Cuentas bancarias: cuánto nos cuestan los descubiertos
Exp.
Tener un descubierto en cuenta es lo que
tradicionalmente se conoce como "estar en números rojos", uno de los
problemas a los que un usuario normal se puede enfrentar, bien por
despiste o bien por falta de liquidez.
Es posible que se dé el caso de que el banco pueda permitir algún descubierto, sobre todo si el historial crediticio del cliente es bueno. Si esto es así, lo más probable es que esté fijado un importe máximo, y que las condiciones estén recogidas en el contrato de la cuenta corriente. Aunque pueda parecer que esta opción es algo positivo, realmente la entidad está realizando un préstamo, con lo que el importe habrá que devolverlo con intereses.
De hecho, el banco puede cobrar hasta por tres conceptos diferentes ante la falta de liquidez de una cuenta corriente, parte de los cuales justifican por los gastos de notificación que surgen de avisar al cliente de su posición deudora.
Estos son los conceptos más frecuentes por los que se grava un descubierto bancario:
- La comisión de apertura del descubierto, que varía de un 1% a un 4,5% del importe a cubrir. Y suele ser indiferente si se subsana el error en unas horas o si la deuda es de 1 euro.
- Los intereses generados durante el período que se esté en descubierto, que suelen ser del orden del 10% de la Tasa Anual Equivalente (TAE). Dado que el banco considera que ha hecho un préstamo, los intereses son de un tipo determinado, y muy elevado.
- La comisión fija de reclamación de posiciones deudoras, que oscila alrededor de los 30 euros, dependiendo de la entidad. Algunas solo cobran esta tarifa si la deuda se mantiene durante determinados días.
Evitar los descubiertos
Para huir de los imprevistos que lleven asociados un coste económico, lo más recomendable es tener un exhaustivo control financiero. Estar pendiente de los recibos y gastos que se cargan al mes, y saber aproximadamente en qué fechas se harán los cobros, son maneras de evitar los descubiertos bancarios. Conocer el estado de la cuenta y el saldo disponible es también recomendable para actuar frente a los cargos que no se esperan, y así atajarlos antes de que sea demasiado tarde.
En ocasiones es preferible no pagar a tiempo un determinado recibo que entrar en descubierto bancario, o incluso tirar puntualmente de la tarjeta de crédito o solicitar un préstamo personal si el desfase es alto. Los descubiertos, financieramente, salen muy caros.
Eva Llorca, editora de iAhorro.
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