El euro a casi 1,2 dólares presiona a Draghi para que mantenga los estímulos
ING y Deutsche Bank consideran que el BCE deberá extremar la cautela
La fortaleza de la moneda daña la exportación, reduce la inflación y el crecimiento
Madrid
Respiro en las divisas y en las Bolsas, con la corrección del euro, que se apea ligeramente de sus máximos frente al dólar desde enero de 2015. El martes traspasó las 1,2 unidades del billete verde; ayer, se situaba incluso por debajo de las 1,9. “No se puede dudar de la tendencia alcista de los últimos meses (que coincide con la bajista de las Bolsas europeas), pero quizá hayamos asistido al techo de este rally”, señalan desde Unicorp Patrimonio.
Es el turno del BCE y de su presidente, Mario Draghi, al que le tocará maniobrar para evitar que todos los avances de la zona euro se vayan al traste. En la reunión del 20 de julio, algunos de los consejeros del Banco Central pusieron el grito en el cielo ante una moneda única tan fuerte. Temen que las expectativas de inflación, de crecimiento y exportación se vean seriamente dañadas.
ING anticipa que el BCE reducirá su previsión de inflación para 2018 y 2019, desde los actuales niveles del 1,3% y del 1,6%, respectivamente. Esto añadirá presión sobre el programa de estímulos (tapering, en la jerga), pues su paulatina retirada a partir de enero de 2018 tendría como consecuencia teórica un repunte adicional de la moneda europea frente al dólar. Y esto provocaría la entrada en un círculo vicioso.
Los expertos del banco holandés consideran que los eventuales anuncios de una retirada de estímulos serán extremadamente suaves (dovish, en la jerga). Es más, añaden que la única fórmula de frenar la escalada del euro es dar un puñetazo en el mercado de divisas y que el BCE anuncie claramente que aplaza la retirada de estímulos. Sin embargo, estiman que esto es complicado, debido a la escasez de bonos que pueden comprarse. A cierre de julio, el BCE tenía en su balance dos billones de euros en diferentes activos.
El mercado todavía confía en que el 7 de septiembre Draghi comience a dar pistas, aunque algunos expertos empiezan a señalar, tras del mutismo del que hizo gala en el cónclave anual de Jackson Hole el pasado fin de semana, que quizá no diga nada relevante hasta la reunión del 26 de octubre.
En Deustche Bank prevén que la fortaleza del euro continuará a corto plazo, “sobre todo si el BCE anuncia el tapering en una de sus próximas reuniones”. Las adquisiciones están en 60.000 millones de euros mensuales, y el mercado, al menos hasta hace muy poco tiempo, consideraba que se reducirían a 40.000 millones en el primer semestre de 2018 y a 20.000 millones en el segundo. La escalada del euro, aunque todavía se sitúa lejos de sus máximos históricos en el entorno de los 1,6 dólares de abril de 2008, puede cambiar el futuro este punto.
Es cierto que no solo la política de los bancos centrales determina lo que ocurre en las divisas. Las tensiones entre EE UU y Corea del Norte y la posición de Trump sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte también han contribuido a debilitar al dólar frente al euro, según Victoria Torre, responsable de análisis de SelfBank. La incapacidad de Trump de llevar a cabo sus promesas también daña al billete verde.
ING anticipa que el BCE reducirá su previsión de inflación para 2018 y 2019, desde los actuales niveles del 1,3% y del 1,6%, respectivamente. Esto añadirá presión sobre el programa de estímulos (tapering, en la jerga), pues su paulatina retirada a partir de enero de 2018 tendría como consecuencia teórica un repunte adicional de la moneda europea frente al dólar. Y esto provocaría la entrada en un círculo vicioso.
Los expertos del banco holandés consideran que los eventuales anuncios de una retirada de estímulos serán extremadamente suaves (dovish, en la jerga). Es más, añaden que la única fórmula de frenar la escalada del euro es dar un puñetazo en el mercado de divisas y que el BCE anuncie claramente que aplaza la retirada de estímulos. Sin embargo, estiman que esto es complicado, debido a la escasez de bonos que pueden comprarse. A cierre de julio, el BCE tenía en su balance dos billones de euros en diferentes activos.
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Es cierto que no solo la política de los bancos centrales determina lo que ocurre en las divisas. Las tensiones entre EE UU y Corea del Norte y la posición de Trump sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte también han contribuido a debilitar al dólar frente al euro, según Victoria Torre, responsable de análisis de SelfBank. La incapacidad de Trump de llevar a cabo sus promesas también daña al billete verde.
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