La historia “visionaria” de Manuela Carmena
“Un arma más cómoda que noble se emplea para desacreditar determinadas posturas. Esta arma es la calificación de visionarios, calificación que al parecer ofende poco pero que desacredita mucho y no obliga a probar nada”. Manuela Carmena citando a Concepción Arenal
MADRID// La lista de Ahora Madrid al Ayuntamiento que sus simpatizantes eligieron esta misma semana está encabezada por Manuela Carmena, una magistrada con un amplísimo historial de defensa de los derechos de los trabajadores y de los colectivos más vulnerables. Además, tuvo un gran papel en la lucha antifranquista al ser una de las abogadas laboralistas con más presencia en el Madrid de los años sangrientos de la transición.
Manuela Carmena, desde su despacho de abogados de la calle Atocha, fue testigo y actriz principal de los años que forjaron la situación actual del país desde su desarrollo profesional pero también político, ya que también fue miembro del Partido Comunista. Sin duda, el suceso que marcó la vida política de la cabeza de lista de Ahora Madrid fue el atentado contra los abogados de Atocha. Ella se salvó de ser una de las víctimas de la matanza por puro azar. Trabajaba de forma habitual en el despacho del número 55 de la Calle Atocha, compaginándolo con el que poseía en el número 49. No obstante, Carmena era la titular de arrendamiento del piso donde fueron asesinados sus compañeros. El día del atentado, la abogado laboralista tenía que haber estado trabajando en el número 55 pero Luis Javier Benavides (uno de los tiroteados) le pidió un intercambio de oficinas para una reunión. Así figura en la crónica de su declaración en 1980 en el juicio por los asesinatos de sus compañeros.
En 1975 fue detenida junto a 25 abogados laboralistas en Atocha 49 por celebrar una reunión no autorizada en su despacho, según explicó la Dirección General de Seguridad en un comunicado que hizo público. Entre los documentos incautados se encontraron ejemplares de Mundo Obrero y documentos de la Junta Democrática. En la crónica de ABC llama la atención que testigos presenciales dijeran haber visto a Mariano Sánchez Covisa, el líder del grupo ultraderechista Guerrilleros de Cristo Rey, que se sospecha podría haber participado en la masacre de Atocha de dos años después. De hecho, la Radio Televisión Belga publicó una entrevista a Sánchez Covisa en la que el líder ultraderechista declaró: “Todo el mundo sabe dónde están las células comunistas, radicadas en ciertos despachos de abogados laboralistas, en ciertas asociaciones de vecinos que las conoce todo el mundo, que las conoce el Gobierno, pero ahí están, actuando”. El 4 de abril de 1976 Manuela Carmena fue una de los firmantes del manifiesto por la amnistía y formó parte de la primera lista del PCE en la democracia en el año 1977. Su nombre aparecía en el número 23 de la lista de los 32 candidatos que eran liderados por el fallecido Santiago Carrillo.
En el año 1986 se le concedió el premio nacional de Derechos Humanos, ya que tras su trayectoria como abogada y luchadora antifranquista ha realizado desde su puesto de jueza civil un fructífero combate contra “la corrupción, tan arraigada en las oficinas judiciales; demostrando que es posible erradicar ese viejo fenómeno, y desarticulando una de las coartadas de uso habitual: la inhibición generalizada y cómplice”.
Legalización de drogas y desahucios
Ya en su etapa de magistrada, que llegó a ocupar el cargo de juez decano de Madrid, su labor progresista y de defensa de los derechos de los más vulnerables continúo. Carmena abanderó luchas muy minoritarias como la legalización de las drogas para combatir los problemas derivados de su consumo, la necesidad de dotar de alternativas a los desahuciados o la lucha por los derechos de los presos.
La número 1 de la lista de Ahora Madrid formó parte de la Plataforma Alternativa sobre las Drogas (PAD), que en el año 1988 se presentó ante la opinión pública pidiendo la legalización de los productos derivados del cannabis y la administración de la heroína a través de la red sanitaria pública. Los promotores de la PAD, entre los que se encontraban miembros de la policía, pedían medidas contra el paro, el fracaso escolar y la marginación para paliar los graves problemas de la drogadicción en lugar de la criminalización.
En el año 1996, cuando el problema de los desahucios era una cuestión marginal a la que nadie prestaba atención, en Madrid se producían más de 8.000 al año. La jueza Manuela Carmena en un informe del juzgado decano del que ella era responsable denunció que un 3% de esas familias se quedaban a la intemperie cuando por motivos económicos se veía incapaz de hacer frente a la hipoteca de su vivienda. Para paliar esta traumática situación Manuela Carmena reclamó a la Empresa Municipal de la Vivienda la puesta a disposición de estas familias de un parque de casas para atender los casos más dramáticos.
