lunes, 29 de febrero de 2016

Los saldos de nuestra Hacienda.....

Hacienda tiene pendiente de cobro 49.272 millones

Los 10 valores en los que invertir tras los resultados empresariales

El extraño desprecio por la rentabilidad al elegir planes de pensiones

El 4,5% del PIB (49.272 millones). Este es el importe que los contribuyentes deben a la Agencia Tributaria. La cifra llama la atención por su magnitud y equivale, por ejemplo, al dato de déficit público de 2015 avanzado por el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy. Según la estadística recabada por Cinco Días, la deuda pendiente de cobro por parte Hacienda ascendió a 49.271,82 millones a 31 de diciembre de 2015, un 2% menos que en el mismo período del ejercicio anterior. Supone el primer descenso desde 1999. La deuda fiscal ha crecido exponencialmente con la crisis económica. En 2007 se situaba en 26.652 millones y en 2013 superó por primera vez la barrera de los 50.000 millones.
La recesión provocó un incremento de las solicitudes de aplazamiento de deudas fiscales y también un aumento de los morosos con la Agencia Tributaria. De los 49.271 millones pendientes de cobro que tiene Hacienda, el 57% (28.289,5 millones) se encuentra en vía ejecutiva. Esto significa que se ha sobrepasado el plazo legal máximo de pago. El pasivo en vía ejecutiva se redujo un 4% en 2015, una disminución que fuentes de la Agencia Tributaria señalan que es consecuencia de la intensificación de medidas como la revisión de deudas antiguas en fase de embargo o el análisis de la situación de expedientes en procesos concursales.
Parte de la deuda nunca se recuperará por insolvencias del deudor o por anulaciones en los tribunales
Una parte de la deuda en ejecutiva nunca llegará a cobrarse por insolvencias del deudor o por anulaciones de liquidaciones en los tribunales. En cualquier caso, el Ejecutivo defiende que la reforma de la ley contra el fraude fiscal aprobada en 2012 incluyó una batería de medidas dirigidas a facilitar el cobro de la deuda tanto en vía ejecutiva como en voluntaria. Por ejemplo, se agilizaron los embargos, se amplió la responsabilidad de los administradores de empresas o se facilitó el cobro de impuestos en casos que se encuentran en la vía penal.
© Proporcionado por Cinco Dias
En período voluntario, la deuda pendiente de pago ascendía en 2015 a 20.982 millones, un 0,7% más que en el mismo período del año anterior. A pesar del ligero aumento, fuentes de la Agencia Tributaria destacan que la cifra superaba los 24.000 millones y se ha reducido con fuerza en los últimos años. La deuda pendiente en período voluntario incluye los aplazamientos solicitados por los contribuyentes y concedidos por Hacienda, las deudas suspendidas por la presentación de recursos o el pasivo paralizado en procesos concursales.
Por ello, fuentes de la administración indican que buena parte de la deuda pendiente en voluntaria no puede reclamarse. De hecho, a 31 de diciembre de 2015, el 58% de la deuda estaba suspendida por recursos y el 29% paralizada por aplazamientos y procesos concursales. Así, solo el 13% (2.700 millones) es directamente exigible, un importe que Hacienda señala que se ha reducido un 45% desde 2011. La Agencia Tributaria señala que la disminución es un reflejo del incremento significativo de las medidas cautelares, de las derivaciones de responsabilidad, de la mayor agilidad en la revisión de la deuda suspendida y de la inadmisión del aplazamiento con carácter general de las retenciones del IRPF.
La Agencia Tributaria vetó a partir de enero de 2014 la posibilidad de que las empresas postergaran el pago de las retenciones de las nóminas de sus empleados. Una decisión que supuso un cambio respecto al criterio seguido desde 2009, cuando Hacienda hizo una interpretación benévola de la normativa para permitir aplazar el pago de retenciones y mejorar la tesorería de las empresas.
Aun así, al final de la pasada legislatura también se aprobaron medidas para facilitar el pago de deuda tributaria a contribuyentes con problemas de liquidez. Por ejemplo, la Agencia Tributaria aprobó en octubre una orden que amplió de 18.000 a 30.000 euros el límite para solicitar aplazamientos o fraccionamientos del pago de impuestos sin necesidad de presentar avales o garantías. Y también se dictó a finales de una instrucción para ampliar de 6 meses a 33 meses el plazo máximo de aplazamiento de deudas inferiores a 1.000 euros.

