Wall Street sigue aguantando mejor, pero... ¿hasta cuándo?
Cristina Vallejo
Al margen de los recientes problemas políticos ocasionados por Donald Trump, los analistas apuntan un siguiente riesgo: la negociación para elevar el techo de deuda a la vuelta de las vacaciones.
Pese a que la última corrección bursátil tuvo como causa el enfrentamiento entre Corea del Norte y Estados Unidos, Wall Street corrigió menos que Europa y los índices americanos continúan en el entorno de máximos históricos. El Dow Jones y el S&P 500 ganan más de un 10% en este 2017, y el Nasdaq 100, más de un 20%, con lo que superan en rentabilidad a los índices europeos en todos los casos, salvo al Ftse Mib de Milán y al Ibex-35, a los que sólo gana el indicador tecnológico americano. Y ello ocurre también a pesar de que se lleva mucho tiempo (varios ejercicios) advirtiendo de que la Bolsa americana está cara y de que la europea tiene mejores perspectivas y más recorrido. Europa lleva siendo la principal apuesta de los analistas durante varios años y al final es Wall Street quien termina ganando la partida. Aunque en la jornada de ayer la señal que dio con su importante caída fue algo diferente.
La Bolsa americana corre más que la europea incluso pese a que, a diferencia del Banco Central Europeo, la Reserva Federal lleva un año y medio normalizando su política monetaria subiendo los tipos de interés. Es cierto que esto último indica que la economía estadounidense está más avanzada en el ciclo que la europea pero, por eso mismo, también debería estar más cerca el momento de su agotamiento, algo sobre lo que advierten los economistas, pero a lo que la Bolsa americana no hace el más mínimo caso, salvo excepciones, como la de la jornada de ayer.
Y ahora que hablamos sobre política monetaria, un apunte sobre lo que ha sucedido en los dos últimos días: la Reserva Federal norteamericana publicó las actas de su última reunión y la conclusión que cabe extraer de ellas es que la institución no tiene prisa por subir los tipos de interés. Es posible que no haga ningún movimiento más en lo que queda de ejercicio o, al menos, no lo hará si antes no se asegura de que la inflación se asienta en entornos próximos a sus objetivos. Este mensaje no sentó demasiado bien a Wall Street, que sufrió un repliegue importante. Quizás es que el mercado prefiere contar con una Fed confiada en la buena marcha económica, expresada en una política monetaria endureciéndose de manera sostenida.
La política monetaria, pues, por sí misma y por la lectura que se extrae de la situación económica americana, es algo a vigilar a la hora de invertir en Estados Unidos. También, la política pura, no sólo la externa, con los posibles enfrentamientos con otros países, como Corea del Norte, sino también la interna, con los problemas que la Administración Trump comienza a tener con los empresarios más importantes del país, que la han abandonado después de las declaraciones del presidente sobre los acontecimientos de Charlottesville el pasado fin de semana en que iguala a los grupos filo-nazis con los anti-racistas. Ello se suma a las polémicas decisiones adoptadas por Trump como reacción a las investigaciones sobre la presunta ayuda que habría recibido de Rusia para ganar las elecciones y que podrían llevarle al 'impeachment'.
Aunque es posible que más que todas estas cuestiones, lo que preocupa a los inversores es la próxima negociación del techo de deuda, que tendrá lugar a la vuelta de las vacaciones de verano. Como apunta James Knightley, de ING, en el caso de que los legisladores americanos no lleguen a un acuerdo y se incurra en un cierre de la Administración, ello ocasionará un fuerte daño a los mercados. "Los legisladores regresan a Washington el 5 de septiembre y tendrían apenas 12 días laborales para aprobar el incremento del techo de gasto. De otro modo, Estados Unidos se enfrenta a un cierre de la Administración y, potencialmente, incluso a un impago de la deuda", explica el analista de ING.
¿Está cara la Bolsa americana?, ¿qué dicen los datos?
Muchos frentes abiertos, pues, para una Bolsa, la americana, sobre la que muchos analistas advierten de que está cara. Pero, ¿cómo de caros están los índices de Wall Street?
El per (precio entre beneficio) actual del S&P 500 se encuentra en las 21,16 veces, su nivel más alto desde 2001, cuando se situaba en las 26,70 veces. En el año 2007, cuando estalló la crisis, el per era de 17,45 veces. Pero el consenso de analistas espera que este per se vaya corrigiendo en los próximos meses, para colocarse por debajo de las 17 veces en 2018. El Nasdaq 100 cotiza aún más caro, en las 25,81 veces, también la cota más alta desde 2007, cuando se situaba en las 28,71 veces.
En términos de per, el Dow Jones está más barato (18,84 veces). Pero no estaba tan caro desde 2005, cuando se situaba en las 19,27 veces beneficios.
El Eurostoxx 50 cotiza ahora por debajo de cualquiera de estos tres índices en términos de per, al colocarse en las 17,85 veces, por debajo de los niveles de 2016, 2015 y 2014, posiblemente gracias a la mejora de los beneficios.
En términos de EV/ebitda (valor de empresa sobre el beneficio bruto de explotación), el Eurostoxx se coloca en las 8,45 veces. En cambio, el del Dow Jones está en las 11,80 veces, el del S&P 500, en las 12,83 veces, y el del Nasdaq 100, en las 14,29 veces.
¿Tienen potencial los valores considerados individualmente?
Pero, ¿significan estos datos que la Bolsa americana se ha quedado sin potencial y que lo que hay que hacer es deshacer posiciones? Para medirlo, lo mejor es ver en qué medida las acciones de cada uno de los índices tienen recorrido hasta el precio objetivo que les calcula el consenso de analistas. Con este criterio, casi todos los valores del Dow Jones cotizan por debajo de las valoraciones que les dan los expertos. Walt Disney sería el valor con mayor potencial (17%), seguido de Home Depot (14,8%). La aseguradora Travelers es la única que cotiza por encima de su precio objetivo (un 2,75%), y 3M estaría cotizando a su "precio justo". Los potenciales más reducidos, de alrededor de un 1,5%, serían para Procter & Gamble, Coca-Cola y American Express.
En el caso del Nasdaq 100 que, como hemos visto, sería el índice americano más caro, prácticamente todos sus valores estarían cotizando ahora mismo por debajo de sus precios objetivos. El que más potencial tendría sería Shire, con un recorrido alcista del 50%. Como nombres más conocidos, nos encontramos con Starbucks, con un potencial del 20%, mientras que Amazon y Alphabet tendrían recorridos alcistas de algo más de un 17%, por ejemplo. Apple y eBay, por su parte, tendrían potenciales de más de un 8%. En cambio, Tesla habría superado en un 4% la valoración que le calculan los expertos.
Pero más sorprendente resulta todavía el hecho de que, de los 500 valores que componen el S&P 500, haya apenas una veintena cotizando a su precio objetivo, otros cuarenta, superando su valoración justa (aunque nunca por más de un 10%), y el resto aún con potencial, a estas alturas del ciclo, después de ocho años consecutivos subiendo.
Una incógnita y otro riesgo para las acciones americanas está en si los analistas, a la hora de calcular esos precios objetivos de las empresas han tenido en cuenta, o no, el programa electoral de Donald Trump en cuanto a bajadas de impuestos e incremento de la inversión en infraestructuras. Porque, por el momento, no hemos visto ni que se materializaran ni que se dieran detalles sobre ello. Los expertos confiaban en que esos planes ayudaran a extender algo más en el tiempo el ciclo alcista americano pero, por el momento, la ausencia de noticias sobre ellos no está perjudicando a Wall Street.
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