jueves, 19 de marzo de 2015

Guardiola vió al nuevo Barça...

EL EXTÉCNICO DEL BARÇA VIO EL PARTIDO EN LA GRADA

Guardiola regresó al Camp Nou y sólo reconoció a su padre... y a Messi

Tres años después de su marcha, el técnico del Bayern se reencontró con un Barça en el que poco o nada queda de su etapa. Pep estuvo sentado como un socio más y disfrutó con el mejor Leo


Foto: Pep Guardiola, entre su padre y Estiarte, en la grada del Camp Nou (EFE)
Pep Guardiola, entre su padre y Estiarte, en la grada del Camp Nou (EFE)
"Nos ha dicho que estará con su familia, como nos gusta a todos", dijo el presidente del FC Barcelona, Josep Maria Bartomeu, cuando le preguntaron sobre la vuelta de Pep Guardiola al Camp Nou para ver en directo el Barça-Manchester City de Champions (1-0), donde pudo volver a disfrutar con el mejor Leo Messi. Aunque su "nos gusta a todos" podía interpretarse como que él también prefería que el extécnico azulgrana hubiera elegido asistir al partido como un socio más, Bartomeu explicó que "todos los exjugadores y exentrenadores saben que siempre tienen el palco abierto para ellos, pero con lo poco que viene a Barcelona es normal que lo quiera ver con su familia", insistió.
Por sus palabras y por su semblante, resultaba más que evidente que al presidente del club catalán, quien en ningún momento mencionó el nombre de Guardiola, le incomodaba que el ahora técnico del Bayern volviera a casa tres años después de su marcha por la puerta grande y lo hiciera precisamente en un momento de máxima convulsión interna. El regreso de 'el Otro', como le conocen en el Barça para evitar precisamente nombrarle y quizás de este modo no recordar su gloriosa etapa, no beneficiaba a una Junta directiva empeñada en acabar con todo lo que oliera a Pep y que a final de temporada se someterá a lo que digan unas urnas a las que también podría concurrir Joan Laporta. 

De Guardiola se llegó a decir que meaba colonia, pero, les guste o no a los actuales dirigentes del FC Barcelona, Pep es un icono para la mayoría de los culés y el aroma que dejó, primero como jugador y después como entrenador, nunca podrá disiparse por más que quieran contaminar el ambiente. "Me fui a 6.000 kilómetros de distancia y pedí a la directiva del Barça que me dejaran tranquilo, y no han cumplido su palabra", llegó a recriminar Guardiola a la Junta aún presidida por Sandro Rosell. El desencuentro fue total y tampoco con Bartomeu se antoja que pueda llegar a ser reconducible.    
Ni el malogrado Tito Vilanova, quien fuera su segundo en el banquillo del Camp Nou, ni Manel Estiarte, Domènec Torrent, Lorenzo Buenaventura y Carles Planchart, que ahora forman parte de su staff técnico en el Bayern. TampocoEmili Ricart o el utillero Chema Corbella. Por no seguir, no siguen ni el que fuera director deportivo, Andoni Zubizarreta, el responsable del fútbol base, Guillermo Amor, ni el técnico del filial Eusebio. Hasta Paco Seirulo está apartado del primer equipo. Es decir, que Pep Guardiola se reencontró con un Barça en el que prácticamente sólo pudo reconocer a su padre, a quien tuvo sentado a su lado en una de las tres localidades del Camp Nou a la que antes también solía ir su madre.   


"Pido a los barcelonistas que aprendan del pasado y recuerden la época de Johan, en la que el club se dividió en cruyffistas y nocruyffistas", dijo Sandro Rosell cuando Pep Guardiola le acusó de utilizar la enfermedad de Tito para hacerle daño. "Pido que no haya guardiolistas y no guardiolistas", añadió el expresidente, para sentenciar: "Quiero que todos los socios del Barça sigan admirando a Guardiola como un mito viviente del barcelonismo". Era mentira, y el hecho de que la vuelta de Pep al Camp Nou fuera prácticamente clandestina lo demuestra. 
"Fui yo el que decidió marcharse, cumplí mi etapa y me fui", explicó en su momento el de Santpedor. "Les deseo todo el éxito del mundo porque se trata de un club muy especial para mí, no hace falta que lo diga. Yo en el Barça lo hice todo lo mejor que pude. La decisión de marcharme fue mía. No tengo nada que restregar a nadie, simplemente dije que me dejaran hacer mi vida".
Ayer, en el descanso del Barça-Manchester City, Pep hizo unas escuetas declaraciones a la Cadena COPE: "El partido está muy entretenido", comentó, para a continuación limitarse a decir que "el Barça está muy fuerte" y que "el sorteo dirá", en referencia a la pregunta sobre si prefería evitarlo en el cruce de cuartos de final de la Liga de Campeones. Eso sí, a Guardiola se le pudo ver alucinar con el juego de Messi. En la jugada en la que llegó el gol de Rakitic, se levantó de su asiento, y cuando el argentino tiró un caño, se tapó la cara.    


Pep Guardiola, en el palco del Calderón (Efe)
Pep Guardiola, en el palco del Calderón (Efe)

Pep sí estuvo en el palco del Calderón

Pep estuvo acompañado de su padre, Valentín, y de Manel Estiarte, quien también estuvo con él en el Vicente Calderón para seguir el Atlético-Bayer Leverkusen. En este caso lo hizo desde el palco presidencial, detrás del ministro de Justicia, Rafael Catalá, el presidente del Atlético, Enrique Cerezo, y el del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco. Por el contrario, y tal y como informó el FC Barcelona, declinó estar en el palco del Camp Nou y ocupó su localidad de abonado, es decir, siguió el partido como un socio más de la tercera gradería. Sí, ahí se sentó Guardiola, el técnico que dirigió un total de 247 partidos oficiales como técnico del Barça, de los que ganó 179, empató 47 y perdió 21, para levantar un total de 14 títulos,   
El entrenador del Bayern de Múnich aprovechó los dos días de descanso que concedió a su equipo para ver algunos de los posibles rivales en el cruce de cuartos de final de la Copa de Europa, cuyo sorteo se celebra este viernes y para el que se han clasificado, además de su club, Paris Saint Germain, Real Madrid, Oporto, Atlético, Mónaco, Barça y Juventus.

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