Lucha por la reinserción de los presos de ETA
En el año 1989 la jueza Manuela Carmena, como titular del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 1 de Madrid, en uso del mandato constitucional que habla de la estancia en prisión como un proceso de reinserción social y reeducación, concluyó que las presas de ETA también tenían que valerse de los programas que existían en las cárceles para este objetivo. Además, anuló una medida del fiscal que consideraba denigrante para con las presas así como la prohibición de que se expresaran en euskeraen las conversaciones telefónicas.
La defensa de Manuela Carmena por los derechos de los presidiarios fue constante mientras era titular del juzgador de vigilancia penitenciaria. En una entrevista al diario El País abogó por “Vaciar las cárceles”. Carmena declaró que nadie cree en la reinserción en España. “Mientras la derecha pide la pena de muerte o la cadena perpetua, la izquierda se conforma con mantener a los delincuentes en la cárcel”. Esta visión progresista de la estancia de los presos en las cárceles le creó algunos problemas. En el año 1990, concedió un tercer grado a Antonio Rodríguez Pueyo, relacionado con la desaparición y muerte de Santiago Corella, El Nani. El preso aprovechó el permiso para huir de España. Los permisos que Carmena concedió a presos peligrosos fueron denunciados por el sindicato UGT pero la jueza argumentó que cumplían escrupulosamente la ley y la Constitución.
La Visionaria, como la llamaban algunos críticos en sus días como jueza, dejó una respuesta sobre la reinserción de terroristas que define cuál es su pensamiento crítico y constructivo. Cuando Bonifacio de la Cuadra preguntó a Carmena si se puede reinsertar socialmente a un terrorista la jueza respondió lo siguiente: “Creo que es uno de los problemas que tiene el saber penitenciario del mundo. El terrorismo es un delito del siglo XX, propio de las sociedades urbanas, fruto de un odio etiquetado y negativo para la sociedad. Hasta ahora, las únicas medidas han sido represivas, que a la larga han invernado las semillas del terrorismo para que el terrorismo continúe. Fundamentalmente, habría que iniciar un tratamiento constante a base de discusión y de reflexión con la persona que se encuentra condenada por estos delitos de terrorismo que, por lo menos, permita que pueda cuestionar sus actitudes e intentar un cambio y una aceptación de la estructura democrática. Soy consciente de que es algo no probado en otros países y que tiene una dificultad importante”.
“Un arma más cómoda que noble se emplea para desacreditar determinadas posturas. Esta arma es la calificación de visionarios, calificación que al parecer ofende poco pero que desacredita mucho y no obliga a probar nada”. Manuela Carmena citando a Concepción Arenal
MADRID// La lista de Ahora Madrid al Ayuntamiento que sus simpatizantes eligieron esta misma semana está encabezada por Manuela Carmena, una magistrada con un amplísimo historial de defensa de los derechos de los trabajadores y de los colectivos más vulnerables. Además, tuvo un gran papel en la lucha antifranquista al ser una de las abogadas laboralistas con más presencia en el Madrid de los años sangrientos de la transición.
Manuela Carmena, desde su despacho de abogados de la calle Atocha, fue testigo y actriz principal de los años que forjaron la situación actual del país desde su desarrollo profesional pero también político, ya que también fue miembro del Partido Comunista. Sin duda, el suceso que marcó la vida política de la cabeza de lista de Ahora Madrid fue el atentado contra los abogados de Atocha. Ella se salvó de ser una de las víctimas de la matanza por puro azar. Trabajaba de forma habitual en el despacho del número 55 de la Calle Atocha, compaginándolo con el que poseía en el número 49. No obstante, Carmena era la titular de arrendamiento del piso donde fueron asesinados sus compañeros. El día del atentado, la abogado laboralista tenía que haber estado trabajando en el número 55 pero Luis Javier Benavides (uno de los tiroteados) le pidió un intercambio de oficinas para una reunión. Así figura en la crónica de su declaración en 1980 en el juicio por los asesinatos de sus compañeros.
En 1975 fue detenida junto a 25 abogados laboralistas en Atocha 49 por celebrar una reunión no autorizada en su despacho, según explicó la Dirección General de Seguridad en un comunicado que hizo público. Entre los documentos incautados se encontraron ejemplares de Mundo Obrero y documentos de la Junta Democrática. En la crónica de ABC llama la atención que testigos presenciales dijeran haber visto a Mariano Sánchez Covisa, el líder del grupo ultraderechista Guerrilleros de Cristo Rey, que se sospecha podría haber participado en la masacre de Atocha de dos años después. De hecho, la Radio Televisión Belga publicó una entrevista a Sánchez Covisa en la que el líder ultraderechista declaró: “Todo el mundo sabe dónde están las células comunistas, radicadas en ciertos despachos de abogados laboralistas, en ciertas asociaciones de vecinos que las conoce todo el mundo, que las conoce el Gobierno, pero ahí están, actuando”. El 4 de abril de 1976 Manuela Carmena fue una de los firmantes del manifiesto por la amnistía y formó parte de la primera lista del PCE en la democracia en el año 1977. Su nombre aparecía en el número 23 de la lista de los 32 candidatos que eran liderados por el fallecido Santiago Carrillo.
