lunes, 7 de septiembre de 2020

Sigue gestándose el Oligopolio...

 FUSIONES Y ADQUISICIONES

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Banco Sabadell activa el plan B tras quedar fuera de juego en la nueva ronda de fusiones del sector financiero español. La unión que estudian sus dos principales competidores, CaixaBank y Bankia, publicada por este medio, ha hecho que la entidad presidida por Josep Oliu acelere distintas alternativas para presentar a supervisores e inversores una operación corporativa a corto plazo.

Con la puerta de CaixaBank y Bankia cerrada, Sabadell se ha quedado casi sin opciones. Casi todas pasan porque el quinto banco del país sea absorbido por uno de los dos grandes, Santander y BBVA, lo que sería visto con buenos ojos por parte del Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de España. Ese era el plan B hasta ahora de Oliu y su número dos, Jaime Guardiola. Hay también un plan C, que también gustaría en Europa: la fusión del banco con algún grande europeo. La entidad catalana ya tiene una gran cercanía a Crédit Agricole, y podría haber otros grupos galos —BNP Paribas, principalmente— abiertos a la posibilidad, según fuentes financieras consultadas por este medio.

Oliu lleva trabajando todo el año en posibles fusiones. Tuvo conversaciones informales con Kutxabank antes de que estallara la crisis del covid-19, en busca de una operación defensiva que le permitiera crecer y dejar de ser objetivo de sus competidores como era hasta entonces, y sigue siendo. La pandemia frustró estos planes y ha situado al banco catalán como uno de los flancos débiles dentro del sector financiero español, por su elevada exposición al negocio de pymes.

Conversaciones con Bankia

Por ello, el presidente de Sabadell ha acelerado en los últimos meses los contactos, especialmente en verano. Las conversaciones más serias las tuvo en julio con Bankia, sentándose con el equipo de José Ignacio Goirigolzarri en más de una ocasión, según ha podido confirmar este medio. Estos dos grupos ya estuvieron hablando hace dos años con vistas a una posible fusión que ha frustrado en determinados momentos la moción de censura, el Brexit y el 'procés' catalán. En verano pareció que podría ser el momento de que se desactivara, pero el mal momento de Sabadell en bolsa bloqueó el acuerdo, ya que dejaba a sus accionistas en posición de desventaja frente a Bankia. También pesó que un pacto entre ambos bancos no era bien visto por el BCE, que hubiera puesto trabas al mismo.

La solución que más le gustaba al supervisor para Sabadell era CaixaBank. La operación con el grupo liderado por Gonzalo Gortázar hubiera generado sinergias de la envergadura de la fusión con Bankia —5.000 millones—, pero tenía en contra el factor político por todos los recortes que hubiera implicado en los servicios centrales y en la red de ambos grupos en Cataluña.

El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri (d), y el de Banco Sabadell, Josep Oliu. (EFE)
El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri (d), y el de Banco Sabadell, Josep Oliu. (EFE)

Por ello, la fusión que negocian CaixaBank y Bankia ha dejado fuera de juego a Sabadell, que ha perdido a sus dos candidatos más claros. La opción de que la operación sea a tres bandas entre CaixaBank, Bankia y Sabadell es a día de hoy difícil, salvo que la situación del banco presidido por Oliu llegara a una situación muy delicada, según las mismas fuentes.

Pendientes de Botín y Torres

En este punto, los candidatos más claros son Santander y BBVA. El primero se ha borrado en varias ocasiones del proceso de consolidación, todavía pendiente de terminar la pesada digestión de Banco Popular, aunque no se puede descartar al 100%. El banco presidido por Carlos Torres es el pretendiente más claro, ya que le permitiría disminuir el peso de los países emergentes en su balance, en un momento en que sus filiales de México y Turquía preocupan al mercado. Además, sus negocios son complementarios por perfil crediticio —BBVA está más en hipotecas y Sabadell en empresas— y tendrían grandes sinergias en Cataluña. Formarían un grupo con más de activos 600.000 millones en activos en España y casi un billón a nivel global.

El principal hándicap con el que cuentan en La Vela es el caso Villarejo, que añade un punto de incertidumbre para su equipo gestor en medio de un proceso de fusión. Así, en el último año y medio la Audiencia ha ido imputando a alguno de sus directivos, y la Fiscalía preguntó en uno de los últimos interrogatorios por el papel del presidente, Carlos Torres, en el forensic interno del banco.

La opción de una fusión transfronteriza con algunos de sus socios sería una de las vías preferidas por el BCE, que lleva desde 2014 reclamando que alguna entidad dé este paso y refuerce la credibilidad de la supervisión única. Sabadell está ya aliado a Crédit Agricole en fondos y a BNP Paribas en el negocio de depositaría.

Sabadell tampoco ha cerrado todavía la puerta a un plan alternativo, de comprar algún banco mediano para crecer, aunque con la crisis en auge esta puerta está cada vez más cerrada. La jugada de Gortázar y Goirigolzarri obliga a Oliu a mover ficha pronto, y cada vez quedan menos piezas enfrente.

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