El títular es legendario. Lo publicó 'The Times of London' el 22 de octubre de 1957. "Fuerte niebla en el Canal. El Continente, aislado", decía. Difícilmente se puede expresar mejor la visión que se tiene de Europa desde Reino Unido. Y casi medio siglo después la esencia de ese mismo titular emerge en un horizonte cada vez más próximo. La niebla, en este caso política, económica e institucional, va a desembocar en un referéndum, que se celebrará el 23 de junio, en el que los británicos 'aíslan' a los europeos o permanecen dentro de la Unión Europea (UE).
Como no podía ser de otro modo, porque Europa ha alumbrado multitud de siglas o nombres ocurrentes durante la crisis, la posibilidad de que Reino Unido se separe de la UE tiene su correspondiente salvoconducto: 'Brexit'. Y, sin duda, se suma a la lista ya prolongada de incertidumbres políticas, económicas y financieras con la que ha arrancado este 2016. Según la última encuesta entre gestores de fondos de inversión realizada por Bank of America-Merrill Lynch, el 'Brexit' constituye el mayor riesgo para el 13% de los consultados en marzo, cuando un mes antes esa proporción se limitaba al 8%. Representa el riesgo en el que más ha crecido la preocupación en el último mes, por encima del miedo a una recesión en EEUU o del temor a la devaluación del yuan chino. Y otro apunte: la amenaza del 'Brexit' provoca que la bolsa británica sea la menos recomendada por esos gestores para los próximos 12 meses.
"El votante promedio no va a votar basándose en hechos, sino en su capacidad de dedicarle una peineta (o en este caso, una doble peineta) a la élite"
Como trasfondo de esta consulta, la necesidad de consultar a los británicos si quieren seguir en un proyecto europeo cuya consolidación exige cada vez más cohesión y una mayor cesión de soberanía. Es decir, dos de los asuntos que más recelos suscitan en Reino Unido. El primer ministro británico, David Cameron, prometió convocarlo si resultaba reelegido en las elecciones de 2015; lo consiguió, y ahora le toca cumplir su palabras.
La cuenta atrás hacia la consulta genera una creciente impaciencia. Primero, por lo incierto del resultado, puesto que las encuestas no arrojan ningún triunfo claro, con lo que la opción del 'Brexit' está muy viva. "Es más probable que suceda un Brexit que al contrario. El votante promedio en el Reino Unido no va a votar basándose en hechos, sino en su capacidad de dedicarle una peineta (o en el caso del Reino Unido, una doble peineta) a la élite", avisa Steen Jakobsen, economista jefe de Saxoa Bank.
Y segundo, por los intereses económicos, financieros y comerciales que están en juego. Las estrechas relaciones comerciales y financieras de Reino Unido y Europa se verían restringidas con el 'Brexit' y quedarían a expensas de las negociaciones posteriores para definir un nuevo marco de relaciones entre ambas partes.
Las estrechas relaciones comerciales y financieras de Reino Unido y Europa se verían restringidas con el 'Brexit' y quedarían a expensas de las negociaciones
De momento, se suceden las cábalas sobre los impactos. La gestora BlackRock ya calcula que la City podría perder más de 100.000 empleos porque el 'Brexit' obligaría a muchas empresas a mudarse a otras ciudades de la Eurozona. Otra gestora, Deutsche Asset Management, prevé que el crecimiento británico caerá en 2016 del 2 al 1,5% si Reino Unido deja la UE y aunque avisa de que la UE también sufriría el impacto, matiza que en su caso debe valorar el coste que puede tener retener a Reino Unido en el proyecto europeo. Empresas multinacionales, como Airbus, ya han advertido de que el 'Brexit' afectaría a la competitivad de sus negocios y de la industria europea. Y hasta se está produciendo ya un movimiento corporativo 'anti-Brexit', para mantener los lazos financieros entre el Continente y Reino Unido, a través de la fusión entre la Deutsche Boerse y la Bolsa de Londres.
Sin olvidar, por supuesto, el efecto imitación que esta consulta puede provocar en otros países. "El Referéndum supone sin duda una mayor debilidad de la UE en un momento, el presente y el futuro inmediato, donde probablemente vamos a necesitar una mayor cohesión ante los retos políticos a los que se enfrenta la zona", apunta José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España. Y añade a modo de aviso: "No descarten entonces que haya más gobiernos en otros países que se sientan en la obligación de solicitar el apoyo del electorado para superar estos retos europeos. Sin descartar que, en algún momento futuro (y no muy lejos) en Reino Unido se intente repetir el referéndum".
En un mundo en el que ya abundaban los riesgos, la sombra del 'Brexit' engorda la lista. "Creemos que activaría la aversión al riesgo, afectando sobre todo a los activos europeos", advierten de Deutsche AM. Hasta que se conozca el resultado de la consulta del 23 de junio, es tiempo de conjeturas. Al economista británico John Maynard Keynes se le deben los míticos 'Las consecuencias económicas de la paz' y 'Las consecuencias económicas de Mr. Churchill'. Seguramente, ya estaría preparando las del 'Brexit'. O de las del 'Brexin', que todo depende de cómo se mire. O de la densidad de la niebla, claro.
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