domingo, 1 de marzo de 2020

Garamendi, globalmente desafortunado....

Garamendi: «No tiene sentido que la industria esté pagando los 'desmanes' políticos»

El presidente de CEOE, Antonio Garamendi, en la sede de la patronal española. / EFE
El presidente de CEOE, Antonio Garamendi, en la sede de la patronal española. / EFE

«Para que la transición energética sea justa se deben mantener los ritmos que marca Europa y no querer ir por delante» | Antonio Garamendi, presidente de CEOE

NOELIA A. ERAUSQUINGIJÓN.
Heredero de una larga tradición empresarial familiar, Antonio Garamendi (Getxo, 1958) llegó a la presidencia de CEOE hace menos de año y medio, en un momento muy convulso en lo político y lleno de incertidumbres. Con una dilatada experiencia como representante de empresarios -entre otros cargos fue presidente de Ceaje, Cepyme y Confemetal-, se enfrenta a nuevos retos con la convicción de que la patronal debe tener voz ante la reforma laboral u otros cambios normativos de índole económico. El próximo viernes analizará en una jornada organizada por el diario EL COMERCIO y Liberbank la situación de las compañías ante este nuevo ciclo.
-Ya han pasado las primeras semanas del Gobierno de coalición PSOE-Podemos, ¿qué opinión tiene de este nuevo Ejecutivo y de sus primeras medidas?
-Desde CEOE siempre hemos ofrecido nuestra leal colaboración a cualquier gobierno que surja de las urnas, eso sí, con independencia y sentido de Estado. Nos toca trabajar con espíritu constructivo, y esperamos que en un marco de diálogo social serio necesario para llegar a acuerdos que beneficien realmente a España. Respecto a las primeras medidas, percibimos el riesgo de que las políticas económicas reviertan en el corto plazo en una mayor rigidez en la actividad, justo en un momento de desaceleración.
-¿Supondrá un problema el 'troceo' de competencias entre distintos ministerios y con perfiles de ministros muy distintos?
-Eso lo tendría que responder el Gobierno. Desde luego, exige mucha coordinación, no solo técnica, sino también de sensibilidades. Es pronto aún para valorarlo, iremos viendo según vayan avanzando.
-Hace pocos días firmaban junto a los sindicatos y el Ejecutivo un acuerdo para la subida del salario mínimo, ¿qué efectos cree que tendrá?
-Los empresarios siempre vamos a llegar a acuerdos en aquellos espacios donde podamos, pero ya advertimos el año pasado de que la subida del SMI tendría efectos no deseados, sobre todo, en dos ámbitos: el del sector agrario, donde hay un problema claro de costes, y en el de las empresas que contratan habitualmente con la Administración. Estas firman un contrato calculando unos costes donde los salarios son la mayor parte. Cuando el propio Gobierno los sube sin repercutir esta subida, muchas de estas empresas se encuentran en pérdidas. Por eso es vital que el Gobierno derogue la desindexación de los contratos públicos.
-De momento, el campo ya se ha levantado en armas...
-Ya lo habíamos advertido. Solo un 20% de la producción agraria nacional se queda en España y de ese 20% solo un 7% es lo que llega a las grandes distribuidoras. El resto se exporta, compitiendo con la producción de otros países. Sería aconsejable que no se incrementaran más los costes por el bien del sector.
-Los autónomos también han sido muy críticos con esa subida. ¿Son los grandes olvidados?
-Son un colectivo que genera una gran parte de la prosperidad de este país y su voz tiene que estar ahí, junto a las demás. Si son los grandes olvidados del Gobierno, lo iremos viendo, pero desde luego en CEOE ni lo son ni lo serán.
-¿Teme la modificación de las partes «más lesivas» de la reforma laboral?
-Lo que tememos no es que se abra la reforma laboral. Creemos que todo se puede mejorar. Sin embargo, para ello hay que tener en cuenta todas las posturas e ir a la mesa de diálogo social sin ideas preconcebidas. El artículo 42 del Estatuto de los Trabajadores, relativo a las externalizaciones y subcontrataciones, no fue objeto de la reforma laboral y se ha incluido entre esos puntos lesivos. Una reforma que limite o impida las externalizaciones desborda el ámbito laboral y afecta de lleno a la economía, iría contra el modelo económico europeo de toda la cadena de valor.
