Podemos enmarca el encuentro de hoy miércoles entre Pablo Iglesias y Pedro Sánchez como el preludio del deshielo de las negociaciones entre ambas formaciones. 101 días después desde las elecciones, y tras encallarse el encuentro previsto para antes de Semana Santa por las diferencias mostradas entre los interlocutores de uno y otro partido, la formación emergente está dispuesta a rebajar sus expectativas. Todo ello con el único fin de reabrir las negociaciones para la formación de Gobierno.
Iglesias trasladará a Sánchez su deseo de retomar la mesa de negociación cuanto antes, pero de manera bilateral, solo con los equipos de Podemos y el PSOE. Ni Izquierda Unida-Unidad Popular ni Compromís entran en su ecuación, al menos de momento. Mucho menos Ciudadanos. “Ahora solo estamos centrados en el PSOE y en que se abra un espacio de negociación”, apuntan fuentes cercanas al secretario general. Sin esconder su confianza de que así sea, muestran cautela sobre los pasos a dar: “Primero hay que esperar a ver lo que pasa mañana [por hoy] en la reunión”, responden estas mismas fuentes preguntadas sobre si defienden la existencia de un espacio a cuatro, en el que estén incluidas otras fuerzas de izquierda.
De retomarse las negociaciones, Podemos busca exclusividad con los socialistas, al menos, en una primera fase de las conversaciones. Encuentros bilaterales de los que participarían los mismos miembros del equipo de negociación que capitaneó Íñigo Errejón cuando el portavoz de IU, Alberto Garzón, medió para lograr sentar en la misma mesa a socialistas y podemitas. Desde la federación de izquierdas siguen apostando por el espacio a cuatro. Con todo, aplauden el inicio del deshielo entre Podemos y PSOE. “El diálogo siempre es positivo, en política no se trata de poner vetos”, apuntan desde IU-UP. Lo que en todo caso quiere Garzón es que Sánchez e Iglesias no "mareen la perdiz" y "dejen claro" lo que pretenden.
Garzón, sin respuesta
En su empeño por sentar en la mesa a PSOE, Podemos y Compromís para desbloquear la actual situación, el diputado de IU solicitó una reunión formalcon la formación emergente, antes del encuentro entre Iglesias y Sánchez, perono ha obtenido respuesta alguna. En los planes de Podemos no entran otras formaciones de izquierda, aunque sigue reclamando un 'pacto a la valenciana'.
Los socialistas, por su parte, no descartan por completo abrir el canal de la negociación a dos con Podemos, que por cierto ya estuvo operativo en paralelo a la mesa a cuatro poco antes de la firma del acuerdo con Ciudadanos. Pero su oferta de partida será un diálogo a tres en el que estén presentes sus socios, porque además eso fue lo que pactaron con los de Albert Rivera tras la investidura fallida de Pedro Sánchez: "Sería muy positivo que después de la reunión de mañana se produjese la mesa a tres (...). No hagamos hipótesis [si es posible una negociación bilateral]. Ojalá sea posible esa mesa a tres", comentó el portavoz parlamentario del PSOE, Antonio Hernando, en la comparecencia que siguió a la nueva cita de Rivera y Sánchez en la que ambos aprovecharon para ratificar la vigencia de su entente. A su vez, Ciudadanos "entiende que se va a mantener" el compromiso de la mesa a tres. Recelan los de Rivera, por tanto, de un diálogo sin ellos.
El número dos de Podemos y jefe del equipo negociador, Íñigo Errejón,explicaba ayer durante su comparecencia tras la Junta de Portavoces que estaban dispuestos a “rebajar las posiciones de partida” con el fin de alcanzar un acuerdo que suponga “un punto medio” para ambas formaciones. “Toca hacer un ejercicio de mestizaje. Si hay voluntad política, podemos llegar a un acuerdo para un Gobierno de cambio plural”, indicó Errejón.
Errejón: "Toca hacer un ejercicio de mestizaje. Si hay voluntad política, podemos llegar a un acuerdo"
El secretario político ni siquiera descartó en rueda de prensa la posibilidad de un Gobierno presidido por Pedro Sánchez con representantes de Ciudadanos y Podemos que lanzó ayer el líder socialista. En un gesto de acercamiento y dejando a un lado los vetos de las últimas semanas, el portavoz parlamentario evitó cerrar la puerta a esta hipótesis y se limitó a afirmar que su partido no ha "recibido la propuesta en firme". "Cuando la recibamos, la valoraremos", señaló. Sin embargo, unas horas después aclaró en Twitter que su apuesta pasa por un Gobierno a la valenciana, en el que no contempla sumar a Ciudadanos, aunque sí que los naranjas se abstengan o lo apoyen.
La postura oficial de la Secretaría Política que dirige Errejón se aferra al ejemplo valenciano como única salida para desbloquear la actual situación: “Que lleguemos a buen puerto es una cuestión de voluntad política: en la Comunitat Valenciana hemos visto que es posible llegar a un acuerdo con el PSOE. No contemplamos la abstención. Sería una irresponsabilidad que cinco millones de votos por un cambio real en el país acabaran en una abstención a un acuerdo que reproduce las políticas de [Mariano] Rajoy vía [Luis] Garicano”.
"Veremos con quién está Pablo"
Los socialistas, mientras, acuden a la reunión de este miércoles con pocas esperanzas de acuerdo. Son conscientes de que no se han producido cambios de calado en Podemos en estos meses de bloqueo, aunque aún confían en que el avance del reloj acabe persuadiendo a la formación morada de que debe ceder.
Los socialistas tienen pocas esperanzas de que haya acuerdo, aunque ven asomarse un resquicio en las palabras más conciliadoras de Errejón
"Veremos con quién está Pablo, si con Íñigo o con el sector duro", resumían desde el entorno de Sánchez. Ferraz vio con muchos recelos el cese fulminante del secretario de Organización de Podemos, Sergio Pascual, porque consideraba que con ese gesto Iglesias destruía el equilibrio de poder interno y reforzaba el ala menos proclive al entendimiento con los socialistas. Y ese miedo aún no se ha disipado, por mucho que proclame que el tono es "muy cordial" y que existe un "clima muy favorable al acuerdo".
En la cúpula federal, en consecuencia, fueron bien recibidas las palabras de Errejón en rueda de prensa, en tanto que no cerraba la puerta a un Ejecutivo tripartito. Pero también observan las declaraciones de otros portavoces más cercanos a Iglesias que niegan toda posibilidad de acuerdo sobre la base del pacto con C's. En resumen, que la actitud del PSOE es "expectante". "Queremos saber si Pablo asume su responsabilidad o no. Él tiene la responsabilidad de propiciar ese Gobierno del cambio o ir a nuevas elecciones" el 26 de junio, insistían en el entorno del líder.
Sánchez ya subrayó este martes en la Ser que el mantenimiento de la alianza con C's es una "condición necesaria", "sine qua non". Durante el día apuntaló ese mensaje de advertencia a Podemos. El gesto más rotundo, su reunión con Rivera y los jefes negociadores de ambos partidos, y por espacio de dos horas y media. Ambos partidos convinieron en que su texto debe ser la base de cualquier negociación, y que puede ser "mejorado y ampliado" con acuerdos que sean "compatibles y complementarios". Esto es, que no desfiguren el esqueleto del pacto entre socialistas y naranjas.
La ambición de un Gobierno con Podemos y C's
Sánchez ha insistido una y otra vez que el Gobierno "transversal" y "del cambio" que aspira a liderar sólo se puede cimentar a partir del entendimiento de PSOE, Podemos y Ciudadanos. Este martes propuso de hecho un Ejecutivo que integre "a representantes" de las tres formaciones, sin precisar que quiere a Iglesias de vicepresidente, como este ha puesto como condición. Sin embargo, C's ya ha dicho que ese Gobierno tripartito "no se va a producir" porque le separan demasiadas "diferencias" con la fuerza morada. Y advirtió a los socialistas de que su documento "debe ser el centro" de la actuación políticas de los dos partidos y de la negociación. Marcó asimismo sus "líneas rojas" que no permitirá superar al PSOE en pos de un acuerdo con Iglesias: unidad de España, equilibrio presupuestario, europeísmo, libertad de mercado, lucha antiterrorista.
En la ejecutiva de Sánchez algunos esperan que "el bucle se acabe", que la cita con Iglesias suponga un hito, para bien o para mal. Que acreciente las posibilidades de la investidura o prácticamente las entierre. El mismo secretario general ya advertía de que no había mucho "margen para el error". En las cúpulas regionales, el convencimiento de que es inevitable la repetición de elecciones es total.
La entrevista con Iglesias se produce en un momento delicado para el liderazgo de Sánchez. Está a las puertas del comité federal que deberá aplazar el 39º Congreso. Pero a esa reunión del sábado el líder deberá ir pertrechado con argumentos, y si las posibilidades de pacto con Podemos son aún más reducidas será mucho más vulnerable a las críticas de los barones. Si la negociación, por el contrario, sigue viva, el camino le resultará más confortable. La de este miércoles no será por tanto una cita más. Será clave para todos.
A vueltas aún con la fecha del congreso socialista
El sábado Pedro Sánchez arrancará el comité federal de su partidoy a él llevará la propuesta de retrasar la celebración del congreso "hasta la formación del Gobierno de España". O sea, sine díe. Si hay finalmente nuevas elecciones, con esa formulación podría tener carta blanca para intentar pilotar las negociaciones.
Las federaciones, previsiblemente, no pondrán objeciones al retraso del cónclave, programado hasta ahora para el 20, 21 y 22 de mayo. Entienden que debe primar la agenda institucional a la orgánica, y que no tendría sentido que el PSOE se sumerja en una lucha orgánica cuando aún no se sabe quién ocupará La Moncloa. Este mismo martes, explicitaron su respaldo a esa tesis los presidentes de Valencia y Extremadura, Ximo Puig y Guillermo Fernández Vara. Desde esa perspectiva, en las cúpulas regionales sostienen que el congreso debería reubicarse hacia julio o bien ya en septiembre-octubre.
La duda es si en el comité federal los barones intentarán acotar el terreno de juego, de forma que el cónclave no se postergue sine díe.Andalucía es la que sigue resistiéndose a mostrar con claridad sus cartas. Antonio Pradas, el hombre de Susana Díaz en la ejecutiva de Sánchez, aseguró a los periodistas que la posibilidad de un aplazamiento sin fecha tendrá que analizarse el sábado. La mayoría de los aparatos regionales críticos con Sánchez no prevén conflicto para el comité, pero habrá que esperar a que avance la semana para saber cómo se mueven tanto Ferraz como los barones. Y especialmente Díaz.
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