sábado, 27 de junio de 2009

De nuevo la Agricultura.

Como cambian las cosas, o los rollos ?

El futuro está en la Agricultura

@S. McCoy - 27/06/2009

Hay temas de inversión que son recurrentes en el tiempo. Entre ellos destacan los relacionados con las materias primas. No es de extrañar cuando, por lo general, se trata de recursos finitos para los que existe una demanda creciente. Ocurre incluso con aquellos elementos naturales que pudiera parecer disfrutan de una oferta inagotable, como el agua, de la que se aventura que será la próxima fuente de conflictos a escala planetaria, dejando en mera anécdota las guerras que hasta ahora han tenido como motivo principal la conquista de los principales enclaves de producción petrolífera. Hoy es el oro, ayer fue el petróleo, a principios de este siglo los metales y así sucesivamente.

Pues bien, si se uno atiene a los últimos mensajes de Jim Rogers, fundador junto con George Soros del fondo Quantum y reputado gurú en el segmento de las commodities, pronunciados esta misma semana -“en los próximos años quien quiera hacerse rico tendrá que abandonar los mercados financieros y hacerse granjero”-, parece que le ha llegado el turno a los productos agrícolas. ¿Será este el siguiente Big Investment Case? Competencia no le va a faltar. Entre las ideas adolescentes de inversión a las que la avaricia de los inversores amenaza con convertir prematuramente en burbujas incipientes, primero, y maduros negocios, a continuación, se encuentran igualmente la vinculada energía verde o la apuesta de Citigroup de esta misma semana: los mercados emergentes, que ya habrían recuperado en lo que va de año la mitad de las salidas de capital que sufrieron en 2008.

Una cuestión de oferta y demanda

Una propuesta que ha sido profusamente seguida por el Seeking Alpha de Jim Cramer a lo largo de toda la semana, web que ha aportado diferentes puntos de vista que van de lo genérico a lo más específico. Así, parte de la idea esencial de Rogers, esto es: existe un desequilibrio entre una demanda creciente, tanto en cantidad (incremento de la población mundial, aunque a un ritmo que se acerca peligrosamente al mero ratio de reposición, si se me permite la analogía, de 2,1 hijos por mujer) como en calidad (aumento de las dietas ricas en proteínas en los países en vías de desarrollo, leche y carne principalmente), y una oferta insuficiente, que no está preparada para afrontar tal aumento de necesidades y carece de la suficiente capacidad de reacción (incluso desde un punto de vista financiero-inversor debido a la crisis de crédito). El resultado son unos inventarios en mínimos (por debajo del 120% del consumo corriente en casos como el trigo o el maíz) pese a tratarse de un año este 2009 sin demasiadas contingencias climatológicas excepcionales. El post, que recoge el conjunto de su pensamiento actual, es de lectura ineludible.

Este postulado inicial es desarrollado por Graham Summers en una pieza llamada The Real Crisis is Food. En ella, el autor nos recuerda como los problemas derivados del insuficiente suministro de alimentos, y el aumento consecuente de sus precios, provocaron el año pasado disturbios en muchas de aquellas naciones del segundo y tercer mundo donde la propensión marginal al consumo de sus ciudadanos es mayor, ante su incapacidad de ahorrar, y se concentra en bienes de primera necesidad. Y señala, en una de sus reflexiones más interesantes, cómo, en contra de lo que pudiera parecer, el crecimiento de la productividad agrícola se ha estancado en los últimos 20 años, en un proceso que ha ido paralelo a la reducción de la superficie agraria disponible. Su conclusión es clara: prepárense para muchos años de mercado alcista en las materias primas vinculadas al sector primario de la economía.

¿Cómo jugar esta estrategia? El propio Seeking Alpha recoge una Guía Completa de Exchaged Traded Funds o ETFs que se pueden utilizar para poner en práctica esta idea, en un artículo que completa y corrige parte de los asertos de los dos autores anteriores. Los ETFs son fondos cotizados que replican un determinado selectivo y que, en la práctica, funcionan como una acción más. Del mismo modo Credit Suisse, a través de informe de 10 de junio titulado Agriculture, a structural story, ahonda en los mismos postulados principales a los que ya hemos hecho referencia (riesgos al alza de la demanda y a la baja de la oferta) e identifica hasta veinte compañías a nivel mundial que se podrían beneficiar de la concreción de esta tendencia. El análisis debería convertirse en libro de cabecera para los interesados en la cuestión.

Que puede ser una oportunidad para el sector en España

Tres reflexiones finales. Una, resulta sorprendente cómo, aún con el rebote en el precio del crudo de los últimos meses, la historia de los biocombustibles no aparece, o lo hace de modo muy residual, en el contenido de todos los documentos a los que hasta ahora hemos hecho referencia. Da que pensar después de las enormes inversiones a cometidas por algunas firmas en el pasado. Si el petróleo se dispara, y con él renace este tema, cuidado. Dos, la prueba del nueve de que no se trata de un tema anecdótico la aporta la voluntad de Corea del Sur, manifestada en noviembre del año pasado, de hacerse con una parte sustancial de la tierra cultivable de Madagascar a fin de asegurarse el suministro agrario, acuerdo que finalmente fue cancelado por el nuevo gobierno del país el pasado marzo. Un movimiento parecido al que China ha llevado a cabo en los últimos años con naciones como el Congo, contratos de infraestructura por minerales que ahora son cuestionados por el FMI.

Tres y final. Resulta evidente que la concreción en el bolsillo de los productores del benigno escenario futuro que algunos sesudos analistas anticipan requiere, al menos en nuestro país, de un cambio sustancial en su configuración actual. Una revolución que implica la liberalización del sector, el final de los precios regulados, la eliminación de los subsidios, la especialización productiva, la apuesta por la mayor productividad actuando principalmente sobre recursos escasos como el agua, la búsqueda de la excelencia, la eliminación de escalones en la cadena de distribución, la promoción local, regional, nacional e internacional y todo aquello que ustedes quieran añadir. Si se materializa el aumento de los precios agrícolas, es una oportunidad para dotar de dignidad una actividad que demasiado predicamento ha perdido en los últimos años. Si no se acometen estas reformas, pagaremos los de siempre, sufrirán los habituales y se lucrarán los que todos conocemos. Intentemos evitarlo, ahora que podemos.

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