«El Plan de Cercanías tendrá 200 millones del Fondo de Recuperación»
ALEJANDRO CALVO | CONSEJERO DE MEDIO RURAL Y COHESIÓN TERRITORIAL
«La estación en Moreda es la mejor solución en Gijón y se está trabajando en un estudio de movilidad que debe avalar esa posición»
El pasado mes de julio, el presidente Adrián Barbón decidió traspasar las competencias en Infraestructuras a la Consejería de Medio Rural. El objetivo es conseguir un desarrollo equilibrado en toda Asturias y aprovechar mejor las oportunidades, con el fin de afianzar la cohesión territorial. De este trabajo se encarga Alejandro Calvo (Cangas del Narcea, 1974), quien se muestra tranquilo ante este reto porque, como él mismo explica, «los consejeros defendemos con mayor o menor brillantez la gestión, pero dependemos absolutamente de la configuración de los equipos y yo conservo esos equipos».
-¿Le ha sorprendido la variedad de asuntos aún pendientes en materia de infraestructuras?
-Los grandes asuntos no me resultaban para nada desconocidos. Hay necesidades que llevan mucho tiempo esperando y que van a suponer un antes y un después para Asturias, como la variante de Pajares, pero en este momento la gente ya demanda una absoluta madurez en cuanto a que tenemos unas infraestructuras, las tenemos que hacer sostenibles y, por lo tanto, tenemos que ser capaces de gestionar con eficacia y no generar falsas expectativas.
-Hace unos días se reunió en Madrid con los responsables estatales en materia ferroviaria y de carreteras. ¿Hay fecha para la apertura de la variante?
-Se nos trasladó el cumplimiento de los plazos, con la finalización de la obra en 2021 y el inicio de las pruebas y la puesta en servicio en 2022. Después de 16 años y casi 4.000 millones de euros de inversión, lo tenemos ahí, ya casi lo tocamos. Pero tenemos que desterrar debates del pasado de una manera clara: el tren de alta velocidad va a llegar a Oviedo y Gijón desde el primer tren que pase por la variante. Es algo sobre lo que se ha jugado mucho y hay que decirlo de una manera clara. Eso nos obligará a reorganizaciones de tráfico y a microvariantes en algunos tramos para dar prioridad a esos tráficos.
-Pero también beneficiará a las mercancías, ¿no es así?
-La variante va a ser un antes y un después no solo para el desplazamiento de las personas, sino que será sobre todo un impulso para que nuestras empresas sean competitivas con el transporte de mercancías. Ese va a ser el gran salto que nos va a permitir la variante. No solo en el ahorro de tiempo, sino en la capacidad de que los convoyes que ahora no pueden pasar por la rampa de Pajares puedan hacerlo por la variante. Con ella está también conectado el desarrollo de infraestructuras claves como el propio puerto de Gijón o la ZALIA. El mensaje es clarísimo: lo estamos tocando, el final está ahí.
-¿Qué tipo de tren se usará?
-Lo que hemos tratado con el ministerio no es solo cuándo terminar la obra, sino también con qué máquina se va a operar desde el principio. Por ejemplo, nosotros hemos pedido que tengamos al menos uno o dos trenes Avril, que son los de ancho variable y que nos van a permitir aprovechar todas las posibilidades. Todo esto ahora está planteado como un proyecto de futuro, real. No se ponen parches sino que lo que se establecen son acciones coordinadas que tienen que ir a una mejora del servicio al ciudadano.
-¿Cómo encaja en todo esto el proyecto de integración ferroviaria de Gijón?
-Para mí, el proyecto de integración ferroviaria de Gijón y las necesidades asociadas que va a tener la apertura de la variante están relacionadas. La integración y el desarrollo del metrotrén son proyectos vitales para la ciudad y, también, para Asturias. Va a producir una movilidad urbana desconocida para la ciudad y a su vez nos va a permitir la amortización real de esa gran infraestructura que es la variante. Además, a través de algunos proyectos estratégicos, como el nudo de Villabona, facilitará el aprovechamiento de todas las posibilidades para las mercancías y que nuestra gran área industrial pueda funcionar.
-Hablando de este plan. En Gijón hay polémica con la ubicación de la estación intermodal. Ahora el Ayuntamiento apuesta por Moreda. ¿Cómo lo ve?
-Lo que tenemos que hacer es resolver este asunto de una vez por todas. Lo he trasladado de una manera clara al Ayuntamiento y al Gobierno central, tenemos que salirnos de la maraña administrativa para establecer unas prioridades claras y un calendario de ejecución para ambos proyectos: la integración ferroviaria y el desarrollo del metrotrén.
-¿Y la ubicación de la estación?
-El Ayuntamiento defiende una posición clara, que la estación pueda desarrollarse en Moreda. Y desde el Gobierno autonómico consideramos que es una buena solución para el proyecto y para el aprovechamiento de esa integración relacionándola con la variante y las redes de alta capacidad. Creemos que es la mejor solución y se está trabajando en un estudio de movilidad que debe avalar esa posición. Además, tenemos que asegurar su financiación, que es muy importante, y para eso en la reunión que tuvimos con el ministerio, al igual que en otros ámbitos como el Plan de Cercanías, se ha abierto la posibilidad de integrar financiación del Fondo de Recuperación de la Unión Europea en estas inversiones. Los proyectos tienen que ser realizables y tenemos que ponernos de acuerdo tanto en el ámbito de las tres administraciones como en Gijón al Norte.