Las Pensiones en un momento crítico...

El gasto récord de febrero agudiza la crisis del sistema público de pensiones

La Seguridad Social desembolsa 8.406 millones de euros para las prestaciones en el mes, en que el número de pensionistas marca el récord de 9,36 millones.
 Ante la amenaza para el sistema público, algunos partidos proponen que parte de las pensiones se pague a través de los impuestos generales.

El gasto récord de febrero agudiza la crisis del sistema público de pensiones
Una pareja de pensionistas en el parque del Retiro de Madrid. FERNANDO SÁNCHEZ
MADRID // A pesar de los recortes en el sistema de pensiones públicas que han supuesto las últimas dos reformas –la del PSOE en 2011 y la del PP en 2013- hay cada vez más jubilados en España y el importe medio que reciben crece sin parar. En febrero, la Seguridad Social contaba con un total de 9.360.522 jubilados, un aumento del 1% respecto a febrero de 2014, el mayor número de la historia. El importe medio de las prestaciones subió un 2%, 1.035 euros al mes, según datos que ha facilitado el Ministerio de Empleo y Seguridad este jueves. Este incremento se debe a que las personas que se retiran en estos años suelen haber cotizado más que generaciones anteriores.
Con todo, la Seguridad Social tuvo que desembolsar en febrero 8.406 millones de euros para pagar las pensiones, un nuevo récord. Esta tendencia confirma la preocupación por la sostenibilidad del sistema público de prestaciones para los jubilados. En los últimos tres años, el Gobierno ya tuvo que meter mano en el Fondo de Reserva para tapar el agujero entre los ingresos por las cotizaciones y el gasto en pensiones. Sólo en 2015 retiró 7.750 millones de euros de la hucha.
El problema del sistema se agrava por los cambios en el mercado laboral, ya que la gran mayoría de los nuevos puestos son temporales o parciales y normalmente con salarios más bajos. Esto afecta a las cotizaciones a la Seguridad Social porque mucha gente sólo puede pagar por la base mínima. “No cabe esperar que en el futuro inmediato las cotizaciones sean suficientes para financiar unas prestaciones crecientes”, concluye el catedrático de Hacienda Ignacio Zubiri en un reciente estudio para la Fundación de la Cajas de Ahorro (Funcas).
El futuro de las pensiones es uno de los temas más urgentes, aunque se ha quedado en segundo plano en el debate político sobre la formación de gobierno en las últimas semanas. El PSOE, Podemos eIzquierda Unida proponen financiar parte de las prestaciones a través del presupuesto general del Estado, es decir, con los impuestos, en vez de cargarlo todo a las cotizaciones de trabajadores, empresas y autónomos. De los 9,36 millones de prestaciones, 2,35 millones corresponden a pensiones de viudedad y otras 340.000 a las de orfandad. Sacar estas prestaciones de la caja cerrada de la Seguridad Social es la opción que baraja la izquierda para equilibrar el sistema.
Otra forma de apuntalar la estabilidad del sistema de pensiones pasa por crear más y mejores puestos de trabajo. “Es cierto que la población es cada vez mayor, peo la clave es el mercado laboral”, afirmaFernando Bermejo, profesor de Economía de la Universidad de Castilla-La Mancha, en una entrevista para el dossier sobre el futuro de las pensiones en el nuevo número de la revista mensual de La Marea. En este informe se examinan también las tácticas que emplea el sector financiero para aprovechar la debilidad y las dudas sobre el sistema público para vender más planes de pensiones privados.
“Defender que el sistema público es insostenible es ocultar el conflicto distributivo subyacente”, concluye la profesora de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, Bibiana Medialdea, en un análisis que forma parte del dossier de La Marea.

Podemos y sus contradicciones...

