María Neira: «Lo que más nos preocupa ahora mismo es la reacción desproporcionada y el caos»
«Entre todos vamos a tener que bajar este suflé», asegura para referirse al pánico colectivo generado por la epidema | María Neira, directora de Salud Pública de la OMS
-¿Qué es lo que le más le preocupa a la OMS?
-Lo que más nos preocupa ahora mismo son las reacciones desproporcionadas y el caos que se está empezando a generar. Por una parte no ayuda nada a combatir el virus y por otra puede tener consecuencias económicas y sociales muy importantes. Con respecto al virus nos preocupa la mortalidad que pueda alcanzar y que llegue a países cuyos sistemas sanitarios no puedan hacerle frente. Además seguimos empeñados en la investigación de la vacuna y los tratamientos, para asegurarnos de que la mortalidad se pueda reducir más.
-Ha mencionado las reacciones desproporcionadas. Las bolsas están cayendo, se están cancelando eventos...
-Creo que vale la pena reflexionar sobre cuáles son los hechos y cuál es el enemigo al que estamos combatiendo. Es un virus que se está transmitiendo mucho, eso es cierto, pero que en un 80% de los casos no desarrolla síntomas, que un 15 % desarrolla síntomas leves o moderados y que un porcentaje va a necesitar atención hospitalaria. Por lo tanto, nuestra respuesta ha de dirigirse a esa atención hospitalaria, a proteger al personal sanitario, a evitar que se colapsen los hospitales y a preparar planes de protección y control en cada ministerio de sanidad. También ha de encaminarse a que los ciudadanos hagan vida normal, aplicando medidas de higiene básicas como lavarse las manos. O a que si algunos tienen una afeccion respiratoria, tosiendo o estornudando, y pueden quedarse en casa y evitar contagiar a los demás... mejor. Pero ya está. Las cancelaciones y el pánico son algo paralelo. Está todo retroalimentado: en cuanto un gobierno toma la medida de cerrar una frontera, los ciudadanos se asustan más. Al estar más asustados, presionan más a sus gobernantes. Si estos toman medidas de máxima precaución, el ciudadano interpreta que algo tremendo está ocurriendo... Es muy peligroso.
-¿Por qué está ocurriendo esto? ¿Quizás la respuesta inicial del gobierno chino puso el listón muy alto?
-Efectivamente, la situación comenzó en China con unas medidas excepcionales, sin precedentes, en un gobierno con un sistema político también excepcional, donde éstas se pueden aplicar. Estas imágenes fueron transmitidas al resto del mundo y contribuyeron a crear esta alarma. Hay viajeros cancelando sus viajes por miedo a quedarse bloqueados en algún aeropuerto u hotel... Francamente, esto refleja la irracionalidad de las medidas que estamos tomando. El hospital de Huoshenshan, en Wuhan, China, se construyó en solo ocho días para acoger a los pacientes de la enfermedad del coronavirus. Si Rusia cierra las fronteras a cientos de países para que el virus no entre, pero el virus entra, ¿qué fronteras vamos a cerrar cuando ya tenga casos? Cuando todo el mundo tenga 20 o 30 casos, ¿qué fronteras vamos a cerrar? ¿Vamos a encerrarnos todos en nuestras casas durante un año? Estamos cayendo en algo peligrosamente errado e irracional.
-¿Es momento de que la población asuma que el virus está aquí para quedarse?
-Los virus circulan y vivimos con ellos, esto no es nuevo. Ahora estamos intentando frenarle la entrada y la expansión para no tener cada año una nueva gripe, que mata a mucha gente; no queremos otro virus que también mate. Pero no podemos perder de vista la racionalidad y la proporcionalidad... Entonces, ¿ha venido para quedarse? Sí, es posible, pero necesitamos unos meses más para ver si hay estacionalidad o no. Temo que vamos a tardar tiempo en eliminar ciertas consecuencias indeseadas de este miedo irracional, que ha calado hondo. Hay que manejarlo con mucho cuidado.
-¿Se convertirá el coronavirus en un nuevo virus estacional, como la gripe?
-Todavía no lo sabemos. Estamos a una estación de ver ese comportamiento. Si se confirma la caída de casos en China, podríamos apuntar a eso. Además entraría dentro de lo previsible.
-Los patógenos suelen reducir su letalidad con el tiempo, ¿no es así?
-Los virus van adaptándose y disminuyendo su letalidad, y a la vez nosotros vamos desarrollando la inmunidad.
-¿Qué es lo más importante que falta para comprender el virus?
-Creo que no faltan grandes preguntas sobre cómo se extiende. Ahora lo que necesitamos es seguir viendo cómo se comporta y a partir de ahí frenarlo, con medidas racionales, y ver cómo se incorpora a nuestra sociedad.
-¿Y qué ocurrirá si llega a países con sistemas sanitarios debilitados?
-Cada vez que aparece un virus nuevo nos preocupan especialmente los países con sistemas sanitarios más débiles. Ellos sufren ya el impacto tremendo de otras enfermedades y a veces ni siquiera lo toman como una prioridad. Por eso es ahí donde pensamos que las inversiones para reforzar los sistemas sanitarios son útiles, no solo para este virus, sino para otros agentes infecciosos y cualquier tipo de patología. De momento estamos formando a estos países para detectar los virus en el laboratorio. Confiemos en que debido a las condiciones climáticas, y a que no tengan estación fría, si es que el coronavirus tiene estacionalidad, no tengan tantas dificultades, tal como ocurre con la gripe.
-¿Hay riesgo en España de que el miedo haga que la gente vaya a urgencias por un catarro, pensando que es el coronavirus, y colapse el sistema sanitario?
-Confío mucho en las autoridades sanitarias españolas. Espero que la racionalidad a la que han recurrido hasta ahora, y sus medidas basadas en ciencia y no en presiones, funcionen. Uno de los peligros claros de este pánico es que las personas acudan al centro sanitario y lo bloqueen, impidiendo que otras personas puedan recibir su tratamiento en hospitales colapsados. Es importante contar con mecanismos para que, en caso de identificar a los pacientes, en vez de que acudan al hospital, reciban tratamiento a domicilio o estén en semiaislamiento o semicuarentena en casa. Lo mismo que se le recomienda a alguien cuando tiene la gripe, que no vaya a la oficina y la contagie a todo el mundo. Con medidas racionales se logra un balance más positivo...
-¿Cuándo se podrá estar probando la vacuna?
-No hay que contar con una vacuna para esta oleada. No estará disponible antes de 15 o 18 meses, porque hay unos ensayos clínicos que no se pueden obviar.
-¿Cómo se puede luchar contra el virus del miedo?
-Va a ser complicado. Estoy preocupada porque creo que va a ser difícil calmar las cosas, explicarlas y racionalizar. He visto a gente inteligente y educada con un miedo importante... Va a costar, pero con calma, serenidad, datos y ayuda de los expertos hay que bajar un poco el exceso de información. Cuando veo a cien periodistas en la puerta de un hospital de Italia ni yo puedo evitar asustarme. Quizás nos vendría bien desdramatizar.
-¿Qué papel están desempeñando los periodistas?
-Entiendo que tienen que hacer su trabajo y que hay mucha demanda de información. No culpo a nadie ni mucho menos, pero creo que entre todos vamos a tener que rebajar este suflé.
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