euros. Crecen también los premios al sector. El Festival de Málaga mantiene los 100.000 euros y, muy importante, tres millones de euros más para el Fondo de Protección a la Cinematografía.