Olivier Besancenot sobre un pacto PSOE-Podemos: “La socialdemocracia no puede ser casta un día y al otro no”

Bajo el NPA (Nuevo Partido Anticapitalista), concurrió a las presidenciales francesas en 2002 y en 2007. Ahora se prepara para el Plan B.
Olivier Besancenot sobre un pacto PSOE-Podemos: “La socialdemocracia no puede ser casta un día y al otro no”

Olivier Besancenot (Levallois-Perret, Francia, 1974) se presentó a las elecciones presidenciales francesas en 2002 destacando que era el momento de que “gente normal” tomase la iniciativa en política. Por aquel entonces trabajaba como cartero en el municipio parisino Neuilly-sur-Seine, del que fue alcalde Nicolas Sarkozy. Bajo el liderazgo del NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) concurrió a los comicios aquel año y en 2007, y en ambas ocasiones logró el 4% de los votos.
Catorce años después, en el marco de las recientes jornadas del Plan B, ha visitado Madrid para recabar información sobre los movimientos municipalistas que han llegado a los grandes ayuntamientos españoles. En una entrevista con La Marea, Besancenot se muestra muy crítico con las políticas aprobadas por el socialista François Hollande y asegura que ni la derecha se hubiese “atrevido” a tomar las decisiones impulsadas por el presidente francés. Pone como ejemplo la reforma del código laboral que acaba de presentar y que permitirá que las empresas tengan flexibilidad a la hora de modificar la jornada laboral.
Usted es muy crítico con el Gobierno francés, ¿recomendaría a Podemos pactar con el PSOE?
No me toca a mí elegir las alianzas de Podemos. Nosotros hemos estado en estas jornadas para ver si la experiencia de Podemos nos puede ayudar para exportarla a Francia. Pero hay que tener en cuenta que la socialdemocracia es la socialdemocracia, no se puede considerar casta un año y que luego deje de ser casta unas semanas. Es lo uno o lo otro. Por nuestra experiencia en Francia, sabemos que la socialdemocracia no funciona, ahora mismo han desarrollado políticas que la derecha nunca se hubiese atrevido a plantear, como atacar las jornadas laborales o encarcelar a sindicalistas.
Si usted tuviese que tomar una decisión, ¿apoyaría una alianza para formar Gobierno?
Es una cuestión recurrente que se ha planteado en varios países. Por ejemplo, en Portugal el bloque de la izquierda ha decidido ser independiente del Gobierno. Han decidido apoyar todos los puntos que contribuyen a que la gente viva mejor, pero los que van en contra del pueblo no los van a apoyar. Para poder oponerse a políticas que son nefastas hay que ser independiente.
Durante el pasado fin de semana han estado debatiendo sobre un modelo alternativo a las políticas comunitarias. ¿En qué consiste su Plan B?
El Plan B es una ruptura con la Unión Europea actual, hay que salir de los tratados existentes y crear una Europa que esté hecha para el pueblo y los trabajadores. Hay que mejorar el sistema democrático y los derechos sociales. Para conseguirlo hay que iniciar un proceso constituyente. Por ejemplo, se podría organizar una asamblea constituyente europea donde cada país vote mediante sufragio universal para enviar a unos delegados que decidan sobre la constitución de una Unión que esté hecha para nosotros y no para los mercados.
¿Y qué papel jugarían las instituciones comunitarias en esa idea de Unión Europea?
No mantendríamos la fórmula actual. Ni la Comisión europea, ni el funcionamiento piramidal de la Unión Europea actual. Esas asambleas a las que he hecho referencia tendrían que decidir sobre cuestiones democráticas, económicas y sociales. Se podría instaurar una red de servicios públicos europeos en dominios como el transporte, la salud o las telecomunicaciones y que no sean controladas por compañías privadas o el Estado, sino por los trabajadores y sus usuarios.
