domingo, 2 de octubre de 2011

Movimientos vitales....

¿Un café o un paseo? ¿Qué es mejor para refrescar la mente?

Por SHIRLEY S. WANG

A un estudiante universitario inmerso en el estudio para un examen importante, le vendría bien darle un descanso a su cerebro.

Sin embargo, lo que haga durante ese recreo determinará qué tan útil resultará esa pausa, según un creciente cuerpo de investigaciones. Un paseo por el parque podría hacer maravillas, por ejemplo, mientras que tomarse un café apurado podría dejarlo tan estresado y agotado como antes del descanso. Incluso, en ocasiones, forzarse uno mismo a seguir adelante aún con fatiga mental puede ser más efectivo que hacer una pausa.

Al igual que un músculo, nuestro cerebro parece fatigarse después de trabajar durante períodos de tiempo prolongados, en especial si tenemos que concentrarnos intensamente o lidiar con una tarea repetitiva, explica Michael Posner, profesor emérito en la Universidad de Oregón, que estudia la atención.

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Los investigadores se enfocan en algunas de las circunstancias que logran que el cerebro se refresque de manera óptima.

Contemplar los paisajes y disfrutar de los sonidos de la naturaleza parece ser especialmente beneficioso para la mente, según los investigadores.

Marc Berman, investigador posdoctoral en el Instituto de Investigación Rotman de Toronto, y sus colegas estudian si la interacción con la naturaleza puede ser terapéutica para personas con trastornos como depresión y ansiedad.

El trabajo sigue la investigación de Berman y sus colaboradores en la Universidad de Michigan, que muestra que el rendimiento en pruebas de memoria y atención mejoró 20% después de que los sujetos de estudio hicieran una pausa para dar un paseo por el jardín botánico. En cambio, cuando esas personas fueron enviadas a pasear por una calle muy transitada de la ciudad, no se detectó un incremento cognoscitivo.

En un estudio de seguimiento, los investigadores hicieron que los participantes tomaran una pausa de 10 minutos en una habitación tranquila para ver fotos de paisajes naturales o escenas urbanas. Una vez más, comprobaron que el rendimiento cognoscitivo mejoraba luego del descanso en la naturaleza, aunque se tratara sólo de imágenes en papel. Aunque el incremento no fue tan grande como cuando los participantes de hecho pasearon entre los árboles, fue más eficaz que la caminata por la ciudad, afirma Berman.

El resultado no se debió a que los participantes de los estudios estuvieran de mejor humor después de contemplar escenas de la naturaleza, según la investigación, que fue publicado en la revista Psychological Science, en 2008. De hecho, a algunas personas se las hizo caminar por el jardín botánico durante un frío invierno en Michigan.

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"Uno no necesariamente tiene que disfrutar de la caminata para obtener el beneficio", señala Berman. "Lo que nos gusta no necesariamente va a resultarnos positivo".

Más bien, sostienen los investigadores, las imágenes de la naturaleza atraen nuestra llamada atención involuntaria, que entra en juego cuando nuestras mentes se ven atraídas involuntariamente por algo interesante que no requiere de una gran concentración, como una imagen agradable o una característica del paisaje. Se puede hablar y pensar a la vez que advertimos ese elemento.

En cambio, las personas dependen de la atención dirigida cuando necesitan concentrarse en el trabajo o potenciales amenazas, como el tránsito al cruzar la calle. Este tipo de atención es la que puede flaquear cuando se usa por períodos prolongados.

Las personas que no viven en un ambiente rodeado de naturaleza o en sus alrededores, tienen otras opciones, sostiene Berman. Una calle tranquila en la ciudad con elementos naturales interesantes a la vista, como canteros con plantas, también podría tener el mismo efecto, asegura. Berman y sus colegas ahora intentan averiguar exactamente qué elementos de los ambientes naturales desencadenan beneficios cognoscitivos.

El momento elegido para un descanso también es importante. La gente no obtiene beneficios cognoscitivos cuando está apurada o se siente bajo presión porque tiene poco tiempo. En esos casos, puede que lo mejor sea seguir trabajando, señalan los psicólogos.

Los beneficios de hacer una pausa para tomarse un café, otra de las formas más comunes en que la gente intenta relajar su mente, tampoco son muy claros, dicen los investigadores. Aunque la cafeína efectivamente acelera el cuerpo, incluyendo el cerebro, eso no se traduce necesariamente en un mejor desempeño, según investigadores de la Universidad de Bristol.

"El estímulo que produce la cafeína puede prolongar la excitación que uno podría tener debido a una situación estresante", lo que puede ser perjudicial, señala Lindsay St. Claire, profesora de la Universidad de Bristol. Por lo tanto, la gente debería considerar qué tan nerviosos están antes de hacer una pausa para tomar otra taza de café.

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