Carlos Slim ha puesto de manifiesto en España una de las virtudes que se le suponen a uno de los hombres más ricos del planeta, como es su extraordinaria capacidad de persuasión para hacer negocios. El magnate mexicano ha hecho bueno aquello de "quien la sigue la consigue", aunque esta vez tenía enfrente a un rival de armas tomar como es el presidente del BBVA, Francisco González. Quizá por eso, el inversor azteca haya sacado a relucir toda su artillería nucleada en torno al imperio corporativo del Grupo Carso y América Móvil, hasta llegar a un feliz acuerdo con el presidente del segundo banco del país y conseguir que también el BBVA aporte su indispensable colaboración para sacar adelante el nuevo proyecto empresarial de FCC.
Los responsables del grupo constructor que encabeza el mexicano Carlos Jarque llevaban esperando desde el pasado 7 de enero a que el BBVA otorgara el denominado ‘waiver’ de autorización para aprobar la ampliación de capital que ha de impulsar la fase final de saneamiento financiero de FCC. Como ya informó El Confidencial, la resistencia de la entidad presidida por FG ha retrasado la tramitación en la CNMV de la nueva inyección de fondos frescos, que va a otorgar carta de naturaleza a Slim como amo y señor de la empresa fundada por Ernesto Koplowitz en los años cincuenta del pasado siglo.
El papel del BBVA, al igual que el de Bankia, era singular en toda la operación, dada su condición como acreedor de Esther Koplowitz. Las otras cuatro entidades del G-6 que financia a FCC, el Banco Santander, Caixabank, Popular y Sabadell, emitieron sin problemas hace ya algunas semanas los salvoconductos requeridos por la empresa para poder destinar una parte del aumento de capital a reducir la deuda financiera. La ampliación, por importe de 709,5 millones que fue aprobada a mediados de diciembre, es clave para amortizar con una quita mínima del 15% un total de 350 millones de los 500 que todavía tiene que reembolsar la compañía dentro de lo que se conoce como el tramo B de su pasivo financiero.
Todo este esquema de reestructuración financiera, que hoy mismo podría ser ratificado por la entidad reguladora que preside Elvira Rodríguez, es la clave de bóveda de la nueva FCC, que nace también a partir de la modificación este último viernes del pacto original de accionistas firmado en noviembre de 2014 por Esther Koplowitz y Carlos Slim. Ambos socios adaptan ahora sus acuerdos garantizando la suscripción de las respectivas participaciones en la ampliación de capital, lo que supone el control efectivo del grupo constructor por el magnate mexicano y la posibilidad más real que nunca de lanzar una opa sobre el 100% de las acciones de FCC. El gobierno corporativo es también regularizado, de manera que el primer ejecutivo de la compañía pueda sentarse en el consejo de administración con el cargo formal de consejero delegado que ya ejerce desde el pasado mes de agosto.
Para el nuevo amo y señor de FCC, la alianza con el BBVA es clave, dado el papel estelar del banco español en México a través de su filial Bancomer
El definitivo ‘salto a la fama’ de Carlos Slim en España ha sido manejado con una exquisita planificación estratégica que solo se ha visto alterada por la parsimonia del BBVA en dar su beneplácito a las demandas efectuadas por FCC. Inversora Carso y Control Empresarial de Capitales (CEC), los dos vehículos financieros con los que el magnate conduce sus incursiones en nuestro país, no disponían de suficiente capacidad de persuasión ante FG, por lo que el multimillonario azteca ha tenido que echar mano de su carta secreta y sacar a relucir los inmensos poderes que atesora a través de América Móvil, el buque insignia con que el Grupo Carso mueve toda la flota de negocios a nivel mundial.
En los intensos contactos que los representantes de Slim han mantenido durante los últimos días con sus interlocutores del BBVA, se ha puesto de relieve la importancia de relanzar FCC como piedra de toque de una alianza preferente en el resto de sectores en los que opera el imperio del célebre ingeniero. La proyección del grupo bancario español en México a través de Bancomer constituye un elemento nada despreciable a la hora de tender puentes entre ambas partes a uno y otro lado del Atlántico. El mensaje de Jarque ha sido claro, y se resume en la idea de que ayudar a la constructora española supone trabajar en otras múltiples actividades que incluyen telecomunicaciones, energía y 'utilities', materias primas y turismo, al margen del propio negocio bancario desarrollado en torno al Grupo Financiero Inbursa.
El objetivo del inversor mexicano consiste en seleccionar un grupo de tres a cuatro grandes entidades financieras con el que trabajar en España, de las que una está claro que es Caixabank, dadas las aquilatadas relaciones que Slim mantiene con la entidad de Isidre Fainé. El Banco Santander, en calidad de líder del sector, está nominado en la misma lista de preferencias a la que ahora se va a incorporar a buen seguro el BBVA, una vez confirmado el ansiado respaldo a la ampliación de FCC. Bien está lo que bien acaba, y FG puede sentirse satisfecho por todo el tiempo que se ha hecho de rogar, aunque probablemente su colaboración con la constructora exija todavía algún que otro esfuerzo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario