Casi todas.
Las autonomías eluden los recortes y gastan 1.172 millones en sus teles
J. Romera / A. Ramón / R. Gutiérrez 21/09/2010 - 6:11
En plena crisis económica y con el Gobierno intentando meter la tijera al déficit, las televisiones autonómicas se han convertido en un pozo sin fondo. Si se descuentan los ingresos por publicidad, la partida que reciben de las arcas regionales sumará este año un mínimo de 1.172 millones.
No hay ningún recorte. Es un 1,12 por ciento más que en 2009, pero podría ser al final mucho más, ya que posiblemente haya aportaciones extraordinarias una vez se cierre el ejercicio para compensar los números rojos, de las que prácticamente ninguna logra escapar.
El PP ha abierto ya el debate sobre un posible proceso de privatización para aquel que lo desee, pero las televisiones son una de las mejores vías de influencia política y, pese a los resultados negativos, nadie quiere quedarse fuera.
En algún caso la inyección de dinero se hace a través de subvenciones directas y, en otros, de transferencias de capital. A la cabeza de las aportaciones figura Cataluña, que tiene presupuestados este año 282,4 millones en su corporación de medios audiovisuales, un 8 por ciento más que en 2009. No obstante, hay que tener también en cuenta que, al contrario que el resto, la Generalitat puede presumir de que TV3 está plenamente consolidada y mantiene una cuota de pantalla más que aceptable. En lo más alto del ranking aparecen también Andalucia, con 174 millones; la Comunidad Valenciana, con una aportación de 126,9 millones; el País Vasco, con 116,4 millones y Galicia, con 91,6 millones.
Todo ello a la espera de las partidas extraordinarias para restablecer el equilibrio patrimonial. Así, por ejemplo, la Generalitat valenciana, que ya había dado 135,7 millones a su televisión autonómica en 2009, tuvo que hacer una inversión adicional, hasta 279 millones de euros, para compensar los resultados negativos de todo el ente público.
La televisiones públicas españolas se han convertido en las segundas más caras de Europa, con un coste por hogar de 186 euros al año, tan sólo superado por Alemania, con 192 euros, de acuerdo con un estudio elaborado por Deloitte para Uteca, la patronal de las televisiones privadas.
Pese a los recortes en otros organismos públicos, la deuda de nuestras televisiones sigue además creciendo sin freno. La de RTVE, asumida hace cuatro años por la Sepi con la intención de amortizarla este mismo ejercicio, se elevaba al cierre de 2009, a 1.500 millones. La de las cadenas autonómicas es de 1.862 millones.
El estudio de Uteca se ha realizado sobre los cinco grandes países de la Unión Europea donde el coste es más alto, y sitúa a Alemania a la cabeza. El coste bruto por hogar de su televisión pública, una vez descontados los ingresos publicitarios, se eleva a 215 euros.
En segunda posición aparecen Reino Unido y España, prácticamente en el mismo nivel, con 187 y 186 euros respectivamente. Sin embargo, según Uteca, si se tiene en cuenta el coste bruto armonizado, teniendo en cuenta el PIB per cápita de cada país, el coste en España supera ya a la televisión británica y se coloca muy cerca de la alemana.
Y todo ello sin olvidar que hay un tercer tipo de televisión pública en discordia: las televisiones municipales.
"Hay televisiones locales, como sucede en Barcelona y en Sevilla o, incluso, en algunos pueblos, que incrementan aún más el coste que supone para sus ciudadanos la televisión pública", aclara Jorge del Corral, secretario general de Uteca. "Existe una borrachera de televisiones públicas sin recato creadas para el beneficio del Gobierno y el alcalde de turno", que hace que en algunos lugares se mantengan, además de los canales estatales y autonómicos, las cadenas locales. Y es que, según del Corral, "el número de canales es incomparable con el de otros países".
Pero el coste que cada ciudadano paga por la televisión pública no es igual en todas las autonomías. Los catalanes, donde cada hogar paga más de 200 euros al año, son los que soportan un coste mayor. Y lo mismo sucede con Valencia y el País Vasco, donde la inversión en televisión es mayor en aras de dar más difusión a sus idiomas propios.
El estudio de Deloitte pone en evidencia, de hecho, que las televisiones privadas son mucho más eficientes. Mientras que el gasto de explotación por punto de audiencia se eleva a 104 millones de euros en el caso de las autonómicas y a 48,8 millones en el de RTVE, en las privadas se reduce hasta tan sólo 37,2 millones.
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