-Y en medio de todo ello está otro proyecto parado desde hace muchos años, como es la ZALIA y cuyo proyecto van a redimensionar...
-Lo que se ha planteado es una reducción de lo que sería la última fase. Tiene mucho sentido, que no generemos problemas cuando ese desarrollo no lo vemos ni en el medio plazo. Pero estamos cerca de ver las posibilidades de desarrollo de este área industrial y logístico. Realmente, el proyecto no es el mismo que se planteó inicialmente y aprovechamos la colaboración de la Administración central para que, a través de Sepides (SEPI Desarrollo Empresarial), podamos crear un instrumento de gestión que permita desarrollar esas posibilidades. Creemos que la ZALIA no solo debe aspirar a ser un suelo industrial y logístico, sino un atractivo para inversores y empresas del exterior.
-Pero para que sea atractiva hace falta la estación de ferrocarril y la central eléctrica...
-Estamos buscando la mejor solución para que vayan de la mano tanto el instrumento de gestión que servirá para la comercialización futura como la resolución del problema de la estación, y para ello contamos con la colaboración de Sepides para que podamos hacer un proyecto de futuro con todos los socios involucrados. En cuanto a la central eléctrica, la idea es que se pueda ejecutar en 2021 para que a la vez se inicie antes de fin de ese año la comercialización de las parcelas. Una vez más, también estamos muy cerca de ver el resultado final de esa primera fase.
-Pero también está el problema de la paralización del vial al puerto de El Musel...
-Hemos trasladado al ministerio que se resuelva la situación lo antes posible porque necesitamos que esa obra entre en servicio a la vez que nosotros finalizamos el enlace de La Peñona. Confiamos en que, a través de la solución más ágil posible, se resuelva la actual situación y si es necesario se relicite con la dimensión precisa para que tengamos una conexión puerto-ZALIA viable para cuando hayamos comercializado parcelas.
-Dentro de todo esta planteamiento de movilidad también está el Plan de Cercanías. ¿En que ha quedado aquella importante inversión que se había anunciado?
-El estado de alarma y la reducción de la movilidad no han permitido visibilizar que el proyecto se está desarrollando. Ahora es una realidad, con 50 millones que se están ejecutando en este momento en mejoras en la red de cercanías y un total de 750 millones de euros hasta 2030. Además, se ha asegurado su financiación, pues el ministerio nos trasladó que el Plan de Cercanías de Asturias contará con 200 millones de euros del Fondo de Recuperación de la UE.
-¿Ya no hay problemas en las cercanías?
-Tras años y años de deterioro de la red, hemos vivido un verano en el que no ha habido problemas, el nivel de puntualidad ha vuelto a parámetros de normalidad y esa debería ser la medida que nos diese el funcionamiento de las cercanías. Tienen que ser un elemento central para la movilidad del futuro. Para amplias zonas de nuestra región seguramente va a ser una oportunidad clara de futuro y que puedan ser lugares para vivir de una manera diferente pero cercana a las ciudades, donde está la mayor cantidad del empleo
-¿También se invierte en ancho métrico?
-Había problemas de mantenimiento de las propias máquinas. Si el mantenimiento no es preventivo, cuando una maquina se avería hay que pararla y arreglarla. Los mantenimientos ahora son preventivos. Teníamos problemas de argayos y caídas de árboles recurrentes por falta de mantenimiento en las propias vías. Eso se ha ido corrigiendo.
-En materia de movilidad, ¿también apuestan por las peatonalizaciones en las ciudades?
-Es una tendencia global. A veces nos encerramos en debates locales y solo hay que mirar hacia afuera y ver lo que está sucediendo. No solo tenemos el ejemplo de las ciudades, sino que tenemos el ejemplo de Pola de Laviana, con un plan de movilidad que se ha hecho con una idea absolutamente participativa y que ha sido un éxito. Considero que es un buen ejemplo para seguir.
-Pero en Gijón se ha generado una buena polémica con la peatonalización del Muro...
-Aprecio el esfuerzo que se ha hecho, porque no es fácil recuperar ese espacio en el momento en el que era, y había necesidad de hacerlo. Pero creo que tenemos que salirnos de esa visión parcial. Hay que conciliar los distintos intereses, también el desarrollo económico, pero no hay obviar que esa tendencia de hacer las ciudades más amigables para su ciudadanía es global y la resistencia a eso creo que nos hace un flaco favor. Creo que se está trabajando bien desde el Ayuntamiento. Pero cuando lo observemos con perspectiva y hayan pasado unos años, veremos que las cosas tenían todo el sentido.
-¿Al Ayuntamiento de Gijón le faltó entonces implicar a la ciudadanía?
-Lejos quiero estar yo de dar consejos. La política local es complicada y creo que todos, cada uno en nuestro ámbito, intentamos hacerlo lo mejor posible. El resultado final en este caso es muy positivo y seguramente la polémica se irá diluyendo.
-¿En qué situación se encuentra ahora el proyecto de Área Metropolitana?
-Debe ser una herramienta de consenso y desarrollo. Recuperaremos ahora los trabajos que se estaban desarrollando y que había empezado a trabajar por la movilidad, precisamente. En nuestra consejería nos gusta hablar del Área Metropolitana como un corazón que tiene que ser capaz de bombear hacia las alas, hacia toda la región.
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