El 4% de los contribuyentes paga ya casi el 40% de los ingresos por IRPF
@Carlos Sánchez - 22/09/2010
No es ningún secreto la elevada progresividad del Impuesto sobre la Renta. Pero nunca antes se habían alcanzado tales niveles. Dos datos. El 67% de los contribuyentes que declaran el IRPF soportan únicamente una carga fiscal equivalente al 14% de la recaudación. Por el contrario, el 4% de los contribuyentes más ricos aporta nada menos que el 38,7% de los ingresos.
Los datos aparecen en la Memoria Tributaria que ayer publicó Hacienda (ver página 128), y ponen de relieve como el IRPF se ha consolidado a lo largo de los años como el principal -y casi único- mecanismo de redistribución de la renta. Sólo hay que tener en cuenta que ese 67% de los contribuyentes con ingresos inferiores a 21.000 euros anuales acapararon el 32,6% de la base imponible del impuesto (lo que realmente se grava), pero sólo soportaron una carga equivalente al 14% de sus rentas. Es decir, entre una y otra cifra una distancia de casi 19 puntos.
Por el contrario, el 4% de las declaraciones aportó nada menos que el 23,7% de la base imponible, pero su aportación al Fisco se sitúa cerca del 39%. Por lo tanto, esos contribuyentes pagan más de quince puntos por encima de lo que les correspondería si el impuesto sobre la renta fuera de carácter lineal. Los datos son todavía más elocuentes si se tiene en cuenta que el 0,1% de los declarantes que se encuentran dentro del tramo más elevado (rentas superiores a los 600.000 euros) aporta nada menos que el 6,3% de los ingresos por IRPF. O lo que es lo mismo, los 10.605 ‘ricos’ a la luz del IRPF pagan cada año, como media, 382.001 euros al Fisco.
Esos 'ricos' son los que ahora sufrirán una nueva vuelta de tuerca si, finalmente, el Gobierno decide crear un nuevo tramo en el IRPF que podria llegar al 45% para rentas superiores a 100.000 euros. Los últimos datos de Hacienda indican que en 2007 un total de 264.040 contribuyentes declararon unos ingresos superiores a los 96.000 euros anuales. Ellos serían los afectados por la subida de la presión fiscal.
No son ellos, desde luego, los únicos 'ricos' La propia Memoria Tributaria refleja la existencia de 1.618 contribuyentes que declaran tener un patrimonio superior a los 10 millones de euros. Otros 3.971 declaran entre cinco y diez millones y 13.749 más de 2,5 millones y menos de cinco millones. Todos estos colectivos son los que han quedado libres de pagar impuestos por este concepto tras la eliminación del impuesto sobre el patrimonio.
La progresividad del impuesto es, por el contrario, casi nula en el segundo tramo con menores niveles de renta, del que forman parte aquellos contribuyentes con ingresos situados entre 21.000 y 30.000 euros. En este caso, suponen el 18,2% de la base imponible, pero tan sólo aportan el 16,5% de la carga impositiva. Por el contrario, la progresividad comienza a manifestarse a partir de los 30.000 euros de ingresos. Aportan un 30,8% de la recaudación pese a que su base imponible representa el 25,6% del total.
'Ricos' que pagan menos
Según la información de la Memoria Tributaria, el tipo efectivo medio del IRPF (el que realmente se aplica una vez descontadas las deducciones y desgravaciones) se situó en 2008 -ultimo año conocido- en el 16,2%. Pero mientras la mitad de los contribuyentes -los más ‘pobres’- paga menos del 10% a Hacienda por sus ingresos, en el caso de los tramos más elevados ese nivel sube a cerca del 30%. En todo caso, muy por debajo del 43% que de forma nominal se aplica en el IRPF. Lo más relevante en este caso es que el tipo efectivo es superior al medio -ese 16,2%- a partir de 28.500 euros, nivel sobre el que realmente comienza a operar la progresividad del impuesto.
Una progresividad, sin embargo, matizada por las cifras. Los contribuyentes con rentas situadas entre 144.000 y 216.000 euros son realmente quienes pagan más dinero a Hacienda, toda vez que soportan una carga fiscal del 28,8%. Incluso por encima del 25,3% que se aplica en el tramo de rentas más elevadas, las superiores a 600.000 euros.
De hecho, y aquí está los sorprendente, la carga fiscal de los más ricos es equivalente a la que soportan los contribuyentes con ingresos comprendidos entre 60.000 y 66.000 euros. Un 25,3% en ambos casos en términos efectivos. La causa de esa aparente paradoja tiene que ver con el juego de las deducciones en cuota, que permite a las mayores rentas del país achatar la presión fiscal. Las rentas más elevadas deducen más por inversión en fondos de pensiones o en adquisición de vivienda. Pero, sobre todo, por el hecho de que en la composición de los ingresos en las rentas más altas juegan un papel fundamental la base imponible del ahorro, gravada con un 18%. Por debajo del marginal máximo. Dicho en otras palabras, la baja tributación de las inversiones financieras reduce la presión fiscal de las rentas más elevadas.
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