París, 28 may (EFE).- Recibido en la principal sala de prensa de Roland Garros, la reservada para nombres como Rafael Nadal y Novak Djokovic, el argentino Marco Trungelliti, un semidesconocido 190 del mundo, acaparó este lunes la atención del mundo del tenis por la increíble epopeya que inició este domingo.
Ganó al australiano Bernard Tomic (206) por 6-4, 5-7, 6-4 y 6-4, después de recorrer en la víspera en coche los cerca de 1.000 kilómetros que separan Barcelona de París junto a su madre Susana, su hermano André y su abuela Dafne, de 89 años.
"Mi abuela tenía costumbre de armar viajes con mi abuelo en solo cinco minutos y así lo hicimos", contó el risueño jugador de 28 años, quien despertó la atención tanto de la prensa en español como la anglosajona y francesa.
Y en cinco minutos se montaron en un coche del alquiler y abandonaron la Ciudad Condal, donde reside junto a su mujer, y partió a la carrera para llegar antes de la media noche del domingo, límite para firmar y convertirse en suplente del australiano Nick Kyrgios, uno de los cabezas de serie baja de última hora por lesión.
"Yo manejé unas cuatro horas, mi hermano las seis restantes. Escuchamos música, tomamos café... Sabía que para hoy (lunes) estaba mentalmente preparado, físicamente no sabía", reconoció el jugador, que venía de caer el pasado jueves en la fase previa ante el polaco Hubert Hurkacz (6-3, 4-6 y 6-4).
Respondiendo en inglés y en español, el tenista, de aspecto jovial y tirabuzones castaños claros, se sorprendió del alcance de su particular epopeya.
"Nunca estuve en una sala de prensa con tanta gente y tan grande, pero como no tengo redes sociales no estoy pendiente de lo que dicen. Es mi mujer la que me informa", asumió.
Como todo héroe, también tuvo los astros a su favor. El primer nombre para cubrir a Kyrgios no era Trungelliti y sí el indio Prajnesh Gunneswaran. Pero estaba ya disputando un torneo Challenger en Vicenza (Italia).
El argentino además se benefició de la nueva regla para los repescados de la previa para reemplazar a los jugadores que causan baja por lesión en el cuadro principal, conocidos como "lucky loser" (perdedor afortunado) y que en esta edición de Roland Garros ha habido ya hasta ocho.
Sabía que por apenas saltar a la pista ganaría 20.000 euros. Aunque por su triunfo de este lunes, serán 40.000 los que se embolse.
El miércoles, Trungelliti tendrá enfrente en segunda ronda al italiano Marco Cecchinato (72). Su querida abuela, una ferviente católica, no sabe nada de tenis, pero siempre pone unas velas para que su nieto tenga ayuda celestial.
"Entraré con tranquilidad, pero con el cuchillo entre los dientes", alertó.
Antonio Torres del Cerro
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