El Confi-Uno de los pilares del 'boom' turístico de España es la seguridad que ofrece el país, que se había librado del terrorismo hasta el jueves. Un pilar que se tambalea ahora que España se incluye en el mapa de países golpeados por el terrorismo yihadista. El atentado se produce, además, en la ciudad más turística de España y una de las líderes del mundo, Barcelona. El sector confía en que tenga un impacto limitado, pero todo apunta a que España tendrá muy difícil superar a EEUU y Francia para convertirse en el país más visitado del mundo. Hace una semana, este objetivo parecía posible, pero tras el doble atentado del jueves se complica mucho.
Según los datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT) España recibió 75,3 millones de visitantes internacionales en 2016, su récord histórico. Teniendo en cuenta la inercia del turismo y la recuperación de la economía global, CaixaBank anticipó (antes de los atentados) que se podría alcanzar la cota de 84 millones de viajeros. Esto significaría superar los registros que consiguieron en 2016 Francia (83 millones) y EEUU (80 millones) y podría colocar a España como líder global del turismo.
Pero todas estas estimaciones eran previas al doble atentado del jueves y ahora las cifras se quedan en el aire. Es cierto que la mayor parte del año ya está hecha y el sector confía en superar las cifras de 2016, pero el asalto al primer puesto mundial es mucho más difícil. En buena medida porque, si Francia vuelve a elevar el número de visitantes desde los 83 millones de 2016, España tendría que aumentar el número de viajeros en más de 9 millones. Un reto que ya era complicado en una situación normal.
Los hoteles de Barcelona no han sufrido ninguna cancelación de reservas hasta el momento, según informa la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), por lo que las cifras del resto del mes no se verán afectadas por los atentados. El problema está en las futuras reservas, lo que podría afectar a la recta final del año. Desde el sector se espera que el impacto sea reducido y se pase en unos pocos meses, por lo que España debería recuperar la normalidad en el turismo antes de que acabe el año.
¿Qué ocurrió en otros atentados?
El efecto de los últimos atentados sobre el turismo ha sido limitado y temporal, por lo que el sector confía en recuperar la normalidad pronto. El mejor ejemplo es la cadena de ataques que sufrió Reino Unido, desde el ataque en el puente de Westminister de marzo, hasta la explosión en el Manchester Arena de mayo y el atropello del Puente de Londres y el atentado islamófobo cerca de la mezquita de Finsbury Park de junio. A pesar de producirse en un corto espacio de tiempo, el país no tardó mucho en recuperar las cifras habituales de reservas y llegada de turistas.
Las estimaciones previas a los atentados apuntaban a que España podría alcanzar los 84 millones de turistas internacionales en 2017
En los diversos atentados que ha sufrido el Reino Unido, no hubo cancelaciones de viajes y la caída en las nuevas reservas duró apenas dos semanas. A finales de junio, las reservas para julio y agosto crecían ya un 12% respecto al año anterior, según informó 'FT'.
En el caso de la cadena de atentados que sufrió Francia, estos sí tuvieron un impacto mayor en el sector turístico. Fueron los primeros ataques yihadistas en Europa, por lo que su efecto sobre la opinión pública fue mayor. En 2016 Francia perdió algo más de tres millones de visitantes, según los datos de la OMT, esto es, un 4,5% del total. Sin embargo, a finales de 2016 ya se produjeron las primeras tasas de crecimiento interanual y las previsiones apuntan a que Francia podría marcar un récord histórico de vistas este año.
En el año 2004 Exceltur realizó un estudio sobre el impacto de los atentados del 11 de marzo de Madrid. Los resultados fueron contundentes: el 65,6% de la industria turística española no experimentó ninguna caída en sus ventas tras el ataque. El 34,4% sí notó un deterioro en su actividad económica, pero la mitad de ellos se recuperaron en unos meses. El 71,1% de las empresas aseguraron que los atentados no afectaron a las ventas de la Semana Santa, que empezó el 4 de abril.
Actualmente ningún país europeo está a salvo de sufrir un ataque terrorista, por lo que el turista no tiene la posibilidad de elegir un destino totalmente seguro dentro del continente. Esto significa que el riesgo de visitar cualquier ciudad es inevitable, ya sea Barcelona, París, Londres o Bruselas. Esto hace que el efecto diferencial de haber sufrido un atentado se reduzca y termine por neutralizarse completamente en cuestión de semanas.
España acoge, desea y ve en los turistas algo deseable, como país que siempre ha brindado la mayor amabilidad al turista
Todo el sector turístico se ha unido para enviar un mensaje de seguridad y tranquilidad al mundo. “España acoge, desea y ve en los turistas algo deseable, como país que siempre ha brindado la mayor amabilidad al turista”, explica José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur, “no debe verse alterado por este incidente”. Sin embargo, el impacto a corto plazo será inevitable. Algunas aerolíneas ya han informado de que están sufriendo cancelaciones o cambios de fechas en sus vuelos a España.
La 'turismofobia' también supone un problema para la imagen de seguridad que trasmite España al exterior. En los dos últimos meses se han vivido algunos episodios que han tenido repercusión internacionaly que podrían lastrar la llegada de turistas. Esto se une a las cancelaciones masivas de reservas de pisos de alquiler que se han provocado después del cambio normativo de Baleares que amenaza con multas de hasta 40.000 euros en el alquiler en casas plurifamiliares. Estos eventos "lanzan una imagen de España muy negativa", lamentan desde el sector, ya que las personas a las que se les ha cancelado su reserva difícilmente podrán encontrar en las islas un lugar donde alojarse. Esto significa que perderán sus vuelos de avión y cualquier otro servicio que tuvieran contratado, lo que supone un perjuicio importante. Levantar las malas noticias es muy complicado, protestan.
Tampoco ayudan las noticias de saturación del mercado turístico en España. En las últimas semanas, el turoperador alemán TUI ha alertado a sus clientes de que "España ya está bastante llena de turistas". Es cierto que la costa mediterránea está saturada de visitantes, desde España hasta Grecia (Croacia incluida), pero los comentarios de los turoperadores influyen en la opinión de sus clientes. Todos estos factores unidos, dificultarán que España consiga convertirse en la primera potencia mundial del turismo este año, pero seguirá luchando a partir de 2018 por lograrlo.
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