Leopoldo Abadía: "Todos los impuestos que se puedan subir, se subirán"
Dolores Gómez
Leopoldo Abadía es un joven de 83 años que saltó a los medios de comunicación gracias a su explicación de la última crisis. En la actualidad se le considera un analista económico y un referente para analizar la situación actual. Tras su charla «La sensatez y el optimismo para afrontar nuestro día a día» que ofreció en el Espacio C4 del edificio Cuzco IV, en un ciclo de conferencias destinadas a cuidar el talento de los inquilinos de las empresas del edificio, respondió a las preguntas de ABC.
-Siendo usted ingeniero ¿cómo se le ocurrió dedicarse a escribir libros para que la gente de a pie entendiese la economía?
-El 27 de enero de 2004 comencé a hacer un diccionario personal con términos que encontraba en el periódico. Hubo un momento en el que apunté una palabra que empezaba a encontrar mucho y esta palabra era «crisis». Recopilé toda la información y en lugar de escribir dos o tres líneas, que era lo que solía hacer, conseguí escribir dos o tres páginas. Ese documento poco después se lo envié a un amigo sin firmar. Lo que ocurrió es que se compartió miles de veces y me llegó a mí enviado por no-sé-quién. Lo gracioso es que venía acompañado de una nota que decía «no sabemos quién lo ha escrito pero creemos que se trata de un joven universitario». Así que me reí mucho.
Al poco tiempo me llamaron de una editorial y pensé que me llamaban para venderme un libro, pero no. Me llamaban para encargarme un libro. Yo en treinta años no había escrito nada. Desde ese día hasta hoy llevo escritos tres libros y resulta que soy «escritor».
-¿Cree usted que hemos salido de la crisis como reflejan las estadísticas?
-No, claro no. Tan solo hay que saberse tres cifras. La primera sería el déficit, lo que gastamos menos lo que ingresamos. Eso pasa en las mejores familias, si ingresas 100 y gastas 200 ¿qué tal vas? Mal. Ya se ha entendido. Teníamos un déficit de 91.000 millones de euros. Resulta que con la UE nos habíamos comprometido a que la diferencia no fuese más de 30.000. Hemos llegado este año a 43.000 y hemos conseguido mejorar la cifra en estos años.
El segundo problema es la deuda. Tenemos una deuda de un billón de euros, que es igual al PIB español. Somos una familia que debe al año lo mismo que gana. Es decir, lo podemos pagar pero no comemos. En la deuda estamos peor. La última cifra es la de personas sin empleo. En eso estamos mejor, aunque algunos empleos sean algo peores.
-¿Cómo se podría mejorar el déficit sin llevar a cabo nuevos ajustas?
-Lo que puede hacer el Estado es lo mismo que puede hacer la familia: subir el alquiler del apartamento en la playa, retrasar pagos en la farmacia y vender el armario de la abuela. Pues el Estado exactamente igual. La primera idea clara que hay que tener es que todo impuesto que se pueda subir se subirá. Mañana cuando suba un impuesto no te pongas nerviosa y piensa «ya lo sabía». La segunda cosa que puede hacer el Estado es endeudarse, pero cuando te prestan dinero hay que devolverlo y además hay que pagar intereses. Ahora que los intereses son bajos solo pagamos 31.000 millones. Como mañana suban los intereses, nos subirán los impuestos de forma brutal. En tercer lugar venderán el armario, por lo tanto todo lo que se pueda privatizar se privatizará. La última cosa que puede hacer es retrasar pagos, cuando se hablaba de retrasar la edad de jubilación se sabía que ocurriría, porque eso no es otra cosa que retrasar pagos. Por otra parte, lo que se puede hacer es gastar menos y eso son los famosos recortes.
-Siendo usted ingeniero ¿cómo se le ocurrió dedicarse a escribir libros para que la gente de a pie entendiese la economía?
-El 27 de enero de 2004 comencé a hacer un diccionario personal con términos que encontraba en el periódico. Hubo un momento en el que apunté una palabra que empezaba a encontrar mucho y esta palabra era «crisis». Recopilé toda la información y en lugar de escribir dos o tres líneas, que era lo que solía hacer, conseguí escribir dos o tres páginas. Ese documento poco después se lo envié a un amigo sin firmar. Lo que ocurrió es que se compartió miles de veces y me llegó a mí enviado por no-sé-quién. Lo gracioso es que venía acompañado de una nota que decía «no sabemos quién lo ha escrito pero creemos que se trata de un joven universitario». Así que me reí mucho.
Al poco tiempo me llamaron de una editorial y pensé que me llamaban para venderme un libro, pero no. Me llamaban para encargarme un libro. Yo en treinta años no había escrito nada. Desde ese día hasta hoy llevo escritos tres libros y resulta que soy «escritor».
-¿Cree usted que hemos salido de la crisis como reflejan las estadísticas?
-No, claro no. Tan solo hay que saberse tres cifras. La primera sería el déficit, lo que gastamos menos lo que ingresamos. Eso pasa en las mejores familias, si ingresas 100 y gastas 200 ¿qué tal vas? Mal. Ya se ha entendido. Teníamos un déficit de 91.000 millones de euros. Resulta que con la UE nos habíamos comprometido a que la diferencia no fuese más de 30.000. Hemos llegado este año a 43.000 y hemos conseguido mejorar la cifra en estos años.
El segundo problema es la deuda. Tenemos una deuda de un billón de euros, que es igual al PIB español. Somos una familia que debe al año lo mismo que gana. Es decir, lo podemos pagar pero no comemos. En la deuda estamos peor. La última cifra es la de personas sin empleo. En eso estamos mejor, aunque algunos empleos sean algo peores.
-¿Cómo se podría mejorar el déficit sin llevar a cabo nuevos ajustas?
-Lo que puede hacer el Estado es lo mismo que puede hacer la familia: subir el alquiler del apartamento en la playa, retrasar pagos en la farmacia y vender el armario de la abuela. Pues el Estado exactamente igual. La primera idea clara que hay que tener es que todo impuesto que se pueda subir se subirá. Mañana cuando suba un impuesto no te pongas nerviosa y piensa «ya lo sabía». La segunda cosa que puede hacer el Estado es endeudarse, pero cuando te prestan dinero hay que devolverlo y además hay que pagar intereses. Ahora que los intereses son bajos solo pagamos 31.000 millones. Como mañana suban los intereses, nos subirán los impuestos de forma brutal. En tercer lugar venderán el armario, por lo tanto todo lo que se pueda privatizar se privatizará. La última cosa que puede hacer es retrasar pagos, cuando se hablaba de retrasar la edad de jubilación se sabía que ocurriría, porque eso no es otra cosa que retrasar pagos. Por otra parte, lo que se puede hacer es gastar menos y eso son los famosos recortes.
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