Lo que anticipaban los indicadores adelantados se ha cumplido. La economía real comienza a deteriorarse.
Y aunque se trata, por el momento, de una suave desaceleración que
afecta únicamente al primer mes del año (los datos de febrero son
todavía poco signficativos), lo relevante es que supone un cambio de
signo.
Tres datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) lo ponen de relieve. El Índice de entradas de pedidos en la Industria volvió a tasas mensuales negativas (-2,7%) en enero; la cifra de negocios en la industria, igualmente, cayó un 1%, mientras que la cifra de negocios en el sector servicios ni retrocedió ni avanzó por primera vez en casi dos años.
El
caso más significativo es el de los pedidos en la industria una vez
corregido los efectos del distinto calendario laboral. En enero crece a
un ritmo anual del 1,9%. Esta tasa es exactamente la mitad que la
registrada en diciembre de 2015. Por destino económico de los bienes,
cuatro de los cinco sectores presentaron tasas mensuales negativas,
destacando los descensos de energía (–11,5%) y de bienes de equipo (–6,2%). El único sector que aumentó, revela el INE, fue el de bienes de consumo duradero (3,9%).
Otros datos muy recientes de coyuntura apuntan en la misma dirección. Las ventas de grandes empresas,
un indicador muy relevante que refleja la fortaleza del consumo, creció
en enero un 2,4%, lejos del 3,8% del mes anterior, y también por debajo
del 3,9% del último trimestre del año anterior. Como sugiere la Agencia
Tributaria en su último informe, “en los últimos meses la tendencia de las ventas describe una suave desaceleración, con tasas de crecimiento aún significativas”. El diagnóstico sirve tanto para ventas interiores como para exportaciones.
Otro indicador muy representativo refleja la tendencia. La fabricación de turismos y todoterrenos
creció en enero una vez corregido el dato del distinto calendario, un
5,5%, muy debajo del 13,5% que se registró de media en el último
trimestre de 2015. Por el contrario, y en sentido positivo, el tráfico aéreo
de pasajeros intensificó en febrero el ritmo de crecimiento interanual
3,8 puntos, hasta anotar una tasa del 16,2%. Dicha aceleración, según
Economía, se explica por el tráfico interior, que experimentó un
aumento del 16,1%, superior en 2,2 puntos al de enero, así como por el
tráfico internacional, que se incrementó el 16,3%, casi cinco puntos más
que en el mes previo (11,6%).
Consenso de los expertos
Estos datos son coherentes con las últimas estimaciones de crecimiento efectuadas por los institutos de coyuntura. El consenso
de los especialistas es que el PIB avance un 0,6% en este trimestre
frente al mismo periodo anterior. Por lo tanto, dos décimas menos que
entre octubre y diciembre.
Si
se confirma esta previsión, la tasa anualizada del PIB estaría
creciendo un 2,5%, ligeramente por debajo del 2,7% que se prevé para el
conjunto del año en media anual. Los expertos estiman que ese 0,6% se
mantendrá durante buena parte del año siempre que no cambien de forma
radical los principales determinantes económicos. En particular, el
crudo, que tiene una importante influencia sobre la renta disponible de las familias.
En lo que va de año, según el Ministerio de Economía, el precio medio del barril de petróleo
se ha situado en 31,52 dólares, muy por debajo de los 52,15 que marcó a
lo largo de 2015 y a años luz de los 99,4 dólares de 2014. Y hay que
tener en cuenta que la principal tracción de la economía española
continúa siendo el consumo privado. El consenso
de Funcas estima, de hecho, que la demanda nacional (consumo público,
privado e inversiones) crezca un 2,9%, lo que significa que el sector
exterior (saldo entre exportaciones e importaciones) detraerá dos
décimas de crecimiento económico.
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