Teniendo en cuenta que los partidos que han desarrollado políticas en favor de la austeridad siguen siendo los más votados, como ha sucedido en España en las últimas elecciones generales, ¿cree que actualmente su planteamiento es una opción real?
La respuesta pasa por la confluencia de fuerzas que luchen contra esos gobiernos de austeridad. Este es uno de los objetivos de la reunión: la unión de fuerzas. Los movimientos que estamos aquí presentes no tenemos las mismas historias ni el mismo contexto pero todos hemos sufrido las políticas de austeridad desarrolladas por partidos de derecha o socialdemócratas. Si nos unimos vamos a vencer, si no estamos condenados a perder, ahí está el ejemplo de Grecia.
El auge en su país del partido de extrema derecha Frente Nacional (FN) de Marine Le Pen plantea una realidad alejada de la Europa solidaria que están tratando de crear con este Plan B, ¿qué tienen pensado para hacer frente al repunte de la xenofobia en la UE?
Para combatir las políticas racistas y austericidas es necesario devolver la confianza a las centenas de miles de ciudadanos explotados y oprimidos, tienen que ser visibles en el debate político. Si no es así, la extrema derecha seguirá ganando apoyos. La sociedad tiene que ver que podemos ganar, nosotros lo sabemos y la troika también, pero es necesario que en un país se consiga para que el resto se contagien.
¿Qué espera del lanzamiento de este Plan B?
Creo que antes de aguardar el gran abrazo de los pueblos de Europa, son necesarias etapas intermedias y que existan confluencias entre los sectores de la izquierda social y de la izquierda política. Esto ha sucedido en España, pero no ha pasado lo mismo en el resto de países europeos. Por eso es necesario que haya un nuevo encuentro en el que estén sindicalistas, activistas de barrio, feministas y ecologistas… De esta manera podremos realizar una verdadera campaña europea, por ejemplo sobre la anulación de la deuda, hay organizaciones que llevan muchos años trabajando en esta cuestión. En el lanzamiento del Plan B algunos movimientos sociales españoles han planteado su miedo a que la sociedad se desmovilice, que deje de manifestarse, al pensar que está todo conseguido porque Podemos o candidaturas municipalistas han llegado a las instituciones.
¿Cree que es posible?
Nuestro compañero, ya fallecido, Daniel Bensaïd hablaba de la discordancia del tiempo. Hay un tiempo social y otro político, y la discordancia consiste en que raramente coinciden. Entre ellos hay vasos comunicantes, cuando estamos en la calle no tenemos la representación política y cuando tenemos espacio político nos dicen que no hace falta manifestarse. El punto importante para partidos como Podemos es que tengan una buena conciencia de este dilema, que no digan que hay que pasar de la ilusión social a la ilusión política. Creo que la solución política la debemos aplicar nosotros mismos, no debemos esperar que otros la apliquen por nosotros. Eso se consigue controlando a los diputados elegidos y destituyéndolos cuando no estamos de acuerdo. Así conseguiremos enfrentarnos al sistema vertical de las instituciones.
Podemos ha anunciado algunas medidas para rendir cuentas ante los electores como el análisis a mitad de la legislatura del “grado de cumplimiento” del programa electoral. ¿Cómo se puede potenciar un sistema electoral más participativo?
En Francia, supongo que igual que en España, estamos sumidos en una dictadura electoralista, si se acaban de celebrar unos comicios ya estamos pensando en los siguientes. En nuestro país uno de los problemas de la izquierda es que son prisioneros de ese juego institucional. Por eso es necesario que se potencie la democracia interna en la sociedad y en los movimientos. Si esto no sucede hemos perdido la batalla al olvidarnos de los ciudadanos oprimidos y explotados. Esto es lo que nos ha sucedido en Francia.

