martes, 23 de junio de 2009

Manualillos para una crísis ( 1 )

El Turismo y su correspondiente batacazo.

España se prepara para el peor verano turístico desde finales de los ochenta

@D.Toledo - 23/06/2009 06:00h

“Puede ser el peor verano turístico desde finales de los ochenta. Son situaciones muy diferentes ya que no había tanta oferta como ahora, pero aún se recuerda cómo en aquellos años se vendían complejos hoteleros enteros en zonas como Canarias. ¿Cómo lo resolvimos? Devaluando la peseta. Ahora no podemos hacer nada”, explica a El Confidencial Rafael Gallego, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Agencias de Viajes (FEAAV). Y es que según los datos hechos públicos ayer por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, entre enero y mayo entraron en España 18,3 millones de turistas internacionales, un inquietante 11,8% menos que en el mismo período del año anterior.

No obstante, Gallego intentó poner al mal tiempo buena cara. “Nadie puede alegrarse de una caída del 12% y no es para celebrarla –explicó-. Sin embargo, a principios de año se hablaba de una debacle de un 30%, y ese batacazo en las entradas no se va a producir. Estimamos que a final de año el retroceso puede estabilizarse entre el 8% y el 10%. ¿La campaña veraniega? Manejamos bajadas entre el 12% y el 13% hasta septiembre y octubre, para luego recuperar el paso a final de año”. Un escenario bastante novedoso para Frontur, que mide los movimientos turísticos en fronteras y que hasta el año pasado sólo registraba alzas desde que las visitas empezaron a anotarse en 2002. En 2008 la cifra de visitas ya bajó un 1,8% de media.

En efecto, según recuerda Eugenio de Quesada en el libro 50 años del turismo español, publicado por el Centro de Estudios Ramón Areces, en el bienio 1987-1988 se registran tasas de crecimiento del 7% en la entrada de turistas extranjeros a España, evolución que se trunca con la Guerra del Golfo en 1989, que lleva en ese año a un crecimiento cero. En 1990 se acentúa la tendencia y se produce una caída del 3,7% en la entrada de visitantes, que pasan de 54 a 52 millones. Ése es el momento a que se refiere Gallego. Desde ahí, la recepción turística se va recuperando paulatinamente –con caídas severas pero puntuales como la de 1995, con un clima de incertidumbre internacional todavía como telón de fondo- hasta desembocar desde 1997 en un segundo boom turístico español similar al de los años setenta.

En paralelo a ese proceso, a finales de los ochenta tocaba a su fin a un modelo turístico de costa basado en explotar al máximo la entrada de turistas extranjeros y de divisas. Las cuatro devaluaciones de la peseta entre septiembre de 1992 y junio de 1993 ayudaron a mantener una divisa barata y a calentar el mercado inmobiliario para británicos, alemanes y franceses, que no sufrieron la crisis de los años 1993 y 1994 ni de una forma tan severa como España ni de una manera tan devastadora como afrontan hoy la actual recesión. Sin la divisa a mano, 20 años después aún sigue pendiente en España una reconversión de un sector con estructuras de costes muy poco flexibles para adaptarse a una caída de la demanda como la presente.

Británicos, alemanes y Zapatero
El principal lastre está siendo el turismo británico, cuyas entradas se redujeron el 17,8%. Ni está ni se le espera. No sólo la crisis económica está retrayendo a los británicos; también la quiebra de varios turoperadores el año pasado y la casi paridad entre la libra y el euro. España no ha sido el único afectado por su mal comportamiento, aunque en nuestro país el peso del turismo británico roza el 30% del total, lo que agrava cualquier movimiento. Según los datos que maneja la Office for National Statistics de Reino Unido, las visitas al extranjero de los residentes británicos se redujeron hasta un 14% en el primer trimestre del ejercicio. Según los datos del Instituto de Estudios Turísticos, entre enero y abril el gasto de los británicos en España ha caído un 15,7% interanual.

En todo caso, no son los británicos los únicos que reducen sus visitas. Alemania cayó un 11,2% como mercado emisor, aunque existe cierta esperanza en el contingente germano de aquí a final de año. “La confianza en Alemania ha repuntado en los últimos tres meses”, explica Gallego. Las entradas de franceses se redujeron un 8,9% y las de italianos un 9,3%. Por destinos, los más afectados son Canarias, que han visto cómo sus visitas se reducían entre enero y mayo un 14,5% anual, algo mejor que Comunidad Valencia, donde el descenso es de un 19%. Cataluña registra una caída del 11,8% y Baleares del 8,5%.

Todo con la perspectiva de que en verano se empiecen a sentir las medidas adoptadas por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para socorrer a la principal industria del país. El Ejecutivo no sólo ha ampliado en 600 millones de euros el Plan Renove de Instalaciones Turísticas, dotado inicialmente con 400 millones, sino que entre el 1 de julio y el 31 de diciembre bonificará las tasas aéreas a las compañías que trasladen a más viajeros que en el mismo período de 2008. Claro que no faltan dudas. “Hubiera sido más eficiente reducir el IVA del 16% al 9%. Incluso tomar esa medida en clave europea”, se lamenta Gallego.

La crisis economía permea todo el sector y arroja datos preocupantes en sus diferentes derivadas. Por ejemplo, en lo que el Estado recauda, en la balanza de pagos. Entre enero y marzo de 2008 se habían ingresado por el concepto de turismo y viajes 4.829,2 millones de euros. En el mismo período de 2009 un 15,4% menos, sólo 4.080,7 millones. Y segundo, entre los hoteleros y en el empleo. La patronal de los hoteleros no sólo reconocía hace apenas una semana que habían reducido sus precios en torno al 15%; también que entre enero y junio se habían recortado 500.000 puestos de trabajo.

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