-¿Qué le parece que se haya eliminado la posibilidad de despedir a trabajadores por absentismo justificado?
-Estos casos han venido siendo residuales, de ahí que desde los años 80 no hayan acaparado la atención. Solo tras la sentencia del Constitucional, que además lo ampara, se ha generado la alarma que ha llevado a su derogación. Dicho esto, es una pena que no hayamos podido participar en un debate para poder buscar alguna alternativa y que tampoco se haya aprovechado para ampliar un poco el foco y hablar de otras cuestiones como es el fraude en el absentismo.
-En breve se cumple un año de la instauración del control de la jornada laboral. ¿Cree que ha servido de algo?
-Las empresas tenemos por principio cumplir con las normas. Así que se están poniendo en marcha esos sistemas de registro, unas veces con ciertos problemas, dependiendo de la naturaleza de la actividad, y otras con total normalidad. Pero en muchos casos este sistema afecta a la necesaria flexibilidad que requieren las organizaciones.
-¿Cree que se deben considerar fuera de la jornada laboral las pausas para fumar o el café?
-Si constreñimos el horario laboral en el marco del registro, lógicamente debería computarse cualquier pausa y así lo están respaldando los tribunales.
-La evolución demográfica a la baja pone en riesgo el sistema público de pensiones. ¿Lo ve cerca de la quiebra?
-En materia de pensiones, tenemos claro que es una cuestión eminentemente actuarial y que debería abordarse desde el Pacto de Toledo, con sentido de Estado y sin dejarse llevar por el marketing político.
-¿Cómo ve la situación de la empresa asturiana?
-Asturias es una tierra con importantes fortalezas, con empresas ejemplares, con una identidad propia tan definida y rica, y a la vez tan integrada en España. Un magnífico lugar para vivir y para invertir. Pero debemos estar alerta de los efectos que sobre la industria asturiana puede tener la descarbonización, en una región que aún no ha recuperado su nivel de actividad previo a la crisis y con un evidente problema demográfico. Asturias debe ser parte de la solución a estos retos. Desde CEOE hemos mostrado siempre un apoyo incondicional a la industria.
-Pero el sector no deja de retroceder. ¿Cómo se puede revertir esta situación?
-El problema debe abordarse desde una perspectiva de país. Hace falta una estrategia a nivel nacional, esfuerzos que deben orientarse, por ejemplo, a impulsar la inversión en innovación, la internacionalización o el desarrollo de infraestructuras que aceleren el acceso a los mercados.
-¿Cree que el proceso de descarbonización se está realizando demasiado rápido?
-Para que esta transición sea justa desde CEOE siempre hemos pedido que se haga manteniendo los ritmos que se marcan desde Europa y no queriendo ir por delante, ya que esto nos situaría en una clara desventaja competitiva. Además, esta transición debe ir acompasada con la innovación que vaya desarrollándose y que permita avanzar sin perder competitividad.
-¿Está de acuerdo con que se haya rebajado el umbral de consumo en el estatuto de las electrointensivas?
-Los principales sectores intensivos en energía han estado en contacto permanente con el Ministerio de Industria para encontrar soluciones conjuntas a la pérdida de competitividad por la evolución de los precios eléctricos y a la perdida de rentabilidad por estar expuestos a competencia internacional. El factor energía es clave y lo que no tiene sentido es que la industria esté pagando los 'desmanes' políticos. Tenemos que encontrar soluciones que no impliquen que unas empresas pierdan y otras ganen. La industria es vital para mantener nuestro progreso social y económico.
-El coronavirus ya está en España. ¿Qué efectos prevé para la economía ?
-Es pronto para saberlo. Creo que en esta cuestión debe imperar la transparencia y, sobre todo, la serenidad para no generar más alarmas que las necesarias.
-¿Y del 'Brexit'?
-En el caso del 'Brexit', ahora hay menos incertidumbre que antes de que se sustanciara. A futuro, esperamos que se produzca un acuerdo ambicioso, a pesar de que haya poco tiempo para cerrarlo y consideramos muy importante dar apoyo a las pymes españolas para adaptarse.

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