Tanto en la comunidad gallega como en la catalana el partido mantiene direcciones colegiadas y se celebrarán primarias en las próximas semanas, pero en Andalucía la organización está ya estructurada y aprovecha las horas bajas del sector 'errejonista', que de la mano del destituido Sergio Pascual mantenía una suerte de dirección bicéfala por su perpetuo enfrentamiento con Rodríguez. En Euskadi, sin embargo, la reciente victoria en primarias de los afines a Íñigo Errejón, con la diputada Nagua Alba a la cabeza, garantiza la relación subsidiaria con Madrid.
El PCA ha recogido ya el guante de Teresa Rodríguez, abriendo una nueva era para la formación comunista y todo apunta que también para la formación morada
Galicia será el siguiente territorio en renovar sus órganos, con las elecciones autonómicas del próximo mes de octubre como telón de fondo. El debate sobre concurrir con la marca de En Marea está ya superado, y ahora se centra en si la confluencia debe mantenerse como una confluencia al uso o evolucionar hasta ser un partido instrumental con entidad jurídica propia. Esta última opción es la defendida por Anova, la formación liderada por Xosé Manuel Beiras, y desde Podemos cada vez se ve con mejores ojos. El propio Íñigo Errejón cedió a las presiones en este sentido de los aspirantes gallegos a liderar el partido en esta comunidad y apeló a la autonomía de un “espacio político propio” de Galicia durante unas jornadas celebradas la pasada semana en Pontevedra.
El portavoz parlamentario y número dos del partido destacó, junto con el alcalde de A Curuña, Xulio Ferreiro, que la fórmula jurídica es solo “una cuestión secundaria”, dando a entender que no bloquearía esta demanda. Una apuesta que no solo lanzaron las mareas municipalistas que gobiernan en A Coruña, Santiago de Compostela o Ferrol, sino también Anova. En palabras de Beiras, este paso hacia la constitución de un partido instrumental implica, como ya se pretendió con la candidatura de En Marea a las generales, “un nuevo sujeto político que pretende representar el pueblo gallego en clave de izquierda rupturista y afirmando que es un sujeto político con derecho a ejercer su soberanía”.
El diputado en el Congreso, el oficialista Raimundo Viejo, presentó la pasada semana en Barcelona un manifiesto con el nombre 'Impulsando el cambio', que abre el terreno a una candidatura en competencia con la de Dante, aunque negó que se presentaría a la secretaría general. A pesar de que se le vincula con el sector oficialista, o precisamente por esto, negó defender una organización en Cataluña subsidaria de Madrid.
El PCE se mueve hacia la confluencia
Viejo incluso hizo propias las reivindicaciones de los críticos al reclamar “personalidad jurídica propia y capacidad para decidir de manera soberana” para Podem Catalunya. Independientemente de que se impongan unos u otros, Podemos también camina en Cataluña con pasos decididos hacia su refundación como un partido propio, independiente de la formación estatal.En Andalucía no se han pronunciado las palabras fetiche (“personalidad jurídica propia”), pero sí se han puesto como ejemplo las candidaturas de unidad popular, que son partidos instrumentales y no confluencias de partidos. Una búsqueda de nuevos aliados de la que no quiere quedarse fuera el Partido Comunista de Andalucía. De hecho, esta formación propondrá, en el XX Congreso del PCE, revocar sus acuerdos con Izquierda Unida para recuperar las competencias electorales y de negociación con otras fuerzas. El PCA ha recogido ya el guante de Teresa Rodríguez, abriendo una nueva era para la formación comunista y todo apunta que también para la formación morada.
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