La digitalización y formación serán clave en la banca privada
Soraya de las Heras
¿Sigue teniendo la banca privada potencial de crecimiento en el contexto actual? ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta? Los expertos coinciden en que la formación y seguir avanzando en el mundo digital serán clave para el sector
El sector de la banca privada cerró 2015 con unos resultados inmejorables, pero ante un comienzo de año tan convulso y con una fuerte volatilidad instalada en los mercados, ¿ha llegado el momento de pensar en un cambio de tendencia? Con esta cuestión comenzó el primer panel de nuestro IV Encuentro para Gestores Patrimoniales 2016, que estuvo moderado por María Jesús Pérez, jefa de Economía de ABC. Los expertos Víctor Allende, director ejecutivo de CaixaBank Banca Privada, Adela Martín, directora de Santander Banca Privada en España, y Marta Alonso, directora de Bankia Banca Privada, fueron muy rotundos en la respuesta: No.
«Los que conocemos la banca privada sabemos que esto es un partido que no acaba nunca. Es verdad que la caída del mercado desde abril del año pasado fue aproximadamente de un 35 por ciento hasta mínimos de este año, pero dicho esto, la banca privada no tiene que tener como condicionante al mercado y su coyuntura. Los clientes y nosotros mismos hemos gestionado esta brusca caída del mercado de manera muy diferente a como se hacía en épocas pasadas. Hacer bien las cosas en el pasado nos ha llevado a gestionar esta situación de una manera muy razonable», señala Allende.
«Es cierto que el comienzo de año ha sido muy complicado e inesperado, pero esto es una carrera de fondo y también es una ocasión muy buena para demostrar a los clientes el valor de la banca privada, que no es una gestión pasiva, sino activa. Desde el punto de vista de resultados, la banca privada es un negocio a medio plazo y más en este momento actual, -asegura Adela Martín-. Es cierto que ha habido ciertos clientes que se han asustado, pero si ha ocurrido eso ha sido porque no estaban en el perfil de riesgo adecuado y han tenido que mover posiciones», concluye.
«Lo más importante de la volatilidad del mercado es que al final te pone en valor ante los clientes porque en unas circunstancias más sencillas a lo mejor piensan que no necesitan un asesoramiento y, sin embargo, en estos momentos sí acuden a nosotros», asegura Alonso.
Otra de las cuestiones que no podía pasarse por alto es la de la incertidumbre política y los riesgos de que, ante esta situación actual, se vaya a producir una fuga de capitales. Allende lo tiene claro: «Se trata de algo muy residual», asegura.
«Hemos notado un parón en general y muchas decisiones de cambios en las carteras o de inversiones concretas, sí han podido quedarse paradas. Ahora hay más consultas sobre ese tema, pero eso no significa que vaya a producirse una fuga de capitales», aseguró Alonso.
«La diversificación geográfica de las grandes fortunas es algo estructural y sí puede haber inquietud en algunos clientes, pero no hay salida masiva de capitales», afirma Martín.
A pesar de la buena salud de la que goza la banca privada en nuestro país, es inevitable mirar al futuro e imponerse unos retos para seguir avanzando. «Por nuestro lado, tenemos que integrar las exigencias normativas de todos los procesos y equilibrar la regulación con el cliente tanto en lo presencial como en lo virtual. Pretender avanzar en banca privada sin mirar a lo digital para hacer la vida más sencilla al cliente y al gestor, es absurdo: la digitalización es fundamental», dice Allende.
Desde Santander Banca Privada, «los objetivos para este año son poder dar a los clientes una rentabilidad adecuada y, digo adecuada porque si quieren ir más allá tendrán que asumir riesgos con los que probablemente no contaban; ser capaces de convencer a los clientes de que lo mejor en estas circunstancias es poner sus inversiones en manos profesionales; y avanzar en la digitalización para poder dedicar más tiempo a los clientes. Para nosotros es un complemento clave», aseguró Adela Martín.
Midif II
En cuanto a las consecuencias de adaptar la regulación del sector al Mifid II, los expertos coinciden en señalar en que los cambios serán bienvenidos.
«Hay muchas cosas que son de sentido común en el Midif II. Al final vamos a un modelo que nos iguala a todos y el valor añadido de cada uno de nosotros se pondrá mucho más de manifiesto porque básicamente hay dos cosas: la primera, que el cliente acabará pagando por el asesoramiento que recibe, aunque nosotros no lo recibamos como hacemos ahora y esto es un punto de inflexión brutal para el conjunto de las entidades; Lo segundo es que, además, será binario: usted asesora o no asesora de forma correcta. Ya ha habido casos en el extranjero en los que un regulador le ha dicho a alguien que no podía asesorar por algún motivo. Por tanto, el gran coste de esto es un coste comercial. Lo que se pretende en definitiva es evitar los conflictos de intereses con el cliente. Por mi parte, estoy encantado de vérmelas con mis competidores», dice el director de CaixaBank.
«Hay muchas cosas que son de sentido común en el Midif II. Al final vamos a un modelo que nos iguala a todos y el valor añadido de cada uno de nosotros se pondrá mucho más de manifiesto porque básicamente hay dos cosas: la primera, que el cliente acabará pagando por el asesoramiento que recibe, aunque nosotros no lo recibamos como hacemos ahora y esto es un punto de inflexión brutal para el conjunto de las entidades; Lo segundo es que, además, será binario: usted asesora o no asesora de forma correcta. Ya ha habido casos en el extranjero en los que un regulador le ha dicho a alguien que no podía asesorar por algún motivo. Por tanto, el gran coste de esto es un coste comercial. Lo que se pretende en definitiva es evitar los conflictos de intereses con el cliente. Por mi parte, estoy encantado de vérmelas con mis competidores», dice el director de CaixaBank.
«Hay que demostrar al cliente que aquello por lo que paga tiene un valor. Al final nos obliga a todos a tener una mayor calidad del servicio y nos va a poner en una posición de exigencia mayor con el cliente. En este sentido, la formación va a ser fundamental. Formación interna, externa y la autoformación», dice Marta Alonso.
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