Carreño pierde su primer Final ATP...

Carreño se queda con la miel en los labios

Pablo Carreño, a la izquierda, muestra junto a Pablo Cuevas el trofeo conquistado como segundo clasificado.
Pablo Carreño, a la izquierda, muestra junto a Pablo Cuevas el trofeo conquistado como segundo clasificado. / EFE
  • En el partido por el título de dobles, disputado una hora y media después, acusó el cansancio, pero dio batalla con Marrero ante el chileno Peralta y el argentino Ceballos

  • El gijonés perdió su primera final individual con el uruguayo Pablo Cuevas tras un duelo intenso

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Las tres últimas semanas de Pablo Carreño han sido las más intensas desde que empuño una raqueta. Su primer título ATP llegó en dobles en el Abierto de Quito hace quince días con el argentino Durán y siete días después en Río lograba de nuevo como doblista, especialidad en la que se ha convertido en una de las revelaciones de este inicio de año, el subcampeonato.
Sin embargo para el gijonés el haber disputado por primera vez una final individual culmina un sueño deportivo que al mismo tiempo confirma su excelente progresión.
Pero ayer, en el partido en el que estaba en juego el trofeo paulista, el asturiano se topó con el uruguayo Pablo Cuevas (27 ATP), que venía de ganar en Río en semifinales a Rafa Nadal para hacerse finalmente con el título del torneo brasileño. Pese a la teórica superioridad del charrúa, Carreño hizo un sensacional primer set, que se resolvió en el tie-break (7-6) y que mereció el reconocimiento de los numerosos aficionados que llenaron la pista central de Sao Paulo. Aseguró sus 8 primeros puntos con su servicio para acabar exhibiendo un 80% de éxito con su primer saque. Por su parte, el sudamericano con unos números de efectividad muy cercanos (76%) apenas sufrió con su servicio. Con tal seguridad de los saques, la manga se decidió en el tie-break. El primer error llegó en el lado de Cuevas, que envió un revés a la red y permitió al discípulo de Samuel López escaparse 3-2. Sin embargo, en la siguiente ocasión al resto recuperó la ventaja, 3-3. Y lejos de conformarse encadenó un parcial de 4-1, para acabar asegurándose el desempate por 7-4. La mayor madurez de Cuevas en este tipo de partidos se hizo notar, mientras que la tensión y los nervios de su primera final fueron en contra de Carreño, que perdía opciones a medida que avanzaba el partido. En este sentido, en el tercer juego del segundo set dejó escapar su primera opción de break. Evitó la primera tras un excelente intercambio, pero a la tercera fue la vencida. Así, Cuevas encarriló el partido con 5-1 en el marcador.
El gijonés vendió cara su derrota al conseguir dos juegos más, obtenindo su primer break (5-3). Pero la ventaja del charrúa le permitió setenciar con mayor comodidad (6-3).
El jugador asturiano reconoció en la ceremonia de la entrega de premios que «Cuevas estuvo a un gran nivel y se merece este triunfo».
Carreño, tras la final individual, llegó después sin apenas descanso, con sus fuerzas al límite, al partido por el título de dobles que jugaba con David Marrero contra el chileno Julio Peralta y el argentino Horacio Ceballos. El resultado, a favor de la pareja sudamericana, fue de 6-4, 1-6 y 5-10. Pese al cansancio, el binomio astur-canario hizo un buen primer set, pero en el segundo las imprecisiones dieron la manga a sus adversarios que se llevaron el triunfo definitivo gracias a un tie-break.
El gijonés comentó a EL COMERCIO ayer desde Sao Paulo que «perdí las dos finales, pero me quedo con lo positivo, que es que estoy jugando a un gran nivel».

Reinventar la Cultura....Oviedo

¿Se puede medir la producción cultural? Eso es lo que intenta cada año el barómetro de la Fundación Contemporánea a través de una amplia encuesta entre decenas de personalidades de la cultura nacional. El resultado es una radiografía que deja a Asturias en un destacado lugar en la oferta de innovación cultural (sexto lugar) y en un honroso octavo puesto entre las comunidades de toda España. El observatorio estudia también la oferta por ciudades y en esa clasificación, Gijón aventaja claramente a Oviedo, con Laboral como principal foco de irradiación, aunque sus propuestas comienzan a languidecer, según el panel. Mientras que Gijón mantiene su posición a duras penas, la capital sigue experimentando un firme retroceso en un ránking dominado por Madrid, Barcelona y Bilbao.
El panel ha valorado por sexto año tanto la calidad como la innovación de la programación cultural de las diferentes comunidades autónomas y ciudades de España. En el ránking de calidad, Asturias aparece en la octava posición, tras Madrid, Cataluña, País Vasco, Andalucía, Comunidad Valenciana, Galicia y Castilla y León. Mientras tanto, en la innovación de la oferta cultural, Madrid aumenta su ventaja respecto a Cataluña y País Vasco, Andalucía consolida su cuarta posición y tras ellos aparecen la Comunidad Valenciana y Asturias.

