La Memoria Histórica, un olvido recurrente
Exhumación en El Álamo (El Madroño, Sevilla), en noviembre de 2011. ARMH
[Fragmento del dossier sobre Memoria Histórica publicado en el número de abril de la revista La Marea, ya a la venta en quioscos y en nuestra web]
Según un estudio del CIS realizado en 2008, después de la aprobación de la Ley de la Memoria Histórica del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, el 50,2% de los encuestados consideraba que los restos de las víctimas deberían identificarse y ser trasladados a un cementerio. De ellos, el 83,8% opinaba que el Estado debería ser el encargado de esta tarea. Un 26,3% creía que era mejor dejar las cosas como están. La mayoría, sin embargo, opinaba que el franquismo había tenido cosas malas pero también buenas.
“¿Debería crearse una comisión de investigación, independiente del Gobierno, para investigar las violaciones de derechos humanos que tuvieron lugar durante el franquismo?”. El 42,2% respondía que no frente al 40,8%. En la mayoría de los actos organizados por las asociaciones de memoria casi nunca se ven caras nuevas. Suelen ser siempre los convencidos los que acuden a las jornadas, presentaciones de libros, etc. “Nuestra responsabilidad es trasladar a la sociedad la importancia de la memoria para que estas víctimas reciban el mismo tratamiento que las otras víctimas y ocupen el lugar que les corresponde”, afirma el nuevo director general de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía, Javier Giráldez.
“En Ginebra, tenías que haber oído el discurso de la embajadora española, que lo leyó porque se lo mandaron de Madrid esa misma mañana. Yo dije ‘yo me voy de aquí, en qué manos estamos’. ¿Y esa parte se va a sumar? Es muy difícil”, reflexiona el juez Baltasar Garzón. La embajadora expuso ante un comité de Naciones Unidas que el Gobierno no revisará la amnistía de 1977 a pesar de que España fue uno de los primeros firmantes de la convención de la ONU de 2010 sobre desapariciones forzadas. Alegó que esta Convención era un instrumento para el futuro, no para aplicarse al pasado.
Pero no sólo la derecha ha ignorado y ninguneado a las víctimas del franquismo. Incluso los partidos de izquierda han tardado años en reivindicar la memoria histórica. “Desde la Transición, no ha habido ningún partido que realmente haya hecho todos los deberes con respecto a este tema. En 14 años de gobierno socialista, Felipe González apenas tomó una medida, que fue una indemnización a los presos que habían estado más de tres años en la cárcel, una indemnización bastante ridícula económicamente e incomprensible. ¿Por qué tres años y no dos y medio?
Y, por otra parte, el PCE, por decisiones de sus dirigentes, abandonó la memoria más digna de la que podía presumir, que era la lucha antifranquista. Se mantuvo al margen de ello desde que Santiago Carrillo dejó de exhibir la bandera republicana. Durante muchos años no se reivindicó la república y fue un tema del que casi ni si habló”, opina Emilio Silva. En el último Debate sobre el Estado de la Nación, el nuevo líder de IU, Alberto Garzón, lució una banderita republicana en su chaqueta y se despidió con un “salud y república”.
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