El crudo y el BCE: "golpes de suerte" para una delicada economía española
Finanzas.com
La caída del precio del petróleo y las últimas medidas del BCE configuran un "golpe de suerte" con el que no se contaba hace seis meses. 2015 se perfilaba como un buen año, mejor que el anterior. La buena "suerte" hará que sea un muy buen año
Barceló y asociados ha publicado su informe trimestral sobre el estado de la economía española. En él, entiende que la suerte debida al impacto conjunto de la caída del precio del petróleo y de las medidas tomadas por el Banco Central Europeo (BCE) el pasado mes de enero permitirán evolucionar mejor a la economía de lo que podría hacerlo en condiciones "normales". De esta forma, la gradual recuperación que viene mostrando la economía ya auguraba que 2015 sería un buen año, mejor que el 2014. Ahora, la buena "suerte" hará que sea, dado el contexto, un muy buen año. El "golpe de suerte" se traducirá en un mayor crecimiento del que se esperaba hace seis meses para el PIB, el consumo y la inversión (en el caso del PIB, 2,6% en lugar de 2%). A su vez, eso derivará en la creación de unos 200.000 empleos adicionales a los previstos, que contribuirán a reducir la tasa de desempleo en siete décimas en comparación con la que se obtendría bajo condiciones "normales" (22,3% en el promedio del año y 21,2% a final de 2015).
Por definición, los golpes de suerte son momentáneos. Además, la suerte no implica que se hayan eliminado las razones que limitan el crecimiento de la economía española. Las empresas deben tomar decisiones sabiendo que el ritmo al que avanzará la economía este año (superior al 3% en algún momento del segundo semestre) será mayor al que sería coherente según el estado subyacente de la misma.
¿Puede descarrilar este tren?
Los principales riesgos con capacidad para alterar el curso de la economía de aquí al final del año son dos. Uno es el inminente proceso de subida de tipos de interés que parece iniciar la Reserva Federal de Estados Unidos. El otro es el escenario político local.
Como en parte muestran las elecciones de antes de ayer en Andalucía, los riesgos con que el escenario político amenaza la marcha de la economía son dos: i) que de las elecciones surjan parlamentos (sean los autonómicos o el nacional) atomizados, de los que se deriven gobiernos débiles y/o inestables, y ii) que la izquierda radical (Podemos y otros grupos afines) obtenga una representación que la haga capaz de llevar a la práctica sus propuestas económicas.
Un gobierno débil o inestable no estaría en condiciones de provocar cambios de importancia, ni para bien, ni para mal. La economía podría sobrellevarlo un tiempo.
En cambio, que la izquierda radical tuviera capacidad de influir en la determinación de la política económica es algo potencialmente muy dañino. Casi todas las propuestas económicas de Podemos conllevan incrementos de costes y pérdida de competitividad, de los que se derivarían una caída de la confianza de empresarios e inversores. Si esa capacidad de influencia se limitara a unos pocos ayuntamientos o a alguna autonomía pequeña, la economía debería poder tolerarlo.
¿Y de la devaluación del euro, qué?
Dentro del "golpe de suerte" del que disfruta la economía no incluimos la depreciación del euro. El motivo es que, cuando se analizan los datos relevantes, se advierte que la depreciación frente al conjunto de socios comerciales de España es de apenas 3,7%.
La preponderancia de la zona euro como destino de las exportaciones españolas de mercancías no es el único factor que debilita el impacto de la devaluación de la divisa única frente al dólar. Hay dos motivos más: i) el reducido peso de Estados Unidos como mercado para las exportaciones de España (apenas 4,4% del total), y ii) la devaluación de la mayoría de las demás divisas frente al dólar norteamericano.
Por lo tanto tenemos, siempre comparando el promedio de la primera mitad de marzo con la respectiva media de 2014:
Una devaluación nula frente a los mercados que reciben la mitad de las exportaciones de mercancías (la zona del euro);
Una depreciación menor con relación a las monedas de los países que compran una quinta parte de nuestras ventas exteriores (fundamentalmente se trata del Este de Europa, Turquía, países africanos, Japón y México), y una depreciación significativa respecto de mercados que absorben una cuarta parte de las ventas exteriores (EE.UU., Suiza, Reino Unido, entre otros), que en parte se neutraliza con la apreciación del euro con relación a las divisas de los países que compran el 5% de nuestras exportaciones (por caso, Brasil, Rusia y Noruega).
Las Comunidades Autónomas habrían aumentado su déficit fiscal en 2014
Aunque se descuenta que el conjunto de Administraciones Públicas cumplió el objetivo de déficit acordado con la Comisión Europea para 2014 (5,5% del PIB), los datos acumulados a noviembre muestran un preocupante deterioro de las cuentas públicas autonómicas. No solo habrían superado el límite de déficit acordado para todo el año (1%), sino que habrían tenido un desequilibrio mayor que el del año anterior (1,6% frente a 1,5% en 2013). La confirmación de estos datos sería negativa por dos motivos: i) sería el primer aumento del déficit público autonómico desde 2010; ii) dificulta el cumplimiento de la meta pactada para 2015, de 0,7%.
El resultado para los once primeros meses de 2014 fue un déficit total de 14.632 millones de euros, que supera en un 20% al del mismo período de 2013. Comparando el déficit con los ingresos se deduce que un 11,3% de los gastos totales autonómicos fueron financiados con deuda. El incremento del déficit se debe, en lo esencial, al aumento del gasto público, que creció en todas las comunidades excepto Aragón.
Hemos estimado el déficit completo de 2014 de un modo prudente: añadiendo al déficit del período enero-noviembre la mitad del déficit registrado en diciembre de 2013. El resultado es que apenas cuatro comunidades autónomas habrían cumplido el objetivo de déficit acordado con la Comisión Europea del 1% del PIB. Ellas son Asturias, Canarias, Navarra y el País Vasco. En 2013, las comunidades cumplidoras fueron diez. El deterioro de las cuentas de las autonomías es un buen ejemplo de los problemas que quedan por resolver. Si ahora pasan casi inadvertidos, es solo gracias al "golpe de suerte" del que disfruta la economía.
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