En el año 1986 se le concedió el premio nacional de Derechos Humanos, ya que tras su trayectoria como abogada y luchadora antifranquista ha realizado desde su puesto de jueza civil un fructífero combate contra “la corrupción, tan arraigada en las oficinas judiciales; demostrando que es posible erradicar ese viejo fenómeno, y desarticulando una de las coartadas de uso habitual: la inhibición generalizada y cómplice”.
Legalización de drogas y desahucios
Ya en su etapa de magistrada, que llegó a ocupar el cargo de juez decano de Madrid, su labor progresista y de defensa de los derechos de los más vulnerables continúo. Carmena abanderó luchas muy minoritarias como la legalización de las drogas para combatir los problemas derivados de su consumo, la necesidad de dotar de alternativas a los desahuciados o la lucha por los derechos de los presos.
La número 1 de la lista de Ahora Madrid formó parte de la Plataforma Alternativa sobre las Drogas (PAD), que en el año 1988 se presentó ante la opinión pública pidiendo la legalización de los productos derivados del cannabis y la administración de la heroína a través de la red sanitaria pública. Los promotores de la PAD, entre los que se encontraban miembros de la policía, pedían medidas contra el paro, el fracaso escolar y la marginación para paliar los graves problemas de la drogadicción en lugar de la criminalización.
En el año 1996, cuando el problema de los desahucios era una cuestión marginal a la que nadie prestaba atención, en Madrid se producían más de 8.000 al año. La jueza Manuela Carmena en un informe del juzgado decano del que ella era responsable denunció que un 3% de esas familias se quedaban a la intemperie cuando por motivos económicos se veía incapaz de hacer frente a la hipoteca de su vivienda. Para paliar esta traumática situación Manuela Carmena reclamó a la Empresa Municipal de la Vivienda la puesta a disposición de estas familias de un parque de casas para atender los casos más dramáticos.
Lucha por la reinserción de los presos de ETA
En el año 1989 la jueza Manuela Carmena, como titular del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 1 de Madrid, en uso del mandato constitucional que habla de la estancia en prisión como un proceso de reinserción social y reeducación, concluyó que las presas de ETA también tenían que valerse de los programas que existían en las cárceles para este objetivo. Además, anuló una medida del fiscal que consideraba denigrante para con las presas así como la prohibición de que se expresaran en euskeraen las conversaciones telefónicas.
La defensa de Manuela Carmena por los derechos de los presidiarios fue constante mientras era titular del juzgador de vigilancia penitenciaria. En una entrevista al diario El País abogó por “Vaciar las cárceles”. Carmena declaró que nadie cree en la reinserción en España. “Mientras la derecha pide la pena de muerte o la cadena perpetua, la izquierda se conforma con mantener a los delincuentes en la cárcel”. Esta visión progresista de la estancia de los presos en las cárceles le creó algunos problemas. En el año 1990, concedió un tercer grado a Antonio Rodríguez Pueyo, relacionado con la desaparición y muerte de Santiago Corella, El Nani. El preso aprovechó el permiso para huir de España. Los permisos que Carmena concedió a presos peligrosos fueron denunciados por el sindicato UGT pero la jueza argumentó que cumplían escrupulosamente la ley y la Constitución.
La Visionaria, como la llamaban algunos críticos en sus días como jueza, dejó una respuesta sobre la reinserción de terroristas que define cuál es su pensamiento crítico y constructivo. Cuando Bonifacio de la Cuadra preguntó a Carmena si se puede reinsertar socialmente a un terrorista la jueza respondió lo siguiente: “Creo que es uno de los problemas que tiene el saber penitenciario del mundo. El terrorismo es un delito del siglo XX, propio de las sociedades urbanas, fruto de un odio etiquetado y negativo para la sociedad. Hasta ahora, las únicas medidas han sido represivas, que a la larga han invernado las semillas del terrorismo para que el terrorismo continúe. Fundamentalmente, habría que iniciar un tratamiento constante a base de discusión y de reflexión con la persona que se encuentra condenada por estos delitos de terrorismo que, por lo menos, permita que pueda cuestionar sus actitudes e intentar un cambio y una aceptación de la estructura democrática. Soy consciente de que es algo no probado en otros países y que tiene una dificultad importante”.
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