lunes, 3 de noviembre de 2014

Fusiones.....yá!

Quiere una unión bancaria con menos entidades, pero más europeas

La UE forzará una reducción drástica del número de bancos

La presidenta del Mecanismo Único de Supervisión, Danièle Nouy.
RALPH ORLOWSKI (REUTERS)
La zona euro quiere acometer un proceso de reestructuración del sector bancario similar al llevado a cabo el año pasado en España, donde a base de fusiones y liquidaciones se ha pasado de 45 entidades financieras significativas a solo 15. El primer paso en esa dirección se dará mañana con la inauguración en Fráncfort del Mecanismo Único de Supervisión_(MUS), un organismo del Banco Central Europeo que, por primera vez en la historia, colocará a las principales entidades financieras de la UE bajo un control supranacional.
Fuentes comunitarias señalan que el 4 de noviembre marca el inicio de una cuenta atrás hacia fusiones transfronterizas y hacia la búsqueda de una dimensión europea en el sector. El proceso podría durar como mínimo una década, señalan esas fuentes. Pero los movimientos y tanteos, añaden, se iniciarán de manera casi inmediata. El fenómeno ganará fuerza a medida que los fondos nacionales de resolución bancaria que se crearán en 2015 se vayan fusionando en un fondo común entre 2016 y 2024.
La jibarización a escala europea se prevé mucho más lenta y de menor envergadura que la española, aunque con un objetivo muy claro: menos bancos pero con mayor proyección europea. La espoleta será una supervisión centralizada que a partir de la semana que viene irá poniendo fin al sesgo que las autoridades nacionales han mantenido a menudo a favor de sus respectivas entidades, provocando que al menos 15 de los 28 socios de la Unión cuenten con bancos que ejercen como “campeones nacionales”, pero sin apenas presencia fuera de sus fronteras.
“Los supervisores nacionales estaban muy bien aunque no podían evitar eso: ser nacionales”, ironizaba la semana pasada Thomas Wieser, presidente del gabinete de secretarios de Estado y del Tesoro que prepara las reuniones del Eurogrupo (Consejo de Ministros de Economía de la zona euro), durante la conferencia anual del instituto de estudios financieros integrado en el CEPS (Centre for European Policy Studies). La crisis ha mostrado el riesgo de esa situación para los propios Estados, que pueden verse arrastrados cuando alguna de las grandes entidades se desploma.
Menos deuda
Entre las primeras medidas que estudia el MUS para frenar el vínculo de los bancos con sus países de origen figura la limitación del porcentaje de deuda pública que podrán comprar, así como la obligación de provisionar ese tipo de activos (ahora considerados exentos de riesgo a efectos de capital). El MUS, presidido por la francesa Danièle Nouy, también iniciará la armonización de las normas prudenciales para establecer un terreno de juego verdaderamente europeo en el que todas las entidades compitan en igualdad de condiciones.
El primer avance en ese sentido ya se realizó la semana pasada con los test de estrés, en los que por primera vez se armonizó el concepto de préstamo dudoso con un plazo de 90 días de mora. La norma permitió al BCE reclasificar como morosos préstamos por valor de 136.000 millones de euros, muchos de ellos en países como Finlandia, Austria y Holanda, considerados habitualmente como más seguros que otros.
Nicolas Veron, del instituto de estudios Bruegel, considera que debería irse mucho más lejos, “poniendo fin a las prácticas de algunas autoridades nacionales que limitan geográficamente la movilidad de la liquidez y el capital” de los bancos. Esa limitación, impuesta por ejemplo por Alemania, afecta a bancos como Santander o Unicredito que se ven obligados a gestionar sus filiales en otros países como unidades prácticamente independientes de la matriz. Bruselas prevé que la unión bancaria ponga fin a los compartimentos estancos nacionales y que surjan en el sector financiero “campeones europeos” como ha ocurrido en otras industrias.
Bruselas, sin embargo, no desea tanto que los bancos crezcan en volumen (la concentración del sector a nivel nacional ya es mayor que en EE UU) como en extensión, aprovechando que no solo estarán supervisados desde Fráncfort, sino que contarán también con un fondo de resolución transfronterizo con sede en Bruselas. Ese fondo, apuntan fuentes europeas, es el precedente de una mutualización de riesgos que, en el futuro, podría permitir el salto definitivo de la unión bancaria hacia una unión fiscal y política. El fondo de rescate de la zona euro (MEDE) podría ser el embrión del Tesoro de esa zona euro 3.0

Un sector hipertrofiado con poco valor añadido

Europa tiene un sector bancario descomunal, que supone más del 300% del producto interior bruto de la UE, mientras que en EE UU apenas llega al 100%. “El sistema ha alcanzado tal tamaño que su contribución al crecimiento económico real probablemente es nula o negativa”, señala un reciente informe elaborado por los asesores del Comité de Riesgos Sistémicos, dependiente del BCE.
El informe, que no representa la posición oficial de esos organismos, describe los riesgos de un sistema tan saturado y advierte de que “las estructuras financieras muy decantadas ha_cia el sector bancario están asociadas con un menor crecimiento económico”.
Bruselas lleva años intentando desarrollar canales alternativos de financiación mediante una unión de los mercados de capital que figura como una de las prioridades de la nueva Comisión Europea, presidida desde el sábado por Jean-Claude Juncker. Pero fuentes comunitarias avisan de que no será fácil reducir la cuota de mercado de los bancos en la financiación de la economía (70% frente al 30% de EE UU), porque la estructura empresarial a este lado del Atlántico es diferente (con empresas mucho más pequeñas, que no pueden recurrir fácilmente a los mercados de deuda).
“El cambio es conveniente, pero se puede tardar una generación”, señalaba la semana pasada Barry Eichengreen, profesor de la Universidad de California, en una conferencia del CEPS (Centre for European Policy Studies) en Bruselas.
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