Malas noticias para los bancos y buenas para los hipotecados. Lostipos de interés no subirán hasta diciembre de 2018, como mínimo, según recoge la cotización de los futuros sobre el tipo oficial del BCE. Antes de esa fecha, la probabilidad implícita de una subida es inferior al 50%, y para diciembre tampoco es contundente: el 55,8%. Los tipos de interés cero son la principal causa de la debilidad de los márgenes de la banca en España, y las esperanzas de una subida en los próximos meses han hecho subir con fuerza sus cotizaciones en bolsa este año.
Los futuros sobre tipos son instrumentos con los que los inversores apuestan sobre el nivel al que se situará el precio del dinero en una fecha determinada. Cuando hay muchas apuestas sobre una subida de tipos en una fecha, la probabilidad implícita sube, y viceversa. Como se puede ver en el cuadro adjunto, la probabilidad de un alza por parte de Mario Draghi no supera el 30% hasta julio del próximo año; y para la reunión del consejo del BCE en octubre, se queda en el 48,5%. Solo rebasa el 50% para el encuentro del 13 de diciembre.
Estas apuestas han bajado con fuerza en las últimas semanas. A mediados de julio, el mercado otorgaba una probabilidad superior al 80% a un alza en octubre, y se acercaba al 100% en el caso de la última reunión de 2018. De hecho, en las presentaciones de resultados del primer semestre, algunas entidades confiaban en que la ansiada subida de tipos se produciría a partir de la mitad del próximo año. Ahora es posible que no se produzca hasta 2019, a la vista de estas cifras.
El BCE enfría las expectativas
En este descenso ha tenido mucho que ver el cambio de actitud del BCE, que ha enfriado notablemente las expectativas de una rápida salida de su programa de compra de deuda pública como antesala a las alzas de tipos, siguiendo la estela de EEUU. Este enfriamiento se hizo patente el jueves en las actas del último consejo de la autoridad monetaria, que no solo no abonan estas previsiones sino que muestran la preocupación de varios consejeros por la posibilidad de que la cotización del euro haya ido más allá de lo aconsejable.
La encrucijada en que se encuentra Draghi es que, aunque el crecimiento está mejorando en toda la zona euro, la inflación sigue moderada y sin dar señales de alarma en la mayoría de los países (España es una excepción, como suele ser habitual en materia de precios). Mientras tanto, el euro ha alcanzado niveles que no se veían desde enero de 2015, casi en 1,19 dólares. Una fortaleza excesiva de la divisa encarece las exportaciones de los países de la eurozona, lo que amenaza su crecimiento e incluso puede volver a traer el fantasma de la deflación. Además, EEUU ha frenado su proceso de alza de tipos, lo que resta fortaleza al dólar. Por tanto, no parece aconsejable endurecer la política monetaria demasiado pronto. Y eso es lo que está reflejando el mercado.
Las palancas de la banca para aguantar
Por tanto, parece que los bancos van a tener que sobrevivir otro año largo sin subidas de tipos, lo que acentuará las medidas que ya están adoptando para defender sus márgenes: subir los diferenciales sobre el euríbor a los nuevos créditos y no pagar nada a sus clientes por los depósitos. Su otra gran esperanza es que el crédito por fin empiece a crecer gracias a la mejora de la economía; hasta ahora, esto no ha sido suficiente porque continúa el proceso de reducción del exceso de endeudamiento de la burbuja (desapalancamiento). Algunas entidades esperan que este mismo año el 'stock' crédito deje de caer y que empiece a aumentar en 2018.
En todo caso, los millones de españoles hipotecados pueden respirar tranquilos, porque las letras de sus préstamos no van a subir hasta finales del año que viene como muy pronto. Si además sumamos la supresión generalizada de las cláusulas suelo por parte de las entidades, es bastante probable que incluso paguen menos cada mes de lo que tenían que abonar hasta ahora.
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