“Ya no soy un niño. Antes, cuando él decía algo yo lo hacía. Ahora puedo responderle. Tiene que aceptar que tengo 25 años y más opiniones que antes”. En 2011, antes del afrontar aquel US Open, Rafa Nadal concedió una entrevista en Estados Unidos que dejaba vía libre a pensar que el gorrión saltaría del nido familiar. Cuatro años después sigue con su tío Toni e intentando, por medio de otras vías, alcanzar el nivel mental que le posibilitó ser número uno del mundo durante 141 semanas. La tierra de Hamburgo ha sido su elección.
Hacía ocho años que después de pisar la hierba de Wimbledon Rafa Nadal no retrocedía a un torneo de tierra. No es un cambio natural sabiendo que ahora comienza la temporada de asfalto de Montreal, Cincinnati y Nueva York. ¿Qué busca Rafa Nadal en el ATP 500 de Hamburgo? No son puntos ni, por su puesto, prepararse para el asfalto, sino encontrarse a sí mismo.
Cuando Dustin Brown ganó a Rafa en primera ronda de Wimbledon hace casi un mes, McEnroe alzó la voz dibujando a un aficionado al que le da rabia cómo una figura de talla mundial caía así: “Contrata a un maldito entrenador”. El estadounidense no fue el primero que se planteaba aquella idea viendo que era su cabeza, y no su físico, quien no estaba a tono: “He perdido más en seis meses que en los últimos 10 años”, reconocía el tenista antes de iniciar el torneo alemán.
Buscando esa “fuerza mental”
“Lo que siempre ha sido el fuerte de Rafael en estos últimos torneos no lo ha sido. Esa fuerza mental que tenía antes hoy nos está costando más tenerla. Pero estamos trabajando para recuperarla. Es un tema pasajero y a medida que vayamos haciendo partidos y tengamos la suerte de ganar uno o varios partidos importantes, Rafael volverá a recuperar la forma que tenía antes de la lesión. Todo se trabaja con reflexión”, indicó Toni Nadal en una entrevista en abril. Han pasado casi cuatro meses y continúan sin dar en la tecla correcta.
Otros años era el descanso lo que más preocupaba, ahora es ordenar las ideas en la cabeza. Engrasar la mente para que su cuerpo responda como antes (Nadal dejó de ser número 1 hace sólo trece meses), sin interferencias. Este martes, el manacorense de 29 años comenzó en Hamburgo desactivando aFernando Verdasco en un partido que se podría considerar 'normal' de Rafa: perdiendo el primer set pero intratable en cuanto entró en el partido (3-6, 6-1 y 6-1). De momento, por la experiencia de este año, este resurgimiento hay que tomárselo con calma y ver si esa sensación se mantiene durante estos próximos días. Quizás, el experimento de la tierra de Hamburgo funcione.
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