Por ciudades

A la hora de valorar las ciudades españolas por su oferta cultural, Gijón supera en opinión de los expertos a Oviedo. Las propuestas gijonesas ocupan el noveno puesto en la clasificación nacional, mientras que la capital del Principado aparece en 18ª posición. El listado refleja cómo Gijón ha ido subiendo posiciones desde 2009, aunque la progresión ha ido desacelerándose lentamente, mientras que en Oviedo la marcha atrás ha sido constante. Por delante de Gijón se sitúan focos culturales como Madrid, Barcelona, Bilbao, Sevilla, San Sebastián, Málaga, Valencia y Santander. Por detrás, ciudades como La Coruña, Zaragoza, Granada o  Valladolid. Oviedo se ubica en el ránking a la altura de Vitoria, Córdoba, Burgos y Segovia. En materia de innovación, Gijón ocupa también un noveno puesto (Girona aparece justo por delante) pero en opinión de los expertos, la oferta cultural de Oviedo no suma los mínimos necesarios y no merece mención en esta clasificación. Las propuestas culturales de Avilés, en especial el Centro Niemeyer, tampoco aparecen en esta encuesta. El informe no analiza las causas aunque los análisis de Juan Carlos Gea y Diego Díaz que acompañan esta información son bastante clarificadores.  
Los panelistas han señalado las instituciones y acontecimientos culturales más destacados del año 2015, en una pregunta abierta sin aportar ningún nombre. Laboral es la única presencia en el listado, en el puesto 31º, y pierde posiciones respecto a los últimos años. Los expertos se fijan cada vez menos en su programación, a tenor de la encuesta. Laboral aparece a la misma altura que el Museo Picasso de Málaga y el Gran Teatre del Liceu y por encima de la Feria del libro de Madrid, el Museo de la Evolución Humana de Burgos, el Teatro Lliure, el FIB de Benicassim o el Bilbao BBK Live. Encabezan el ránking el Museo del Prado y el Museo Reina Sofía, que vuelven a alternarse en la cabeza. En tercer lugar el Teatro Real, que sube 4 puestos; a continuación, Matadero Madrid, que sube 2, el Museo Thyssen-Bornemisza, que baja uno, el Festival de San Sebastián, ARCO, CaixaForum  y Guggenheim.

Panel

El panel ha sido respondido por 173 miembros: escritores, artistas, directores y actores, músicos, arquitectos; responsables de fundaciones, directores de museos, centros e instituciones culturales; editores, productores, promotores, galeristas y responsables de industrias culturales; comisarios de exposiciones, gestores culturales y profesionales del sector, así como responsables de áreas e instituciones culturales de la administración pública central, autonómica y municipal. Todo ello entre los meses de diciembre de 2015 y enero de 2016.
El informe arroja un ápice de optimismo ante el futuro. Tras consultar a los panelistas por la variación prevista en el presupuesto para el ejercicio 2016, los resultados arrojan que un tercio de los profesionales trabajarán con cuentas superiores, un 58% con presupuestos congelados y solo un 7% sufrirán disminuciones. Por primera vez en siete años se plantea un saldo positivo. La valoración del momento actual de creación en cada uno de los campos de la cultura arroja un ránking similar a los últimos años. La gastronomía encabeza los elogios, seguido por la moda. La repercusión internacional de la cultura española está encabezada también por la gastronomía, la moda, la arquitectura y el diseño. Mientras tanto, video arte, música clásica y contemporánea, música popular y teatro siguen sin alcanzar el aprobado. 
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La 3ª España......

