Planes de Jubilación.
El ahorro será insuficiente
¿Sabe qué es necesario para una correcta planificación financiera de la jubilación?
La merma de los ingresos hace necesario calcular con precisión los gastos e ingresos futuros.
17/03/2010 - 08:00 - J. JIMÉNEZSuscríbete a las noticias
¿Sabe qué es necesario para una correcta planificación financiera de la jubilación?
La viabilidad del actual sistema de pensiones está ahora mismo más cuestionada que nunca, por lo que no está de más conocer cuáles son las claves para planificar adecuadamente el ahorro financiero de cara a la vejez.
Lo primero que hay que tener claro es cuál será el nivel de ahorro necesario para complementar la pensión, y cubrir así la merma de ingresos que previsiblemente se producirá cuando llegue la jubilación.
De esta forma, según apunta el estudio ‘Retos socioeconómicos del envejecimiento en España’, elaborado por AFI, hay que hacer una correcta estimación de los ingresos que se percibirán una vez se abandone el mercado laboral, y de los gastos que habrá que afrontar a partir de entonces.
Respecto la primera variable, los últimos datos publicados por el ministerio de Trabajo muestran que la pensión media de jubilación alcanzó los 854 euros el año pasado y los 815 euros en 2008. Esta última cantidad –multiplicada por 14 pagas- supuso cobrar 11.400 euros anuales, importe que para los autores del informe “se antoja muy ajustada” como para cubrir los gastos en los que incurre un jubilado o hacer frente a posibles imprevistos derivados, por ejemplo, por un empeoramiento de la salud.
Quienes se jubilaron el año pasado, tendrán que pasar este ejercicio con una pensión media de 11.956 euros. Hace unos días, Finanzas.com publicó una información a fin de orientar sobre la cantidad exacta a percibir una vez llegue la jubilación. Pero las cifras medias disponibles permiten pensar razonablemente que los actuales criterios usados en el cálculo no dan para mucho más.
La mala noticia viene por el lado del gasto, variable que también hay que planificar, ya que según los últimos datos disponibles del INE en base a la ‘Encuesta de Presupuestos Familiares’, el gasto medio por hogar se situó en los 15.182 euros para las personas mayores de 65 años que vivían solas. El 48% de este presupuesto –casi la mitad- se fue en vivienda, agua, electricidad y combustibles, mientras que casi el 16% se lo llevó la alimentación. Para ocio apenas si quedó un 3% y un 4,6% para artículos de calzado y vestido. Es decir, las cifras muestran que los jubilados no han tenido una vida de muchos lujos, destinando casi el 70% de sus ingresos a las necesidades básicas.
La consecuencia, explica el estudio, es que llegada la jubilación, las familias empiezan a hacer uso del patrimonio acumulado hasta el momento a fin de cubrir la brecha entre lo que se percibe como jubilación y los ingresos que se obtenían en la etapa laboral. Además, los expertos apuntan que también hay que tener en cuenta el aumento de la esperanza de vida, que alcanza los 83 años en el caso de los hombres y los 87 años para las mujeres. Con Francia y Suiza, España es uno de los países europeos con mayor esperanza de vida.
Además, durante la vejez es cuando hay más probabilidad de sufrir alguna limitación física o discapacidad que haga necesaria la asistencia de terceras personas, un coste añadido más a cargar sobre las pensiones. Esta ayuda solía recaer en las mujeres, pero el crecimiento en la tasa de empleo femenina y los cambios en la composición de los hogares implica que muchas familias no puedan hacerse cargo de esta asistencia, haciendo falta recurrir a servicios externos.
En contraste, finaliza el estudio, a pesar del crecimiento de los seguros y planes de pensiones en los últimos años, cuando el ahorro finalista destinado a la jubilación superó el 15% en 2008 frente al 1% que representaba en 1985, esta cantidad se encuentra bastante lejana de otros países como Reino Unido, donde el ahorro en seguros y planes de pensiones supera el 50% del ahorro familiar.
Por último, para evitar que los ahorros pierdan poder adquisitivo, los individuos deben tratar de protegerlos de la subida de los precios. De ahí que las decisiones de inversión de los ahorradores debieran de estar marcadas -como mínimo- por el objetivo de que sus ahorros generen una tasa de rentabilidad al menos igual al crecimiento de la inflación general de la economía en la que interactuen, para así obtener una tasa de rentabilidad real positiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario