Como adelantó El Confidencial, el pasado viernes 28 de julio, la entidad presidida por Ana Botín eligió al fondo estadounidense para cederle la mayoría de esta cartera, cuyos activos brutos ascienden a 30.000 millones, pero postergó la firma definitiva a tener todas las bendiciones de Bruselas.
Con esta prueba superada, Santander ha completado su plan estrella para sanear Popular, ya que con este operación consigue desconsolidar de los balances de sendas entidades todos estos activos tóxicos, lo que permitirá al banco cantabro mejorar en 0,12 puntos su solvencia.
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Blackstone, elegido para comprar el ladrillo de Popular
"A ello se suma la recuperación de cinco puntos básicos (0,05 puntos) que se habrían consumido como resultado de la compra del 51% de Aliseda por Banco Popular", ha detallado Santander en un comunicado, en el que también ha señalado que la operación "no genera ni plusvalía ni minusvalía material".
Al haber elevado al 63% las provisiones de los activos adjudicados, y al 75% las correspondientes a los créditos, la valoración neta de esta cartera se sitúa en 9.700 millones. Esta cifra es la misma que ha acordado ahora Blackstone, pero al incluirse en la operación 300 millones en activos fiscales diferidos (DTAs), la valoración final de la transacción asciende a 10.000 millones.
Para imponerse a Lone Star y Apollo, Blackstone ha acordado cifrar la compra de su 51% en 5.100 millones, importe que todavía está sujeto a una serie de ajustes, ya que en estos números no está incluída Aliseda.
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De hecho, los interrogantes que sigue habiendo en torno al servicer de Popular hace que todavía pueda haber variaciones en la valoración final del acuerdo, que ha quedado sujeto al "volumen de activos remanente a la fecha del cierre y de la integración de Aliseda".
Blackstone, además de hacerse con la mayoría del capital de la nueva sociedad que se creará con todos estos activos tóxicos, también llevará las riendas de la gestión. Se espera poder concluir esta trasacción en el primer trimestre de 2018.
Casi la mitad de los activos traspasados son suelos (12.600 millones), seguidos por residencial (8.000 millones), comercial (2.100), naves industriales (1.500) y hoteles (800), además de haber 4.900 millones entre oficinas, garajes y otros tipos de activos inmobiliarios. Morgan Stanley ha asesorado al banco en todo el proceso de venta, mientras que el fondo ha contado con los servicios de Capital Markets de JLL
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