Sostenía hace algún tiempo el historiador García Cárcel que el principal problema de los españoles era su tendencia, casi innata, a soñar la España que pudo ser
Históricamente, tanto una cierta derecha, empeñada en la construcción de unideal nacional escasamente integrador en lo social y en lo territorial, como una cierta izquierda, con una tendencia suicida a destruir lo que funciona simplemente porque viene del pasado, han cincelado un discurso apocalípticoque tiende a levantarse sobre la negación del adversario. Como si los votos de unos valieran más que los de otros.
Se vota a la derecha para que no gobierne la izquierda y, al revés, se respalda a los partidos de izquierda para que la derecha sea desalojada del poder. En ambos casos, con el convencimiento de que es posible construir una utopía sobre la tumba del contrario. De ahí, esa tendencia al ensoñamiento de la que hablaba el historiador.
Esta concepción maniquea de la política explica, en buena medida, el fracaso constitucional de España. Al menos, hasta 1977, cuando un nuevo espíritu de reconciliación -el abrazo de Genovés como símbolo de una generación- caló entre los españoles y su sistema político. Los odios africanos pasaron a mejor vida.
Albert Rivera, tras firmar el acuerdo de investidura. (EFE)
Albert Rivera, tras firmar el acuerdo de investidura. (EFE)
Julián Marías, que representa como pocos ese espíritu de la España integradora -eso que se ha venido en llamar la tercera España-, reflejó con lucidez en sus memorias su anhelo y el de toda una generación: “Estaba convencido de dos cosas”, sostenía, “la primera, que no basta con decir o proclamar las cosas, sino que hay que hacerlas; es decir, que las transformaciones, si han de ser reales, requieren tiempo; la segunda, que no se puede partir de una idea vaga acerca de un país, sino que es menester verlo y volver a mirarlo, rectificar las impresiones, contrastarlas, complementarlas hasta poseer una imagen que refleje la complejidad efectiva. No sabíamos en rigor cómo era España; había que averiguarlo; la única consigna posible era esta: veracidad”.
Lo veraz, ya se sabe, tiene elementos subjetivos. Pero lo que parece evidente es que un cierto clima guerracivilista contrario al mejor RidruejoMadariaga oBesteiro sigue instalado en el país. Sin duda, con la colaboración interesada de algunos medios de comunicación (en particular, ciertas televisiones), que, como el persa Manes, solo distinguen la realidad entre el bien y el mal en aras delnegocio. Lo terrible es que, si nada ni nadie lo remedia, es muy probable que esa visión sectaria de la política estalle con la crudeza que la ocasión merece durante el próximo debate de investidura.

Lecciones de canto

La España de hoy, sin embargo, y habría que decir afortunadamente, no puede verse reflejada en las discusiones broncas, y a veces poco civilizadas, que se transmiten en tiempo real a modo de Super Bowl. Entre otras cosas, porque ni siquiera los propios dirigentes políticos están convencidos de lo que sostienen en público. Cualquiera que haya estado unas horas paseando por los pasillos del viejo caserón de la carrera de San Jerónimo comprobará la política de cartón piedra -ahora se dice postureo- que se esconde cuando un diputado sube a la tribuna de oradores. Baroja, que a principios del siglo pasado coqueteaba con meterse en el mundo de la política, recordaba que en una ocasión Lerroux le dijo: "Usted, Baroja, si quiere vivir de la política, debe tomar lecciones de canto".
Pablo Iglesias. (Reuters)
Pablo Iglesias. (Reuters)
Esa teatralidad ridícula de la política puede explicar la torpe posición de Sánchez, Rajoy e Iglesias. Parece obvio que Rivera es el único que no ha esgrimido cordón sanitario alguno, lo cual hace recaer la carga de la prueba entre quienes son incapaces de evitar al país tanto sufrimiento innecesario. Unos por acción y otros por omisión.
El problema, sin embargo, no es la polarización de la vida política. Al fin y al cabo, democracias tan consolidadas como la estadounidense o la británica llevan dos siglos articuladas en torno a dos grandes fuerzas políticas. El problema es la inexistencia de espacios comunes capaces de construir un clima de diálogo. Probablemente, por una visión bizarra de la ideología, que tiende inevitablemente a la simplificación del discurso y del análisis político. Y en lo que, desde luego, no es ajeno el secuestro del poder legislativo por parte del ejecutivo.
La paradoja de Sánchez, en realidad una verdadera contradicción, es que al mismo tiempo que procura un pacto de centro izquierda con Ciudadanos, sin duda de enorme valor estratégico y necesario para un país acostumbrado al rompe y rasga en lo ideológico, es incapaz de alejarse de los viejos fantasmas de una determinada izquierda que construye su identidad sobre la descalificación del adversario político. Su grosera actuación en las dos entrevistas que ha mantenido con Rajoy es buena prueba de ello. El secretario general socialista acierta intentando un pacto por imposible que parezca, pero yerra fijando cordones sanitarios.
No hay nada que aterre más a un liberal que una dictadura, lo que explica que en Reino Unido y EEUU no haya habido asonadas en los dos últimos siglos
Rodríguez Zapatero es, sin duda, el antecedente más cercano de esta visión chata de la política, cuando resucitó la memoria histórica simplemente para recordar que en España la derecha hunde sus raíces en la dictadura franquista. No le faltaba razón en términos históricos, pero lo hizo por puro tacticismo electoral, y eso ha tenido efectos devastadores sobre el clima de convivencia. Desde entonces, se ha resucitado el espíritu de las dos Españas.
Ahora bien, es evidente que la derecha, desde luego el Partido Popular, nunca ha hecho una reflexión a fondo de su pasado intelectual alejándose de la Dictadura y todo lo que representó. Probablemente, porque en España la derecha -ya desde los tiempos de la Restauración- siempre ha sido conservadora y casi nunca liberal. Y no hay nada que aterre más a un liberal que una dictadura, lo que explica que Reino Unido y EEUU sean de los pocos países del mundo en los que no ha habido ninguna asonada en los dos últimos siglos. Un sistema político que no comparte un pasado común está condenado a revivir una y otra vez sus pesadillas.

