Honda vivó en 2015 un auténtico 'shock' corporativo y tecnológico en su retorno a la Fórmula 1 con McLaren. Una tortura también mediática que golpeó al fabricante nipón y obligó a reconsiderar todo el programa. "La temporada fue realmente dura y fracasamos para cubrir las expectativas que los aficionados pusieron en nosotros, McLaren y todos los que nos apoyaron. Hay muchas razones, pero creo que los resultados lo dicen todo", explica Yasuhisa Arai en una reciente entrevista concedida a 'Nikei Asian Review', en la que resume lo vivido el pasado año.
Para Arai, acusaron "el efecto de nuestros siete años de ausencia de la competición. Anticipábamos problemas tecnológicos y, aunque los reconocimos, fallamos en señalar rápidamente las causas y en tomar las medidas que los resolvieran haciendo los ajustes necesarios. Sufrimos lo que los atletas llaman la 'falta de ritmo'". Escuchando a Arai, se encajan ahora en su contexto adecuado los problemas, resultados y declaraciones de sus protagonistas durante la temporada.
Peor de lo que nadie hubiera imaginado
Honda subestimó el desafío y hasta pecó de ingenuidad tecnológica desde el primer momento, como reconoce el propio Arai. "Cuando probamos nuestro coche en Abu Dabi por primera vez un año antes, encontramos problemas con el sistema de control electrónico. Pensábamos que resolviendo esos problemas sería suficiente. Pero durante los entrenamientos invernales descubrimos que había otras muchas cosas que afrontar, como el problema de la refrigeración de temperaturas por encima de los mil grados y también la recuperación de energía térmica. Las tres sesiones antes de la temporada fueron inútiles".
"En Australia, donde ni siquiera Magnussen pudo llegar a la parrilla de salida, Honda llegaba peor de lo que nadie hubiera imaginado desde el exterior, ya que ni siquiera dominábamos el complicado sistema híbrido. Lo hicimos lo mejor que supimos, pero surgieron muchísimos problemas tecnológicos antes de que pudiéramos capitalizar nuestra experiencia colectiva. Tuvimos un comienzo realmente duro", confiesa Arai.
Las capas de la cebolla
Empezó entonces una escalada interminable de problemas, y los sensores paraban el monoplaza constantemente. "Hasta el Gran Premio de España en mayo, tan pronto como resolvíamos un problema, surgía otro". Pero Honda descubrió que carecía de base de conocimiento apropiada para reaccionar con la agilidad necesaria: "La mitad de nuestro personal es nuevo". Como las capas de una cebolla, según se solucionaban los problemas, se llegó al cogollo. "El mayor desafío implicaba desarrollar tecnología para reciclar la energía calorífica (del turbo) y convertirla en eléctrica para asistir al motor. En los circuitos de Spa y Monza, denominados 'de potencia' por sus largas rectas, comprendimos que no estábamos a la altura del resto de los equipos".
Fue entonces cuando Honda comprendió el verdadero alcance de las posibles soluciones, que no llegarían ni pronto ni rápido. Todos los pronósticos de Honda y McLaren de la primera mitad de temporada sobre un posible podio en el tramo final, se vinieron abajo. "Incluso aunque incrementáramos la potencia del motor, perdíamos unos 160 cv en las rectas debido a la falta de energía calorífica. Necesitamos llevar a cabo de nuestro diseño básico de hardware, pero no podíamos hacerlo durante la temporada. En la segunda parte, intentamos otros enfoques para mejorar todo lo posible el rendimiento. Pero pasamos por malos momentos. Honda afrontó los mismos problemas que los otros equipos tras el cambio de reglamento en 2014".
Modificaciones drásticas para 2016
La unidad nipona no recuperaba suficiente energía derivada de los escapes ni tampoco la almacenaba como electricidad para asistir con potencia al motor térmico. Pero los cambios necesarios eran imposibles de realizar durante la temporada. Entre ellos, debía modificarse las dimensiones del compresor y la turbina. Cabía incluso la posibilidad de reconsiderar hasta las dimensiones del motor y su posible impacto en la aerodinámica del monoplaza
"En el pasado agosto comenzaron los estudios con un motor en nuestro laboratorio en Sakura para resolver de cara a 2016 nuestros problemas", explica Arai. "No podíamos encontrar soluciones dentro de este año, porque (los técnicos) estaban trabajando simultáneamente en nuestra unidad de potencia en 2015 y modificando drásticamente nuestros diseños para 2016. Nuestro centro de desarrollo de Milton Keynes nos sirve como base de primera línea para las carreras, pero todos los proyectos de desarrollo del motor se llevan a cabo en el laboratorio de Sakura".
Nada de técnicos de fuera
La presión sobre Honda y McLaren eran brutales. Ron Dennis hablaba en Silverstone de 'dolor' en las relaciones con el fabricante nipón. "Discutimos los temas cara a cara, no fueron ni cómodas, ni polémicas. En torno al pasado verano nos preguntaron si teníamos suficientes recursos de desarrollo y querían saber por qué queríamos hacer las cosas por nosotros mismos".
McLaren solicitó a Honda que contrataran ingenieros foráneos de prestigio y con experiencia, pero en Honda se negaron. Entre otros aspectos, porque su misión también es la creación de patentes propias que luego puedan ser derivadas hacia la producción en serie, lo que resultaba incompatible con una rotación de personal extranjero. "Nos pidieron también que contáramos con personal externo, lo que desde su perspectiva es normal considerando la mentalidad de alta movilidad en Europa. Pero les explicamos que Honda tiene una filosofía diferente. Es muy importante nutrir nuestros recursos humanos. No es para nosotros aceptable traer un ingeniero que esté con nosotros solo tres meses o medio año".
"Tengo el apoyo del presidente de Honda"
El propio Arai fue acusado de alterar la realidad de forma excesivamente optimista, con cifras y pronósticos demasiado halagüeños. Para el técnico nipón, era también una cuestión de liderazgo hacia su equipo. "Si una persona en una posición clave habla de cosas negativas, la negatividad se extiende a todo el equipo. En medio de las dificultades, quería que los miembros de nuestro equipo pensaran en qué acciones había que tomar y que reconocieran que su trabajo tenía un sentido. Todos los miembros del equipo, desde los novatos de veinte años a los veteranos, intentaron desesperadamente solucionar los problemas. Hablo positivamente porque les entiendo y confío en ellos".
"No damos detalles sobre presupuesto y tampoco puedo dar datos sobre cambios, pero hemos considerado el presupuesto y el tamaño del equipo", explica Arai respecto a la reorganización llevada a cabo en su departamento. "He hablado con el presidente de Honda, Takahiro Hachigo, y he recibido su apoyo total. Estamos preparados para la temporada 2016".
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