Los excesos urbanísticos igualan Llanes con el Mediterráneo
Un estudio del Observatorio de Sostenibilidad destaca que existen «dos zonas calientes»: el oriente y el eje Gijón-Gozón. El trabajo ensalza el modelo de conservación del litoral del Principado
REDACCIÓN 24/08/2016 05:00
Asturias ha resistido mejor que el resto de comunidades autónomas la fiebre de la construcción que se apoderó de la costa española en los tiempos de bonanza económica. El Ejecutivo autonómico ha desarrollado un modelo normativo que se pone como ejemplo en el resto del país debido a que ha permitido conjugar el crecimiento turístico con el respeto del medio ambiente. Sin embargo, en el Principado también existen «dos áreas calientes», es decir, espacios con una fuerte presión urbanística que necesitan de una especial vigilancia y planificación para el futuro. La más preocupante es la de la zona de Llanes, donde los excesos cometidos en la costa son «comparables» a los del Mediterráneo.
El estudio elaborado por el Observatorio de Sostenibilidad, que cuenta con el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente, defiende, en líneas generales, las actuaciones llevadas a cabo en Asturias, aunque también recoge los puntos negros en los que se deben centrar los esfuerzos para mejorar la situación. El principal problema se concentra en la zona de Llanes, en la que el informe incluso asegura que «la presión urbanística es comparable a las modificaciones ya consumadas de una manera irreversible en el Mediterráneo». El documento señala que, «pese a tratarse de un territorio protegido», se han producido «bastantes desarrollos urbanos nuevos alineados en la costa entre Ribadesella y Llanes, motivo por el que la catalogan de «zona caliente» para el futuro y considera necesario que se estreche la vigilancia.
Los grandes excesos se centran en ese área pero la mayor parte de las superficies artificiales se concentran en la región en el triángulo que forman las poblaciones de Oviedo (interior), Gijón y Avilés (costa). Aunque el informe compara Llanes con el Mediterráneo, señala que el principal área caliente de la región, con mayores riesgos para el futuro, es el situado entre Luanco y Gijón. Esto se debe a la cercanía de estas localidades y a «la ausencia de figuras de protección costera», lo que ha permitido ciertos desarrollos urbanos que, por el momento, «se han expandido hacia el interior».
A pesar de estos dos puntos negros, el informe ensalza las virtudes del plan de conservación vigente en el Principado. «La costa asturiana disfruta de un ritmo de artificialización muy bajo», sostiene el Observatorio. El documento incluso pide en sus conclusiones que el modelo de Asturias se «extienda y aplique en otros territorios» debido a que promueve «un estricto control» de la franja costera y una «adecuada gobernanza» por parte de los ayuntamientos y de la comunidad autónoma.
Razones del crecimiento sostenible en Asturias
La ley autonómica es el principal motivo por el que se ha contenido la construcción en la costa asturiana, aunque según el Observatorio existen otras razones. Entre ellas, el clima de la región, «algo más duro que en Cantabria», o aspectos como que el 62% del territorio está considerado como acantilados o zonas abruptas y tan solo el 11% como playas. Todo ello se traduce en que Asturias tenga «una de las costas menos transformadas por urbanización de España en los últimos 25 años».
Las conclusiones son positivas, pero el estudio señala que el porcentaje artificial en la línea de costa alcanza el 14% en la región. A este ritmo, el tiempo que tardaría la costa el «colmatarse», es decir, elperiodo que transcurriría para que Asturias tuviera alterada toda la línea costera en su primer medio kilómetro, sería de 567 años.
Actuaciones «lamentables» a 500 metros de la costa
Entres los excesos urbanísticos cometidos en la región en la franja de 500 metros, el Observatorio destaca las «actuaciones lamentables» llevadas a cabo en Salinas al límite del Monumento Natural de El Espartal y varias construcciones a pie de playa en Ribadesella. En la franja de dos kilómetros señala que «hay proyectos» de una mina en Salave, en Tapia de Casariego, o la urbanización en la Duenas, en Cudillero, entre otras. En el radio de 10 kilómetros hay «muchísimas actuaciones» en casi todos los ayuntamientos costeros, pero cita lo construido en Villaviciosa, Ribadesella, Colunga, Valdés, Navia, El Franco, Tapia, Vegadeo y Castropol.
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