Aznar y Azaña

El expresidente Aznar lo intentó durante su primera legislatura reivindicandoen público a Manuel Azaña. O, incluso, la figura del escritor exiliado Max Aub, con el loable propósito de construir una idea común de la historia de España más ajustada e integradora de la realidad, pero pronto él mismo malogró ese esfuerzo por la reconciliación intelectual de las dos Españas. Un error trágico que han capitalizado los nacionalistas intentando demostrar que España no existe como nación unitaria. El mensaje, muy atractivo para quienes ignoran nuestra historia, se ha filtrado entre amplios segmentos de la población, y políticos de nimio bagaje como el pequeño Robespierre lo han comprado haciendo suya la sandez de la España plurinacional.
Esa España inexistente, sin embargo, es la que sigue atravesando la política de lado a lado, lo que explica algo inexplicable: las dos principales fuerzas políticas son incapaces de pactar un Gobierno de gestión con unos puntos muy concretos para desatascar la situación y evitar otras elecciones, lo que llevaría al país a tener -en el mejor de los casos- un Gobierno en funciones durante casi un año.
Rajoy no está dispuesto a dar un paso atrás y dejar a alguien de su partido que intente liderar un nuevo Gobierno, tras el previsible fracaso de Sánchez
Lo dramático, además, es que en todo este sainete trágico existe un fuertecomponente personalista impropio de una democracia consolidada como la española, y que tuvo su momento álgido en el debate preelectoral en la TV entre los dos candidatos a propósito de la decencia del presidente en funciones.
El resultado es que Rajoy no está dispuesto a dar un paso atrás y dejar a alguien de su partido que intente liderar un nuevo Gobierno -tras el previsible fracaso de Sánchez-. Simplemente, porque tras darle la vuelta a la economía no quiere salir por el patio trasero de la historia (corrupción, malos resultados electorales…). Sánchez, por su parte, sabe que solo llegando a La Moncloa podrá salvar su futuro político después del desastre electoral socialista, con solo 90 escaños de 350.
Como se ve, mucha retórica y poca cosecha, que hace bueno aquello que decía don Pío cuando le preguntaron cómo debía ser un político: “Debe ser realista, con un conocimiento claro del país... y si es retórico, el pueblo lo agradecerá. Parece que en España la retórica es una virtud del gobernante”. Eso es, exactamente, lo que sobra: retórica.