Podemos apuesta por retomar “cuanto antes” las negociaciones a cuatro junto a PSOE, Izquierda Unida-Unidad Popular y Compromís para construir un pacto de coalición. Un Gobierno a la valenciana, como lo denominó Pablo Iglesias en su segundo discurso durante la fallida investidura, del que formen parte “no como subordinados, sino como socios”. La formación emergente confía en volver a sentarse a la mesa de negociación, y para ello cuenta con que IU-UP o Compromís ejerzan como mediadores con los socialistas, que no renuncian al acuerdo firmado junto a Ciudadanos.
La intermediación de Alberto Garzón ya posibilitó que los equipos negociadores de Podemos y PSOE se sentaran a hablar, aunque el denominado espacio a cuatro se quebró tras la presentación del pacto entre Pedro Sánchez y Albert Rivera. Los partidos a la izquierda del PSOE exigen que este suelte amarras con Ciudadanos como punto de partido para reiniciar los contactos, un extremo al que los socialistas no solo no han accedido: de hecho han fortalecido su alianza apostando por acudir juntos a los encuentros con colectivos sociales y políticos para “enriquecer” su documento.
Podemos no descarta tomar la iniciativa durante los próximos días si Pedro Sánchez sigue sin descolgar el teléfono, pero de momento deposita sus expectativas en IU o Compromís, que ya han mostrado su capacidad para tender puentes entre ambas formaciones. El líder de la coalición de izquierda,Alberto Garzón, ha reivindicado que la mesa de negociación deje de lado a Ciudadanos, debido a la “incompatibilidad de su programa económico con el desarrollo de políticas sociales”.
No obstante, el diputado de IU ha avanzado que buscará el diálogo con otras fuerzas, “aunque no sean de izquierdas, con el fin de que no bloqueen un posible acuerdo de la mesa a cuatro”. Podemos, por su parte, mantiene el diálogo con las formaciones nacionalistas para buscar su apoyo a un hipotético Gobierno progresista, o cuando menos su abstención, de alcanzarse un pacto con los socialistas. Asimismo, exige que en la mesa de negociación no esté presente Ciudadanos.
La beligerancia en el discurso de Pablo Iglesias y el cruce de acusaciones entre PSOE y Podemos a cuenta del desacuerdo escenificado seis días antes del comienzo de la sesión de investidura han enfriado las posibilidades de diálogo. Máxime cuando los socialistas han redoblado su apuesta al blindar el pacto con la formación naranja, convencidos de que las medidas ratificadas en su acuerdo pueden ser perfectamente compartidas por otras formaciones de izquierdas.
El portavoz de los socialistas, Antonio Hernando, ha insistido en que si se producen negociaciones con Podemos, acudirán de forma conjunta con Ciudadanos. Las posturas de ambas formaciones después de que Sánchez haya defendido su candidatura a la Presidencia ante la Cámara parecen cada vez más irreconciliables.
Con la vista puesta en el 26-J
Desde la formación emergente, se oponen a lo que consideran “jugar con dos barajas”, y en su hoja de ruta no se contempla la posibilidad de llegar a acuerdos con una formación que tildan de incompatible con sus políticas. Más allá de eso, su objetivo durante los dos próximos meses pasa por presionar a los socialistas para que giren a la izquierda. Paralelamente, y ante la posibilidad creciente de que se fuerce la repetición de elecciones, la formación emergente rescata los grandes actos con militantes, y el tono de las precampañas ya impregna las intervenciones de los dirigentes políticos y buena parte de la estrategia marcada por la organización.
La beligerancia en el discurso de Pablo Iglesias y el cruce de acusaciones entre PSOE y Podemos ha enfriado las posibilidades de diálogo
Una dirigente de la formación admitía recientemente, en privado, que el actual 'impasse' político generaba hastío en el electorado. De producirse una hipotética repetición de elecciones, añadía, la movilización electoral por el cambio, determinada por la sensación “de un tiempo histórico”, podría resentirse.
En este contexto, y con la mirada puesta ya en el 26-J, Podemos ha puesto en marcha su agenda de grandes actos y mítines por toda la geografía española con la participación de los primeros espadas de la formación. La precampaña toma forma y se prepara ya el camino para movilizar a su electorado ante unos comicios en que, según el último sondeo de DYM para El Confidencial, Podemos podría debilitarse con respecto al 20-D.
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