Eleciones Generales: Pablo Iglesias, llave de gobierno, reclama blindar derechos
Ander Azpiroz
La noche del 26 de mayo de 2014, Pablo Iglesias se presentó ante los medios con cara seria pese lograr contra todo pronóstico cinco escaños en el Parlamento Europeo.«Podemos ha nacido para ganar y no lo hemos hecho», dijo entonces en tono abatido. Año y medio después, Podemos no venció en las generales, pero el líder del partido morado compareció eufórico. Y es que sus 69 diputados sólo han sido superados, en toda la historia de la democracia moderna por UCD, PSOE y PP.
El secretario general de Podemos no desveló qué hará su partido, si apoyar a Pedro Sánchez o negarle su apoyo en la investidura y, por tanto, dejar gobernar a Mariano Rajoy. Iglesias se encuentra en una encrucijada. Un escenario que no quería ni imaginar, según reconocen altos cargos de Podemos.
Durante la campaña, el candidato del partido morado insistió en que sólo contemplaba superar a los socialistas. Y se empeñó a fondo para ello con una batería de ataques hacia Sánchez, sobre el que llegó a declarar que más le habría valido al PSOE que su cabeza de lista hubiese sido Susana Díaz.
Iglesias se ha quedado cerca pero no ha conseguido superar a su adversario socialista y ahora está obligado ha entenderse con él. Hasta el inicio de la campaña ambos líderes mantenían una relación cordial, pero los cruces de declaraciones y acusaciones entre uno y otro han sido constantes en los últimos días. Ahora deberán reconducir la situación si quieren lograr un acuerdo que les permita conformar un Gobierno de corte progresista.
El candidato de Podemos no perdió el tiempo y, pocos minutos después de conocer los resultados del escrutinio, compareció ante los medios y sus seguidores y puso sobre la mesa sus condiciones para pactar. Los 69 diputados de la formación morada exigirán el blindaje constitucional de los derechos sociales a la sanidad y la educación públicas, la reforma de las ley electoral y la Carta Magna para que el voto de cada ciudadano cuente lo mismo, instaurar un referéndum revocatorio que permita a los electores destituir al presidente a mitad de mandato sino cumple su programa y, por último, un acuerdo que respete la plurinacionalidad del Estado.
Cada una de estas condiciones son «inaplazables e indispensables», advirtió Iglesias durante su comparecencia, pasadas las 22.00 horas. Los tres primeros puntos son asumibles para los socialistas. El problema podría venir en la cuestión territorial. Podemos es el único de los grandes partidos que defiende el derecho a decidir de los catalanes y propone resolver la situación actual con un referendum vinculante. No obstante, Iglesias no apuntó como condición imprescindible la convocatoria de un consulta soberanista en Cataluña, un punto que difícilmente aceptarían los socialistas.
Tras detallar sus líneas rojas, el líder de Podemos destacó los resultados de su partido. «Hemos sido la primera fuerza en Cataluña y el País Vasco y la segunda en la Comunidad de Madrid y la Comunidad Valenciana», destacó. Y a continuación señaló que en cada una de las elecciones «las fuerzas del cambio» han avanzado respecto a PP y PSOE.
Fin del bipartidismo
En su discurso de valoración electoral, Iglesias también dio por acabado el bipartidismo. Según zanjó, «España ha votado cambio» aunque los dos partidos tradicionales hayan ocupado las dos primeras posiciones. «El PSOE de Pedro Sánchez ha sacado el peor resultado de su historia y el PP el peor desde 1979», señaló para contraponer el éxito de Podemos al batacazo de los grandes partidos.
Iglesias también tuvo palabras para Izquierda Unida. No quiso entrar a valorar si la alianza que rechazó antes de las elecciones podría haber catapultado a Podemos a la segunda posición en caso de haber compartido cartel electoral con Alberto Garzón. Simplemente afirmó que se alegra del candidato de Unidad Popular ocupe un escaño en el Congreso y expresó su voluntad de entenderse con él, algo factible dada la buena relación que existe y ha existido entre ambos incluso como rivales políticos.
Pero no todo fueron buenas noticias para Podemos en estas elecciones. El exjefe del Estado Mayor, Julio Rodríguez, uno de sus fichajes estrella se quedó fuera del Congreso de los Diputados al no lograr el partido morado su segundo escaño por Zaragoza. Sí estarán en la Cámara Baja los jueces Victoria Rosell y Juan Pedro Yllanes.
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