Tribuna
Llegan los pobres
Estamos invadidos por los devotos con asiento en el Consejo de Ministros, Por eso designamos intercesora a nuestra Santa Teresa de Jesús para estos tiempos recios en que estamos, como ha dicho en Fitur el titular de Interior, Jorge Fernández Díaz, y ponemos la recuperación del empleo en manos de la Virgen del Rocío, según ha señalado la responsable de la cartera de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez. Además, todos parecen confortados por la advertencia de Jesucristo según la cual “a los pobres siempre los tendréis con vosotros”. Una afirmación evangélica que salía al paso de los murmuradores inclinados a reprender a la Magdalena por el dispendio en el perfume de aquel frasco de alabastro con el que ungió los pies del Maestro. De ahí, algunos deducen de manera sumaria que siempre tendremos pobres a los que socorrer, mientras que el peligro a evitar es que emigren los ricos hacia habitats más favorables, como verbalizó el presidente de Cantabria, Ignacio de Diego, decidido a brindarles todos los atractivos y eximirles de todas las cargas impositivas para asentarse en su Comunidad. Se dijo en una de las primeras reuniones del G-20 que se emprendería la refundación del capitalismo. Pero los abusadores se han ido de rositas. Los ideadores y beneficiarios de los más fundamentales fraudes se han mantenido en sus puestos y parecen decididos a volver a las andadas. Íbamos a terminar con los paraísos fiscales y ahí siguen incluso a disposición de la dirigencia china atenta a los ejemplos que estamos dando. Estábamos sublevados por la colusión de intereses de las agencias de calificación y decididos a reemplazarlas por otras europeas que merecieran confianza pero de eso nada. Y así sucesivamente. Pensábamos que la prórroga de la esperanza de vida era un activo y el FMI sale al paso para reprendernos diciendo que en realidad es un inconveniente para atender el pago de las pensiones. Para los defraudadores más descarados se idearon amnistías fiscales ad hoc. La panoplia legal se amplía y el proyecto de reforma del Código Penal en materia de transparencia y lucha contra el fraude es capaz de producir una alteración esencial al introducir una atenuación facultativa extraordinaria y una polémica reforma de la regularización tributaria, como ha señalado el profesor Jacobo Dopico Gómez Aller en la tribuna que ha publicado en la revista Iuris, quien resalta que en la práctica dará lugar a una exoneración de la pena. El caso es que la crisis ha preferido atajarse con toda clase de recortes, a cargar sobre las espaldas de los más desfavorecidos que son quienes recurren a los servicios públicos de sanidad y educación, que son los beneficiarios de las pensiones, de las ayudas sociales y de los subsidios de desempleo, que son los que han perdido la capacidad de negociar los salarios y los que han terminado viviendo por debajo del umbral de la pobreza. Así que los pobres, que aparecen y cobran creciente visibilidad, no pueden considerarse una sorpresa porque son un resultado. Un resultado que todavía se puede agrandar porque nuestros tutores internacionales y nuestras patronales varias siguen dando la barrila a favor de otra vuelta de tuerca a la reforma laboral y de nuevas rebajas salariales en busca de una competitividad que nos haga como los chinitos de antes para evitar así la deslocalización de las empresas. Porque la Europa envidiada por el estado de bienestar se ha instalado en la duda y en vez de irradiar derechos y libertades prefiere importar pobreza y esclavitudes. Ha desertado de la tarea de europeizar China y se aplica con denuedo a otra nueva: la de achinar Europa. Veníamos de la sociedad de consumo y ahora los recortes nos sitúan en el imposible de una sociedad de consumo sin consumidores.
Sobre la pobreza y el derecho acaba de publicar una conferencia el académico Santiago Muñoz Machado remontándose a Luis Vives, donde propugna la superación del concepto tradicional de los derechos sociales como derechos inexigibles, cuya delimitación depende de la exclusiva voluntad del legislador, que éste acomoda a las circunstancias económicas de cada momento. En su opinión, estos derechos deberían ser reconocidos como derechos fundamentales vinculados a la dignidad humana y a la igualdad. Esa parece ser también la doctrina del Consejo de Europa que alerta sobre la situación de España y sostiene que los recortes del Gobierno degradan los derechos humanos. Continuará.
Miguel Ángel Aguilar es periodista.
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