El 20D cierra el círculo del cambio político
PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos se enfrentan a la jornada electoral más abierta y plural de la historia de la democracia
Elecciones generales de final de ciclo. Este 20 de diciembre se cierra el círculo de cambio político que empezó a esbozarse en anteriores procesos electorales. Las europeas aportaron el sorprendente resultado de Podemos, las municipales y autonómicas confirmaron que el electorado buscaba nuevos modelos políticos, mientras que las catalanas apuntalaron otra de las novedades ya instaladas: la irrupción de Ciudadanos como formación de referencia a todos los niveles. Ya no es tiempo para ensayos, este domingo todos los actores tendrán que medir por fin la dimensión real de su existencia en un Parlamento donde la única mayoría probable será la del diálogo.
La velocidad política es de tal nivel que muchos considerarán una derrota para Albert Rivera no superar los 60 escaños en el Parlamento, pese a ser un recién llegado. Tampoco debería sorprendernos que el PSOE baje de los 90 diputados sin que nadie dimita por ello. Son los nuevos tiempos, lo mismo de antes, pero con más actores para el reparto. Lo de Pablo Iglesias y las confluencias participadas por Podemos es otra parte de esa novedad: por primera vez una misma batuta podría marcar el ritmo de cuatro grupos parlamentarios en el Congreso de los Diputados. Con respecto al PP, todo son dudas y resulta casi imposible calibrar la debacle de Rajoy, mucho menos lo que hará Rajoy tras el descalabro.
Atrás queda una campaña en la que los candidatos han pedido el voto junto a Bertín Osborne y María Teresa Campos. La vicepresidenta ha bailado en prime time, Rivera se marcó una carrera de karts en el plató de El Hormiguero, Sánchez no ha parado de hacerse selfies por las calles y Pablo Iglesias se atrevió a cantar con su guitarra en las tardes de sábado de Telecinco. ¿También es esto la nueva política? Es probable.
Un millón y medio de nuevos votantes están llamados a las urnas. Son jóvenes que tenían entre 13 y 17 años cuando Rubalcaba fue aplastado por el PP en 2011. Casi todo ha variado desde entonces. La abstención tiene ganas de activismo y esa será otra de las claves de este día.
¿Qué decir de las encuestas? Todas ellas han ido variando estos días hasta la imitación. Casi todas dicen lo mismo y si se equivocan el error será compartido. Los expertos en demoscopia, tradicionalmente, lo han fiado todo a su análisis del recuerdo de voto. Esta vez, ese dato no estaba disponible para dos importantes formaciones como Ciudadanos y Podemos. Por decirlo de manera suave, las encuestas se han conducido a ciegas y todo está abierto en esta noche electoral.
Los compañeros periodistas tienen claro que las navidades se dan por perdidas. Tan apasionante como esta jornada electoral va a ser el momento post de acuerdos y desacuerdos en la búsqueda de una gobernabilidad que se anuncia complicada. Solo dos de los líderes en la contienda se juegan algo más que un éxito o un fracaso: las cabezas de Rajoy y Sánchez están en discusión este 20D. Ese será sin duda otro de los escenarios que habrá que seguir con minuciosa atención. La historia acostumbra a decir que nunca hay rey puesto sin rey muerto.
La política española ya no tiene ni planteamiento ni nudo. Solo desenlace.
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