Arcelor urge a reducir empleos en Asturias por sus «cuantiosas pérdidas»
Busca ahorrar más costes porque no habrá «una recuperación rápida y completa» y suprime casi 600 puestos en Luxemburgo
Arcelor apretó ayer el acelerador en forma de presión sobre su plantilla asturiana e instó a los representantes de los trabajadores a aceptar la amortización de empleos ante las «pérdidas cuantiosas» que sufre la multinacional en la región. No obstante, desde la empresa no quisieron cuantificar qué cifra de empleos se debe reducir, aunque hace un año, había puesto sobre la mesa un ajuste de 200 puestos en la división de largos, algo que los sindicatos rechazaron de plano.
Sindicatos y empresa mantuvieron ayer dos encuentros. En el primero de ellos, se abordó, precisamente, el ajuste en largos, una división que lleva meses en el punto de mira por sus malos resultados y en la que se engloban la acería de Gijón, el tren de alambrón y el de carril. Desde la dirección de la empresa aseguraron en el encuentro que la situación es «insostenible».
Por ello, «la idea pasa por amortizar puestos de trabajo», señalaron fuentes sindicales. Asimismo Arcelor pretende que personal propio asuma tareas realizadas por las auxiliares, lo que también repercutiría en el empleo de las subcontratas, y no renuncian a aplicar calendarios de trabajo distintos a los actuales.
En la segunda reunión se abordó el anunciado arranque del horno alto 'A' para final de mes. Arcelor busca para ello medidas de flexibilidad y advierte de que la viabilidad de las plantas asturianas pasa por tener los dos hornos altos arrancados.
En esa clave de ahorrar costes, la multinacional espera, mediante medidas de gestión y reorganización, obtener excedentes de personal de producción del 3T5 para su recolocación en otros talleres con déficit de personal y asumir esa falta de personal en sus propias instalaciones. En este caso también se recurriría a amortizar determinados puestos en algunas líneas para nutrir a las más necesitadas.
La empresa iniciará este proceso con el retorno de la plantilla trasladada para dar vacaciones. Según fuentes sindicales, entre los talleres con falta de personal estarían decapado, tándem, hornos altos, la acería de Avilés, el TBC y chapa.
Pero no es solo en la planta asturiana donde corren malos tiempos. Ayer, Arcelor anunció, la supresión de 570 puestos de trabajo en las instalaciones y oficinas que la compañía tiene en Luxemburgo. Se trata de una medida de ahorro de costes, «para asegurar el futuro a largo plazo de nuestra organización».
Aún se desconoce qué segmentos se verán afectados, y en qué grado, algo que discutirán con los representantes de los trabajadores, los sindicatos y el Gobierno, «para acordar cómo podemos mitigar mejor el impacto de esta situación».
La compañía justifica su decisión en el impacto que ha sufrido el sector del acero en toda Europa, con una «caída sin precedentes de la actividad de los clientes desde el inicio del bloqueo en Europa».
Pese a que la actividad de los principales clientes del acero, que son el sector del automóvil y de la construcción se ha retomado, Arcelor señala que se trata de un panorama económico muy diferente al previo de la pandemia y no ve «probabilidad de una recuperación rápida y completa». Según los datos que manejan, la producción automotriz en Europa «colapsó» en el segundo trimestre en un 53%, y se espera una caída «sin precedentes del 26%» en todo el año. A eso, Arcelor añade que en el mismo trimestre también la actividad de la construcción cayó un 15% en la zona euro.
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