En febrero de 2015, Barcelona en Comú (BComú) se autoimpuso el que denominó 'salario ético', una iniciativa para que ninguno de sus miembros cobrase, en la práctica, más de 2.200 euros netos al mes en catorce pagas, con el objetivo de “poner fin a los privilegios políticos”. Dos años más tarde, y ya en el gobierno del Ayuntamiento de Barcelona, algunas voces dentro del partido critican aquella medida que no hace distinción entre las diferentes responsabilidades de los cargos políticos ni en otras cuestiones como la paternidad.
Así lo revelaba hace unas semanas el diario La Vanguardia recogiendo las conclusiones a las que llegó la militancia reunida en las Cotxeres des Sants el pasado 22 de julio sobre esa limitación de sueldo. El informe reflejaba el descontento de los altos cargos de la confluencia con un sueldo que no consideran adecuado.
La medida corresponde a uno de los apartados del “código ético” que estableció BComú en 2015 y que tiene publicada en su página web bajo el lema “profesionalizar la política, suprimir privilegios e instaurar medidas contra la corrupción”.
Es una donación al partido
Es una donación al partido
Sin embargo, la limitación del sueldo puede dar lugar a confusión entre la ciudadanía, ya que no significa que los cargos políticos de Barcelona en Comú ingresen ese máximo delimitado, sino que cobran el salario completo que está establecido en las instituciones y donan al partido la diferencia hasta llegar a esos 2.200 euros con los que quedarse, tal y como confirma a VozpópuliRaimundo Viejo, quien fuera concejal de Educación del Ayuntamiento de Barcelona entre junio y octubre de 2015, y ahora es diputado de Podemos en las Cortes Generales.
Viejo no ha entrado, sin embargo, a valorar las reticencias expuestas entre la militancia sobre esta limitación y algunas opiniones para modificar la medida. Forma parte de un “debate interno” de Podemos que “dista de estar cerrado” debido a que hay múltiples partidos y confluencias. “No hay todavía un único código con unos mismos criterios para todo el mundo”, expone, y asegura que “es de esperar que se vayan unificando” los mismos. Sin embargo, añade tajante que “el pago de donaciones no es opcional” ya que, en la práctica, “nadie recibe en ningún caso su salario íntegro”.
"Falso populismo"
El rumor sobre el arrepentimiento entre los altos cargos de BComú por ese salario ético no ha pasado indiferente entre los partidos de la oposición, quienes coinciden afirmar que se trató de una medida populista y un discurso ‘fácil’ y en recordar que ocurrió algo parecido con los coches oficiales.
El Concejal Presidente del Grupo Municipal del PP, Alberto Fernández, critica que este hecho “demuestra la demagogia de sus planteamientos y en decir que van a hacer una cosa para hacer finalmente la contraria”, algo que define como un “falso populismo de izquierdas”. A su vez, añade, “pone en evidencia esta contradicción” en otros aspectos: “La imagen de Colau iniciando el mandato, es la de la foto de que iba en metro, para luego no bajarse del coche oficial”.
Desde el PSOE, sin embargo, no han entrado a valorar las cuestiones internas del partido ya que, como ha asegurado la concejal Carmen Andrés Añón, “son decisiones de la esfera interna de una formación política”.
"Cobrar dinero por un trabajo no es ningún privilegio"
Sí lo ha hecho, por contra, Koldo Blanco, concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Barcelona. “Cuando establecieron esa limitación, ya dijimos que no estábamos de acuerdo; con esto, nos dan la razón de que no era una medida lógica ni razonable”. Blanco insiste además en que no es una limitación de sueldo, sino que “cobran el mismo sueldo que todos los concejales, pero el partido les confisca una parte importante”.
De cualquier forma, critica la medida porque “no tiene ningún sentido que se perciba el mismo sueldo para cargos que son diferentes, tiene que haber una proporcionalidad” y defiende que “cobrar dinero por un trabajo no es ningún privilegio”.
La medida, “absolutamente populista”, estaba dirigida en 2015 “a contentar a La CUP y al electorado”, denuncia Blanco, que la resume en “una más de las promesas que llevan incumplidas”.
“Carne de su propio populismo”
La única que reconoce haber hablado con los concejales de Barcelona en Comú sobre la limitación de sueldos es la concejala de Unió Democrática de Catalunya Sonia Recasens, quien achaca en gran parte a la inexperiencia y al “desconocimiento de las instituciones” que en este momento sean “carne de su propio populismo” .
“Ellos se han dado cuenta de todo esto, y en ‘petit comité’ lo dicen, haciendo ver que el político vivía una retribución que no le tocaba, o con unos servicios que no le correspondían, y ahora están viendo que todo eso se les está devolviendo”, asegura la concejal.
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