Llega el Mercado Único Digital, un maná de 340.000 millones
Adolfo Lorente
La Comisión Europea traza la hoja de ruta de un proyecto que busca agilizar el comercio en Internet.
El Mercado Único Digital (MUD) es uno de los grandes pilares
de la acción ejecutiva de la Comisión presidida por un Jean-Claude
Juncker que ya en campaña electoral hace casi un año hablaba una y otra
vez de esta idea. Un proyecto de difícil explicación ciudadana y
compleja venta política que, sin embargo, es vital para la
competitividad de la UE y el desarrollo económico del Viejo Continente. Un
proyecto cuya dimensión se resume en dos cifras: su plena
implementación podría suponer un impacto de 340.000 millones y la
creación de «cientos de miles de puestos de trabajo». La música suena de
fábula, pero ahora toca ponerle letra. Lo difícil.
Este miércoles, el Colegio de Comisarios comenzó a debatir y trazar la hoja de ruta que debe llevar a la consecución del MUD a lo largo de esta legislatura. «No debemos hacernos ilusiones, la batalla será ardua», advirtió el vicepresidente comunitario encargado de esta materia, Andrus Ansip. Las primeras medidas concretas se establecerán en mayo, de forma que ayer lo que se hizo fue concretar las grandes líneas de actuación. Son tres: mejorar el acceso de los usuarios a los servicios digitales; crear el entorno necesario para que «puedan prosperar» y «crear una economía y sociedad digitales en Europa con potencial de crecimiento a largo plazo».
«Eliminemos todas esas barreras que nos bloquean. Es preciso que las personas puedan moverse libremente en línea a través de las fronteras al igual que lo hacen físicamente en la realidad. Debemos ayudar a las empresas innovadoras a crecer en toda la UE, de manera que no queden encerradas en su propio mercado», recalcó Ansip en un claro mensaje a la excesiva protección nacional que aún existe en la Europa de los 28. El mensaje para los Estados miembros es el mismo que otras muchas materias. «Debemos vernos como un todo, no como uno dentro de Veintiocho».
En este mismo sentido se expresó el comisario de Economía y Sociedad Digital, Günther Oettinger, que advirtió de que «Europa no puede situarse a la vanguardia de la revolución digital con 28 normativas diferentes para los servicios de telecomunicaciones, derechos de autor, seguridad informática y protección de datos. Pero las personas también deben invertir en sí mismas mejorando sus competencias informáticas en el trabajo o en su tiempo de ocio». En Europa, cada día 315 millones de personas usan Internet, cifras que hablan por sí solas sobre la potencialidad de este sector.
¿En qué se traduce todo esto? Por ejemplo, la Comisión quiere que el comercio electrónico sea mucho más fluido entre países europeos, sobre todo entre las pymes. «Odio el geobloqueo, creo que es algo anticuado, injusto y que no debe usarse en el siglo XXI. No puede coexistir con el mercado interior», zanjó Ansip.
Más ejemplos: el 'roaming'. La Comisión sigue siendo partidaria de abolir los recargos por el uso del teléfono móvil cuando se viaja dentro de los Veintiocho, pero las capitales se han plegado a los intereses de las 'telecos' y han decidido retrasar hasta 2018 una decisión que estaba llamada a aprobarse a finales de este año. La batalla continúa.
Otro punto que se analizará es la simplificación del régimen del IVA, ya que las empresas se enfrentan a la «complejidad de tener que enfrentarse a normas tributarias extranjeras y a otro tipo de costes estimados en 80.000 millones».
El vicepresidente comunitario, por otra parte, reconoció que «debemos buscar un mejor equilibrio» entre las compañías de telecomunicaciones y las grandes empresas de Internet, como Google o Facebook, sin concretar medidas ni propuestas.
Este miércoles, el Colegio de Comisarios comenzó a debatir y trazar la hoja de ruta que debe llevar a la consecución del MUD a lo largo de esta legislatura. «No debemos hacernos ilusiones, la batalla será ardua», advirtió el vicepresidente comunitario encargado de esta materia, Andrus Ansip. Las primeras medidas concretas se establecerán en mayo, de forma que ayer lo que se hizo fue concretar las grandes líneas de actuación. Son tres: mejorar el acceso de los usuarios a los servicios digitales; crear el entorno necesario para que «puedan prosperar» y «crear una economía y sociedad digitales en Europa con potencial de crecimiento a largo plazo».
«Eliminemos todas esas barreras que nos bloquean. Es preciso que las personas puedan moverse libremente en línea a través de las fronteras al igual que lo hacen físicamente en la realidad. Debemos ayudar a las empresas innovadoras a crecer en toda la UE, de manera que no queden encerradas en su propio mercado», recalcó Ansip en un claro mensaje a la excesiva protección nacional que aún existe en la Europa de los 28. El mensaje para los Estados miembros es el mismo que otras muchas materias. «Debemos vernos como un todo, no como uno dentro de Veintiocho».
En este mismo sentido se expresó el comisario de Economía y Sociedad Digital, Günther Oettinger, que advirtió de que «Europa no puede situarse a la vanguardia de la revolución digital con 28 normativas diferentes para los servicios de telecomunicaciones, derechos de autor, seguridad informática y protección de datos. Pero las personas también deben invertir en sí mismas mejorando sus competencias informáticas en el trabajo o en su tiempo de ocio». En Europa, cada día 315 millones de personas usan Internet, cifras que hablan por sí solas sobre la potencialidad de este sector.
¿En qué se traduce todo esto? Por ejemplo, la Comisión quiere que el comercio electrónico sea mucho más fluido entre países europeos, sobre todo entre las pymes. «Odio el geobloqueo, creo que es algo anticuado, injusto y que no debe usarse en el siglo XXI. No puede coexistir con el mercado interior», zanjó Ansip.
Más ejemplos: el 'roaming'. La Comisión sigue siendo partidaria de abolir los recargos por el uso del teléfono móvil cuando se viaja dentro de los Veintiocho, pero las capitales se han plegado a los intereses de las 'telecos' y han decidido retrasar hasta 2018 una decisión que estaba llamada a aprobarse a finales de este año. La batalla continúa.
Otro punto que se analizará es la simplificación del régimen del IVA, ya que las empresas se enfrentan a la «complejidad de tener que enfrentarse a normas tributarias extranjeras y a otro tipo de costes estimados en 80.000 millones».
El vicepresidente comunitario, por otra parte, reconoció que «debemos buscar un mejor equilibrio» entre las compañías de telecomunicaciones y las grandes empresas de Internet, como Google o Facebook, sin concretar medidas ni propuestas.
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